Crónica analizó la ubicación de las ocho tomas clandestinas de mayor impacto en los últimos días, las cuales han paralizado los principales ductos nacionales, en perjuicio del abasto de gasolina.
Todas se encuentran en un radar de entre 5 y 130 kilómetros de la refinería de Azcapotzalco.
Los huachicoleros usan bodegas, estaciones y depósitos sobre el derecho de vía de los ductos, lo cual dificulta su localización exacta.
En los primeros minutos de ayer, efectivos militares detectaron fracturas intencionales en el ducto Tula-Azcapotzalco, el cual abastece de diésel al Valle de México. El sistema de alerta registró dos puntos: uno a 36 kilómetros de la refinería 18 de marzo, en una franja urbana del municipio mexiquense de Melchor Ocampo; y otro, a tan sólo cinco kilómetros de Azcapotzalco, en el área conurbaba.
“Las personas que se dedican a esto, también hacen las tomas en zonas urbanas y se complica la situación”, describió el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador explicó: “No se puede hacer una construcción para un ducto, sin derecho de vía, una línea de la Comisión Federal de Electricidad se tiene que liberar por completo. Se ha invadido el derecho de vía en donde están los ductos y ha habido dos invasiones: las de gente que no tiene dónde vivir y las de quienes se dedican al robo de combustible, que ponen bodegas encima del derecho de vía”.
La CDMX ha sido incorporada ya a la lista de entidades donde AMLO estará la próxima semana, para hablar de manera directa con los pobladores sobre el riesgo de ser cómplices del crimen y los beneficios de sus programas sociales.
Otros pinchazos, los cuales derivaron en la suspensión del ducto Tula-Toluca y vaciaron por completo el envío de gasolina, se rastrearon el 15 de enero en el municipio de Tula, Hidalgo, a 82 kilómetros de Azcapotzalco.
Un intento de sabotaje más, con el objetivo de frenar el flujo del ducto Tuxpan-Azcapotzalco —de los más importantes en el abastecimiento central, por su capacidad de trasladar 170 mil barriles diarios— se descubrió más allá de las 10 de la noche del martes, en una localidad del municipio hidalguense de Tepeapulco, a 100 kilómetros de la refinería. En este caso, los delincuentes rompieron el candado de una construcción de Pemex y excavaron hacia el tubo. “Esa toma ya estaba lista para ser ordeñada. Por fortuna, se llegó a tiempo y ellos huyeron en camionetas”, refirió el secretario de Marina, José Rafael Ojeda.
En el ducto Tula-Toluca también hubo incidencia, a la altura del ejido Tixmadeje, en el municipio de Acambay, a 125 kilómetros de Azcapotzalco. “Tuvimos un alertamiento a las 3:30 de la madrugada. La fuerza de reacción arribó 50 minutos después al punto, no pudo descender por las condiciones bajas de niebla, cuando llegó la fuerza terrestre, 20 minutos después, las personas se habían ido”, describió Homero Mendoza, uno de los jefes de la Sedena. A inicios de semana, otra avería en este ducto, en las inmediaciones de Acambay, terminó en un incendio.
Entre lunes y martes de esta semana, se registraron otras tomas de huachicol en los municipios mexiquenses de Otumba y Atlacomulco, a 50 y 130 kilómetros de la refinería; y en Tlanalapa, Hidalgo, a 90 kilómetros de la copada Ciudad de México.