La secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carolina Monroy, asumió temporalmente la presidencia del partido tricolor, después que la dirigencia aclaró que la renuncia de Manlio Fabio Beltrones Rivera es ‘‘irrevocable’’.
En un máximo de 60 días se deberá convocar al Consejo Político Nacional, el cual definirá el relevo y desde ahora se mencionan, entre otros, al coordinador de los senadores, Emilio Gamboa Patrón, y al secretario de Agricultura, José Calzada, aunque los priístas recordaron que este último perdió el año pasado la elección en Querétaro.
Después de la reunión del lunes por la noche en la sede nacional del partido, los priístas resaltaron dos hechos: es la primera vez que un presidente del tricolor presenta su renuncia ante la Comisión Política Permanente, y que la mayoría de sus integrantes pide no aceptarla. Sin embargo, ayer colaboradores de Beltrones y de su equipo de comunicación comenzaron a desocupar oficinas y a sacar papelería.
Como parte del análisis del revés del 5 de junio, buena parte de los dirigentes priístas que abordaron el tema cuestionaron que, desde el gobierno federal, el Partido Acción Nacional (PAN) actuó contra el Revolucionario Institucional. Acusaron que delegados de todas las dependencias ‘‘trabajan para el PAN’’, y hubo quienes incluso señalaron que la administración ‘‘está infestada de panistas’’ heredados de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, y que desde esas posiciones operaron contra el PRI.
La noche del lunes, el primero en definir que el resultado del 5 junio no es responsabilidad de Beltrones y del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) fue Emilio Gamboa. Consejeros asistentes a la reunión informaron que los 24 priístas que hablaron después del mensaje inaugural de Beltrones, desde que comenzó Gamboa hasta que cerró la lista el secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Carlos Aceves del Olmo, consideraron que no debía aceptarse que el sonorense deje la dirigencia.
‘‘Espero que esta renuncia no sea definitiva’’, le dijo el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas. De los 15 gobernadores priístas en funciones el único que faltó fue Javier Duarte, responsable de la derrota en Veracruz, y al que el priísmo protegió de la solicitud de juicio político. Y de los que también perdieron el proceso en sus estados sólo no hablaron Roberto Borge, de Quintana Roo, y César Duarte, de Chihuahua. La gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, tampoco intervino.
La Comisión Política Permanente se conforma con 60 integrantes del CPN, es presidida por Enrique Peña Nieto, y en ella confluyen los gobernadores, los coordinadores parlamentarios, los dirigentes de los sectores, así como diputados y senadores.
Antes de llegar a la sesión, Beltrones citó a los gobernadores en su oficina del primer piso del edificio 2 del CEN, y hacia el final de una intervención les comunicó primero a ellos su renuncia y más tarde al resto de los consejeros. Ayer, el sonorense ofreció entrevistas de radio donde afirmó que renunció por convicción y congruencia con su trabajo político, y porque ‘‘si no hay consecuencias parece que no pasó nada’’ el 5 de junio.
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Reconoció que antes del proceso el partido sí tenía información de que podía ganar sólo siete de las 12 gubernaturas en disputa, y consideró que el resultado representa ‘‘un aviso a tiempo’’ para que el PRI se mire a sí mismo y defina qué tan competitivo es con otros partidos.
Beltrones informó que comió la semana pasada con el presidente Enrique Peña Nieto, y ambos coincidieron en que es muy importante para el PRI una reflexión hacia delante; sostuvo que platicará con el mandatario ‘‘cuantas veces sea necesario y me invite’’.
Cuando le preguntaron si su retiro de la dirigencia tiene una implicación personal para 2018, respondió: ‘‘Mi renuncia al PRI nacional no es ni renuncia ni aceptación a la candidatura (presidencial). Es una pausa para una reflexión. Hoy no está en mi pensamiento buscar una candidatura’’.
Así como en su mensaje del lunes, Beltrones señaló que el mensaje de los electores para el tricolor es que ya no se admitan desviaciones y corrupción. Ahora, concluyó, el partido debe definir un proyecto y decidir qué figuras pueden consolidar un proyecto y con quién hacer más atractiva su oferta a los ciudadanos.