El dictamen de la reforma educativa (o contrarreforma, según se le vea) logró pasar de la Cámara de Diputados al Senado, pero fracasaron los planes de aprobarlo fast track este miércoles: los panistas se opusieron, mientras morenistas y aliados se disciplinaron, pero todos, absolutamente todos, ejercieron su derecho al pataleo y el envío al Senado se atrasó cuatro horas, dejando el desenlace para hoy.

Se retrasó aprobación de la reforma educativa, pero no hubo indisciplinas | La Crónica de Hoy
Escena en la Cámara de Diputados durante la jornada para debatir la reforma educativa

El plan original era que el bloque morenista de diputados y sus aliados aprobara rápido en lo general y lo particular la reforma educativa amlista, aquella misma que echa para atrás lo reformado a la Constitución durante la administración de Enrique Peña Nieto. El plan original marcaba que esto podía ocurrir hacia las 19:00 horas de este miércoles; las 20:00 horas si había retrasos.

Inicialmente salió bien, pues con 51 votos a favor se aprobó en comisiones, en lo general y en lo particular, el documento que debía llegar al Pleno en San Lázaro para ser votado allí igualmente en fast track.

 

Logrado lo anterior, el mensajero más veloz de San Lázaro debía ir hasta el Senado y entregar la documentación ya debidamente oficializada. En el Senado, un Pleno preparado de antemano, aprobaría lo enviado, pues las modificaciones generadas en San Lázaro estaban previamente avaladas por la Cámara alta. Ése era el plan, pero los tiempos fueron otros.

Acción Nacional se quedó navegando solo en una oposición obcecada que veía como graves las modificaciones acordadas con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. El PRI se asumía como el fiel de la balanza. Se dio el lujo de mantener su apoyo al dictamen, pero haciéndole ver a Morena que ésta sería la primera vez que un órgano que alcanzó la autonomía (el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación), la perdiera por decisión del Congreso.

Cuando se abrió el sistema electrónico de votación, el apoyo al dictamen fue amplio en lo general (396 a favor, cuando se requerían 334), pero antes y después legisladores de todos los partidos se dieron el lujo de patalear: los panistas para oponerse; el bloque mayoritario para contestar a cada señalamiento blanquiazul y hasta referir que podían estar en contra del dictamen (como hizo Noroña), pero que por ninguna causa querían hacerle el juego “a la derecha”.

Y si bien el resultado era el mismo, la aprobación en lo particular se dio hasta cerca de las 23:00 horas. Para entonces el Senado ya había levantado la sesión y convocado al Pleno a las 10:00 horas de hoy. Avanzó la reforma que desea el Presidente para cumplir su palabra de erradicar las evaluaciones “punitivas” a maestros, pero lo hizo con retraso.

“No hay materia, vámonos”

El Senado determinó aplazar para este jueves la sesión  donde se discutirá la reforma educativa, luego de que se declaró que “no había materia” para debatir ayer, debido a la tardanza de la Cámara de Diputados.

El coordinador de la bancada morenista, Ricardo Monreal, buscaba asegurar la mayoría calificada y alejar una repetición del escenario del pasado 30 de abril, cuando inesperadamente  se le escapó la aprobación de la reforma educativa por un solo voto.

PRI, Movimiento Ciudadano y PRD han manifestado su intención de apoyar esta reforma educativa, sobre todo luego de que en diputados se incluyó lo relativo a impedir el control de las plazas por parte del sindicato. “El acuerdo se está construyendo para obtener la mayoría calificada”, aseveró el zacatecano.

Si el Senado es más disciplinado que San Lázaro, sólo permitirá un posicionamiento por grupo parlamentario, lo que le dará velocidad a su aprobación.