Alicaído, sin credibilidad y en su peor crisis. El PRI cumple hoy 90 años.

Alicaído, con la peor debacle electoral  de su historia a cuestas,  desfondado en varias entidades  y  disminuido  en congresos legislativos o estados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llega este lunes a su 90 aniversario con el reto de recuperar la credibilidad perdida entre los mexicanos, pero sobre todo la de sus bases, si quiere sobrevivir como opción electoral en las elecciones intermedias del 2021, cuando se jugará gran parte de su futuro frente a esa aplanadora creciente en la que se ha convertido Morena.

Con sus 90 años de vida a cuestas, el  PRI llega aún conmocionado por esa terrible derrota del pasado 1 de julio, en la que perdió casi todo: la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión —donde apenas tiene 14 senadores y 47 diputados federales—; también perdió dos de los 14 estados que gobernaba (Jalisco y Yucatán), un centenar de municipios y la mayoría en los Congresos estatales.

 

Se espera que este  90 Aniversario se convierta en un parteaguas con el que comience la  actualización del tricolor. De entrada, se pondrá en marcha —de manera informal— el proceso de la renovación de su dirigencia nacional, que será electa por los militantes, y solicitarán que sea organizada por el INE.

“La decisión de renovarnos va en serio y es de fondo (…) el aniversario 90 será  una ocasión para mirar hacia el futuro y empezar a definir, juntos, cuál es el partido que queremos construir para seguir sirviendo a México”, asegura la dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu.

Recalca que el PRI llega “con la cara en alto” a este aniversario,  con una ruta clara de lo que tiene que ser, y que ahora ya no será un partido vertical, sino horizontal y democrático, que toma en cuenta a sus bases.

Sin embargo el PRI no la tiene fácil, pues la tendencia a la baja que ha sufrido el tricolor  entre el electorado es preocupante para ese partido: en las elecciones del 2018, el PRI obtuvo su menor porcentaje de votación en una elección presidencial, apenas superando el 16 por ciento, y  tiene la base de seguidores más reducida en su historia.

La intención de voto a favor del PRI rumbo a las elecciones intermedias de 2021 es del  9 por ciento (entre 11 y 12 en porcentaje efectivo) y con una tendencia a la baja, según una encuesta nacional de El Financiero publicada el pasado 28 de noviembre. Lo peor, el 47 por ciento manifestó que nunca votaría por ese partido.

Lo cierto es que el PRI ha envejecido con su electorado y no ha sido capaz de reclutar a las generaciones jóvenes.

De hecho ahí radica uno de los grandes retos que tendrán que plantearse en su 90 aniversario:  cómo adaptar a las nuevas generaciones de mexicanos, o extinguirse.

YA NO SE PUEDE EQUIVOCAR: CTM. Para el secretario general de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, el PRI tiene que “revisar muy bien” lo que ha hecho, pues no puede equivocarse de nueva cuenta e incluso reconoce el riesgo de que el tricolor se diluya inexorablemente si no saca y elige bien a su próxima dirigencia nacional, previsiblemente en agosto de este año.

—¿El PRI corre el riesgo de diluirse más si no se escoge a la persona adecuada?

—Sí, desde luego, pero se va a escoger a la persona adecuada con el voto de la mayoría de los priistas.

Sin embargo advirtió que gane quien gane, el PRI no puede seguir equivocándose y seguir haciendo un papel “tan triste y pobre” desde la oposición minoritaria en el Congreso de la  Unión.

“No podemos seguirnos equivocando y hacer un papel tan pobre y tan triste como el que hacemos, porque podemos ganar debates, pero no ganamos votaciones porque somos minoría”, lamenta el también senador tricolor.

—¿El PRI tiene que reinventarse?

—No sé si la palabra adecuada sea reinventarse, tenemos que revisar muy bien lo que hemos hecho, lo que no hemos hecho y lo que no volveremos a hacer.

—¿Y qué es lo que no se debe de hacer?

—No debe haber dedazo, debemos hacer nuestras elecciones democráticamente, para que nos podamos encontrar algo que perdimos en la elección  anterior.

PRI, SIN CREDIBILIDAD Y CONMOCIONADO. Para el expresidente de la Cámara de Diputados,  Jorge Carlos Ramírez Marín, el PRI llega a este 90 aniversario conmocionado y, sobre todo, sin credibilidad, por lo cual el principal reto que tiene enfrente es recuperar prestigio.

—¿Aún tiene credibilidad el PRI?

—No, hoy no; tiene que construir esa credibilidad, si la tuviera habríamos ganado.

—¿Cómo llega el PRI?

—Llega conmocionado por el efecto de la peor elección de su historia; pero lo importante es que empieza nuevamente a unirse, a reagruparse, a trabajar en equipo.

Ramírez Marín advierte a Crónica que el PRI se juega su existencia en la elección interna para renovar su dirigencia; igual en los comicios del 2021.

“Va a ser definitiva, el PRI se juega la vida en esa elección sin lugar a dudas…”, advierte.

Desestima que el PRI muera de inanición pero sí alerta que necesita recuperar prestigio para ir por  votantes que hoy no tiene.

El senador tricolor asegura que no hay que temerle a ningún método de elección al interior del PRI, pues lo que el tricolor requiere ahora es un dirigente que gane elecciones. “Nadie nos  va a poner una medalla por haber organizado la mejor elección interna.  La vida de los partidos está determinada por lo que les conviene, los partidos no son clubes sociales, tienen una meta: ganar elecciones y un partido que tiene una vida interna democrática muy linda pero no gana elecciones no dura mucho tiempo”.

A pesar de lo  agonizante que parece estar, el PRI aún gobierna 12 entidades, entre ellas la del Estado de México —la única importante que le queda— y varios cientos de municipios,  con lo cual unos 48 millones de mexicanos son gobernados por el tricolor,  es decir un 41 por ciento del total de la población, lo que aún le da algo de respiración al viejo partido.

Eso sin contar que durante este año, tendrá  849 millones 372 mil 311 pesos, nada despreciables para intentar este relanzamiento rumbo al 2021, cuando se renovará la Cámara de Diputados, 13 gubernaturas, casi mil 500 ayuntamientos  y  270 diputados locales.