Las detonaciones de una Glock 9 mm devolvieron al primer plano de atención el problema del control del ambulantaje y los espacios públicos
Actualmente, cerca de cuatro mil comerciantes ambulantes están repartidos en las calles de Cuernavaca, sin embargo, en 1998 se pudo ordenar el comercio, recuperar las banquetas y reubicarlos en las Plazas Lido y Degollado, porque no había sindicatos.
Los comerciantes señalaron que las administraciones de Manuel Martínez Garrigos y Jorge Morales Barud toleraron, fomentaron y vendieron los espacios para que nuevamente las calles se llenaran de puestos, pero el problema tocó fondo con la ronda de balazos, en el primer cuadro, el miércoles 8 de mayo, cortando la vida de dos personas y dejando heridas a otras dos, lo que evidenció la mafia en que se ha convertido el negocio de las calles.
El comienzo de la limpia
Los gobiernos posteriores a Sergio Estrada Cajigal, autor de dicha limpieza, panistas como Raúl Hernández y Jesús Giles lograron contener la invasión y evitaron los conflictos, sin embargo, los gobiernos priístas que le siguieron se mostraron omisos y hasta cómplices, dice, Mario Lara López, como parte de los comerciantes de las plazas Lido y Degollado.
Recordó que en 1998, sin la intermediación de sindicatos, el grupo de 450 ambulantes de Plaza Lido y otros 180 en Degollado lograron un acuerdo histórico con el municipio con un interés común de generar otra imagen en el centro capitalino.
Asimismo, aceptó, hubo debilidad y hasta complicidad de los gobiernos municipales, quienes no hicieron nada mientras se invadían las banquetas y que no se ha mostrado mayor fuerza en la aplicación de la ley. Afirmó que ha faltado el diálogo entre las partes, pero la injerencia de los sindicatos con el pretexto de "proteger" a los ambulantes ha propiciado que el asunto se fuera hasta niveles alarmantes.
A casi 21 años, en fechas representativas como fin de año, cierran la calle y venden a diferentes precios, porque con el paso de los años, el Ayuntamiento se olvidó de ellos, de dar mantenimiento a los espacios y de promoverlos; dos condiciones por las que aceptaron la reubicación.
Los comerciantes señalan que en la administración de Jorge Morales Barud el ambulantaje se disparó de manera alarmante, al grado de llegar a ser incontenible durante el trienio del ahora gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, puesto que invadieron las calles con la complacencia de la autoridad municipal y permisos de 2006 que ostentan los ambulantes son ilegales, y esto fácil de cotejar con la ley y los reglamentos del Centro Histórico.
La irrupción de sindicatos
En años posteriores al gobierno de Martínez Garrigós, el activismo de los comerciantes se incrementó; gradualmente las calles se vieron invadidas, aunque los llamados de los locatarios de las plazas y de los establecidos a poner orden y detener la "invasión" fueron muchos. Sin embargo, a pesar de los intentos y las promesas de solucionar el conflicto, nunca se llevó a cabo.
Antes concluir su gestión, Manuel Martínez dejó la responsabilidad a Rogelio Sánchez Gatica, quién por primera vez ordenó un fuerte operativo en contra de los ambulantes, sobre avenida Morelos, desde las Palmas hasta el parque San Juan, y la calle Hidalgo.
No obstante la solicitud de los comerciantes de las plazas Lido y Degollado y de los establecidos para regresar al orden a la ciudad, generó la intervención de los lideres del Nuevo Grupo Sindical (NGS) con el pretexto de defender a las personas que solo buscaban un modo de vivir.
De esta forma, casi imperceptible, las huestes de NGS doblegaron la autoridad del municipio, invadieron más espacios: Degollado, Morelos, Guerrero, Juárez, Hidalgo, así como los alrededores de Palacio de Cortes.
Asimismo, al notar la fuerza que representaba estar con el comercio, CTM se involucra y poco antes de la salida de Jorge Morales Barud, se hace representante de los locatarios de Plaza Lido, con el apoyo de otros supuestos líderes como Sergio Benítez y una persona de nombre "Lucio", y, de manera gradual, Roberto Castrejón Campos, quien le fue entregando la representación a su hijo Roberto Castrejón Jr.
Entre reclamos y protestas, los conflictos por el comercio y los espacios en las calles del Centro Histórico no pasaban de vituperios y acusaciones mediáticas, incluso, los dirigentes gremiales ordenaban a los nuevos comerciantes agarrar un lugar, se establecían y lo reclamaban.
Gobierno toma el control
Mientras el asunto fue ignorado por otros ayuntamientos y por el pasado Gobierno estatal, el pasado 22 de abril, por primera vez fueron convocados a una mesa los dos dirigentes, tanto de NGS como CTM, con el fin de trabajar en un ordenamiento del Centro Histórico; en esa ocasión el Ayuntamiento de Cuernavaca no asistió.
Posteriormente, se realizó una segunda reunión, el 29 de abril; ahí, Ben Hur Hernández aseguró que había disposición de todas las partes de realizar un censo y definir a los comerciantes que serían considerados en el reordenamiento. La última reunión fue el 8 de mayo. Al verse desairados algunos comerciantes, se dirigieron a Galeana y bloquearon la calle. La reunión tardó una hora, todos salieron alrededor de las 10:00 horas, pero minutos después las detonaciones de una Glock 9 milímetros devolvieron al primer plano la atención del problema por el control del ambulantaje y la pelea por los espacios públicos; el estallido de balazos recordó a la mafia que pelea hasta con la vida por conservar el poder del uno sobre el otro.