Por un caso de tortura en contra de un interno en el Centro de Readaptación Social de Atlacholoaya, de nombre Antonio "N", el pasado 25, su esposa interpuso una queja ante la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Morelos en esa misma fecha (anteayer), en contra de la directora general de Centros Penitenciarios, Miriam Mireles Toledo.
La denuncia interpuesta derivó de la tortura que custodios propinaron a Antonio la madrugada del pasado miércoles, quien se encuentra recluido en dicho centro de readaptación social desde hace ocho años, presumiblemente, por denuncias previas también relacionadas con abusos de la autoridad.
La mujer declaró ante los funcionarios de Derechos Humanos que, anteriormente, ya se habían presentado quejas ante el defensor de esta entidad, por otras agresiones físicas y psicológicas, de las que fue víctima la misma persona. Esos señalamientos se dirigieron, en esas ocasiones, también en contra de Mireles Toledo. Ante ello, la respuesta de la funcionaria fue la de amenazar al interno y a la esposa, en el sentido que "podría pasarles algo" a ellos dos o, incluso, a sus hijas, dice la queja. También se advirtió que al interno lo podrían trasladar a un penal lejano.
Tras esas amenazas, recientemente, una patrulla estuvo varias horas afuera del domicilio de esta pareja, sin motivo alguno pero, a decir de la señora, a manera de amenaza y forma de intimidación.
La agresión más reciente -quedó establecido en la queja en contra de la directora referida- se dio en la madrugada de este miércoles 25, cuando la víctima de los abusos denunciados fue golpeado y desnudado, antes de ser trasladado al "pasillo especial o dormitorio especial", donde la golpiza continuó.
La quejosa pidió la intervención de la CDH, a fin que los castigos ilegales en contra de su esposo se detengan de inmediato y se garantice su salud física y psicológica. Al punto en que se encuentra su familiar, estableció la mujer, teme incluso por su vida.