El gobierno de la IV Transformación ha dirigido uno de sus programas sociales de mayor envergadura a jóvenes ninis de entre 19 y 29 años, aquellos que no están estudiando ni trabajando, a efecto de engancharlos como aprendices pagados en centros laborales. Un problema se cierne sobre esta población, alcanzando a uno de cada diez: el consumo cotidiano de alcohol. De hecho, en una acción paralela de gran envergadura y próxima a ser anunciada, se lanzará una campaña contra las adicciones, especialmente dirigida a jóvenes. El problema es sencillo en el caso del alcoholismo, en caso de lograr la cobertura de los 2.3 millones de jóvenes en esa situación, habrá 271 mil 365 entre ellos que han hecho hábito de beber cada semana y de los cuales aproximadamente 67 mil lo hacen a diario y en forma inmoderada (diez o más tragos en una sentada).
De acuerdo con la última base de datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT 2017) es suficientemente detallada para detectar a los ninis que consumen alcohol en forma habitual o excesiva, un factor que, al parecer, el gobierno federal está considerando como riesgo relevante para que se cumplan los objetivos del programa estrella de la administración amlista.
La dinámica del consumo de alcohol se ha modificado lentamente a lo largo de la última década, en la que esto ha sido monitoreado por el INEGI, pero siempre hacia un incremento en el porcentaje de población y donde se observa la reducción de la edad en el inicio de este hábito de beber (Reporte de Alcohol, ENCODAT 2016-2017).
Por ahora, habrá que esperar a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador lance su campaña contra las adicciones en el país, a efecto de conocer a fondo la vinculación que tendrá con otros temas prioritarios de su administración, incluyendo el programa para ninis referido y que oficialmente se denominará Jóvenes Construyendo el Futuro, en su modalidad de Capacitación en el Trabajo.
En el caso del alcohol, una de varias sustancias adictivas a las que se da seguimiento, la ENCODAT detecta que 12 por ciento de los jóvenes en edad y condición de integrarse a la Capacitación para el Trabajo, hace uso del alcohol cada semana.
La zona hard, entre ellos, es aquella en la que la bebida se ha hecho un hábito diario, incluso para ingerir bebidas embriagantes dos o tres veces en el mismo día: 16 mil están en esta zona dura del alcoholismo ya declarado.
Las cifras de la ENCODAT parecen avalar la preocupación gubernamental en el caso del alcohol, pero el tema de las drogas duras resulta aún más llamativo y Crónica tratará el tema durante la presente semana. En ese caso, la campaña contra las adicciones no sólo ataca el tema de salud pública, sino que también afronta la generación de consumidores para el tráfico de drogas al que se le atribuyen, desde el sexenio de (Felipe) Calderón, fenómenos como las ejecuciones entre criminales, las disputas de cárteles por plazas (ciudades o regiones) del país y el fortalecimiento del crimen organizado.
A la par, Crónica recogerá los testimonios de quienes fueron jóvenes y que en la adicción al alcohol u otras sustancias vieron torcido su camino hacia los planes de futuro que tuvieron alguna vez y que ya nunca serán; hacia aquellos otros que están ahora mismo en esa disyuntiva y a quienes están encaminándose al programa amlista, a efecto de dejar atrás una época en la que, sin estudiar ni trabajar, se vieron acompañados por sustancias adictivas.
Debilitar el mercado de las drogas
Una eventual vinculación entre un programa de apoyos directos a aprendices y aspectos de la vida de los beneficiarios, no resultaría algo completamente nuevo en las concepciones de Andrés Manuel López Obrador. El Presidente ha dicho de viva voz que, por ejemplo, en el caso del huachicol, ha planteado que los programas sociales deben desvincular a la población del hábito de recibir como “regalo” la gasolina robada.
Así, no será raro que en la gran campaña contra adicciones, ésta resulte vinculada a la necesidad de fortalecer el empleo y debilitar el mercado juvenil de drogas duras.
Programa para ninis
Jóvenes Construyendo el Futuro, en su modalidad de capacitación laboral, está dirigida a 2.3 millones de jóvenes y es operado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. La dimensión presupuestal de este programa a toda marcha implica 8.2 mil millones de pesos mensuales de recursos oficiales.
Cada joven recibe 3 mil 600 pesos mensuales, hasta por un año, a condición de mantenerse como aprendiz en la empresa que le es asignada.