El impulso de Liberales y Verdes impide que el auge de los extremistas, con victorias clave en Francia, Italia o Polonia, sea suficiente para dinamitar la UE desde el Parlamento Europeo
La ultraderecha se consolida, pero no logra mandar en Europa | La Crónica de Hoy

Las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en los últimos cuatro días en 28 países europeos, catalogadas como las más importantes de la historia del viejo continente, depararon el esperado auge de la extrema derecha, pero no hasta los niveles que los peores pronósticos vaticinaban.

Las formaciones euroescépticas cumplieron en líneas generales sus pronósticos en los países donde tienen más fuerza, como Francia, Italia, Polonia o Hungría, pero quedaron frustrados en países como Holanda, Austria o España, donde los socialistas ganaron con el 33 por ciento de votos y 20 escaños y los ultras de Vox lograron apenas 3 escaños y perdieron votos respecto a las generales de hace un mes.

 

En el caso holandés, el aumento de la participación llevó al Partido por la Libertad de Geert Wilders a perder los cuatro escaños que tenía, mientras que en Austria, el escándalo de tráfico de influencias que rodeó al FPÖ esta semana hizo quedar al partido en tercer lugar.

VICTORIAS ULTRAS. Entre tanto, Marine Le Pen revalidó su victoria de 2014, superando por la mínima a la formación del presidente Emmanuel Macron, que presentaba las elecciones como un plebiscito sobre su labor al frente del Elíseo. El macronismo sumó un 22 por ciento, un punto menos que Le Pen, poniendo en evidencia el desgaste de la crisis de los chalecos amarillos.

En Italia, Matteo Salvini hizo buenos los pronósticos y se hizo con la victoria, aunque con algo menos de margen del vaticinado por los sondeos. En total, la Liga Norte logró 28 diputados, lo que eleva a Salvini como el gran líder de la extrema derecha europea.

Los ultras obtuvieron sólidas victorias también en Polonia y Hungría, países donde ya gobiernan. En el caso polaco, el PIS de Jaroslav Kaczynski sumó 24 escaños y superó en 3 a la coalición opositora, mientras que en el húngaro, el Fidész de Víktor Orbán obtuvo una amplia victoria con 13 escaños.

MENSAJE BRITÁNICO. El nuevo partido Brexit de Nigel Farage también cumplió los pronósticos y logró la victoria en las elecciones de la vergüenza en Reino Unido, donde no debían celebrarse elecciones pero el retraso en la salida de la UE llevó al país a las urnas. Los electores dejaron clara su insatisfacción con la gestión de los conservadores de la primera ministra Theresa May, cuyo partido quedó en quinto lugar, y colocaron como segundos a los Liberal Demócratas, partidarios de seguir en la UE.

FRENO LIBERAL Y VERDE.  El auge de los Liberales Demócratas, centristas, y de los Verdes, izquierda, impidió que la efervescencia de la extrema derecha fuera suficiente para empezar a cumplir su objetivo de dividir y dinamitar la UE.

Uno de los mejores ejemplos fue el resultado de los Liberal Demócratas británicos, con 16 escaños, pero hay que contar sobre todo al macronismo (21) y a Europa Ecológica (12) en Francia, así como a los Verdes alemanes, que quedaron en segundo lugar con 21 escaños, 9 más que en 2014, tras la CDU de la canciller Angela Merkel y por delante de los socialdemócratas.

DESGASTE. En conjunto, las formaciones populistas y ultras sumaron 168 escaños, englobadas en el grupo de los Nacionalistas (58) y el grupo de la Libertad y la Democracia Directa (56), que incluye a populistas de todo el espectro ideológico, como por el ejemplo el M5S de Luigi di Maio en Italia. Sin embargo, cuentan también partidos como el polaco PIS, del grupo de los Conservadores Reformistas, junto a los tories británicos de Theresa May, o como el húngaro Fidész, parte del Partido Popular Europeo (PPE), la derecha tradicional.

Una de las principales conclusiones es que el resultado de ayer es un batacazo para el PPE, que pese a volver a ganar, pierde 42 diputados del total de 751 y se queda con 179, y para los socialdemócratas, que repiten como segundos pero pierden otros 41 y se quedan con 150. Esto depara un parlamento europeo más fracturado que nunca y que deberá apoyarse en Liberales y Verdes para legislar.

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