Productores de Guerrero han usado por años fertilizante del Gobierno para cultivar enervantes, aseguraron líderes campesinos y funcionarios.
“Sin duda. Nos han dicho que al cultivo de la amapola se le aplicaba el fertilizante oficial”, dijo Rigoberto Acosta, dirigente del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero.
Recordó incluso que en la Administración de Zeferino Torreblanca él y una delegación de Estados Unidos visitaron comunidades de José Azueta y Coyuca de Catalán y comprobaron ese hecho.
El pasado 1 de junio, productores de la comunidad de Puerto del Gallo, retuvieron durante un día a militares y a policías estatales, para reprocharles que el nuevo Gobierno federal les quite el fertilizante y les pida dejar de sembrar enervantes a cambio de proyectos productivos que no llegan.
Ahora, ante la caída del precio de la goma de opio, los funcionarios federales que acudieron a entregar 2 mil toneladas de fertilizante a 4 mil productores de 30 pueblos de esa región de la Sierra, pidieron apostar por el maíz.
De hecho, Pablo González Villalba, asesor de Pablo Amílcar, delegado federal en Guerrero, dijo que ahora los productores pidieron sulfato de amonio y no fosfato diamónico, que era el que usaban para los enervantes.
"Los campesinos dijeron que no querían el fosfato, que tiene otro tipo de sustancias, y que por versiones de ellos es que lo utilizaban para la producción de ese cultivo", afirmó.
"Es lo que dijeron ellos, nosotros no podemos comprobar si se dedicaban a ese tipo de cultivos de enervantes y si utilizaban el fertilizante para esos fines".
Tras 24 años de que el Gobierno estatal y los municipios subsidiaban el fertilizante, el Presidente Andrés Manuel López Obrador puso en marcha este programa nacional, cuyo plan piloto inició en Guerrero.
Con una inversión de mil millones de pesos del Gobierno federal se le entregará el fertilizante a los productores.
Hasta principios de junio, el padrón era de 401 mil productores inscritos para una superficie de 450 mil hectáreas de maíz.
González Villalba planteó que será a finales de este año cuando se sepa si con este nuevo esquema aumenta la producción de maíz, aunque recordó que desde 1994, año en que se puso en marcha este programa social por parte del Gobierno local, el rendimiento no ha crecido.
Pega crisis
El dirigente del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (Cresig), Rigoberto Acosta, señaló que en pláticas que ha tenido con los habitantes de comunidades de la sierra le han dicho que debido a la baja en el precio de la goma de opio han decidido optar por la siembra del maíz.
El también ex Secretario de Desarrollo Rural aclaró que no todos los productores de la sierra o de la Región de la Montaña se dedican a los cultivos ilícitos.
Citó el ejemplo de la sierra, donde la gente diversifica sus actividades económicas durante el año en la ganadería, la producción de mezcal, miel, amapola y maíz.
Detalló que, según datos oficiales, cada año se cultivan 20 mil 975 hectáreas de maíz en comunidades de 14 municipios de la sierra alta y sierra baja, donde obtienen una producción de 15 mil 731 toneladas que es insuficiente para el autoconsumo.
Acusan uso político del abono
El presidente del Consejo Estatal del Maíz, Ventura Reyes Urióstegui, consideró que el programa social del fertilizante que se puso en marcha desde hace más de 24 años ha sido utilizado por autoridades estatales y municipales con fines de lucro económico y político.
Recordó que durante la Administración de Rubén Figueroa los camiones que eran de su empresa eran usados para el reparto de los bultos del abono a las comunidades beneficiadas.
Reyes Urióstegui acusó que el PRI y el PRD, cuando estuvieron al frente del Gobierno estatal, ocupaban este programa como propaganda política en épocas de elecciones locales y federales.
Planteó la necesidad de que el Gobierno impulse un programa de concientización entre los campesinos para rescatar el suelo intercalando semillas criollas con el maíz en las siembras para ya no depender del fertilizante.
El funcionario y Jorge Peto Calderón, integrante de la Unión de Agrónomos Guerrerenses, denunciaron además que la semilla mejorada que se reparte a los campesinos junto con el paquete de fertilizante no está adaptada ni validada para el suelo de las diversas regiones de esta entidad.
Reyes Urióstegui afirmó que incluso esta semilla mejorada no tiene el aval del Sistema Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), que es un organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.