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REPORTE ÍNDIGO: Morena Fase 2

En tres semanas se emite la convocatoria para la renovación de la dirigencia nacional del partido en el poder, lo que ha provocado fricciones internas las cuales, sumadas a los favoritismos entre militantes y a la opacidad en el padrón, amenazan con fracturar tanto el proceso democrático como el rumbo de la organización

Los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) enfrentan un proceso de transformación de sus estructuras internas, mismo que arrancará el próximo mes y que tendrá mayor visibilidad con el cambio de su dirigencia nacional, situación proyectada para noviembre de este mismo año.

La transición del partido guinda –organismo que en cinco años pasó de ser un movimiento social a la primera fuerza política del país– se da en medio del choque ideológico de sus principales actores.

No obstante, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), fundador del instituto político, dejó en claro desde la presidencia de la República que se mantendrá distante a los cambios programados para Morena.

Hasta el momento son cuatro los personajes que han levantado la mano interesados en la contienda: el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado Carrillo; el senador suplente Alejandro Rojas Díaz; la presidenta del Consejo Nacional, Bertha Luján Uranga y Yeidckol Polevnsky, actual presidenta interina del partido

Los aspirantes coinciden en la relevancia que tiene el proceso para la construcción de una democracia interna, pero sus diferenciadas visiones y objetivos ya están generando los primeros roces entre los militantes morenistas.

“Hay dos visiones dentro de Morena. Una visión que tienen los aspirantes –Betha, Yeidckol y Mario– de que ellos quieren tener un Morena cerrado”, comenta Alejandro Rojas en entrevista para Reporte Índigo.

A consideración del senador suplente de Ricardo Monreal, uno de los principales problemas que se tienen que resolver de aquí al próximo 19 de agosto –fecha de lanzamiento de la convocatoria para la renovación de la dirigencia– está en el padrón actual de la organización.

Un registro de 319 mil 449 militantes contabilizados por el Instituto Nacional Electoral (INE) hasta el mes de diciembre de 2017; un registro de participación mínima que no contempla las nuevas afiliaciones –3 millones pendientes en 2017 y casi 7 millones de allegados durante 2018 y parte del 2019 a consideración del aspirante– y que podrían prestarse como “candados” para delimitar la elección y vulnerar los derechos políticos de los integrantes de la organización.

“Quieren reabrir el padrón en 2020 para darlos de alta y luego imponer que, para ser candidatos en el 2021, se tengan que acreditar 3 años de militancia efectiva. Es decir; si a ti te dan de alta en el 2020, le dices adiós al 2021.

En opinión del exsecretario de Turismo de la CDMX, permitir que tan sólo 319 mil integrantes del partido decidan con su voto la totalidad de las dirigencias a nivel municipal, estatal y nacional de Morena es un acto “antidemocrático”, por lo que insistió que a la par del registro de todos los militantes pendientes, se tienen que invertir mil 500 millones de pesos para poder llevar a cabo un “proceso ejemplar”. Uno en donde se transparenten las condiciones estructurales de la organización para evitar una debacle en el corto plazo.
Confianza y madurez

La presidenta del Consejo Nacional de Morena, Bertha Elena Luján Uranga, coincide en que existe un padrón general histórico “Sirena” (Sistema de Registro Electrónico Nacional de Afiliados) que consta de 3 millones 100 mil afiliados, los cuales se encuentran pendientes de acreditación ante el INE.

Sin embargo aclara que para estas elecciones internas no se podrán tomar en cuenta los allegados al partido de 2018 a la fecha, debido a que no fueron parte del sistema oficial de militantes.“No hay nuevos afiliados porque el registro se cerró en diciembre de 2017. El registro se va a reabrir cuando así lo disponga Morena (…) Habría que preguntarle a él (Alejandro Rojas) de dónde saca ese número (7 millones de militantes pendientes); él no tiene ningún cargo en Morena ni está en la secretaría de Organización. No es una gente que pueda hablar institucionalmente sobre este asunto”, comenta.

Para Luján Uranga, existe una preocupación real sobre la manera en la que los morenistas lograrán colocar a su partido “en el lugar correcto” para impulsar el régimen de la Cuarta Transformación y que realmente se mantengan a la altura de los retos que se avecinan con las elecciones intermedias de 2021 y la sucesión presidencial de 2024.

“La cuestión de la elección interna tiene que ver con una oportunidad de reorganizarnos. Hay diferentes puntos de vista sobre cómo podemos llevar adelante este proceso y de qué manera asegurar que sea democrático, transparente, incluyente y que sean los afiliados, hasta diciembre de 2017, los que participen.

“Entonces, más que conflictos hay diferentes opiniones. Pero creo que hay la madurez necesaria para resolverlos de manera tranquila. Creo que nos podemos poner de acuerdo en lo que sigue”, dice.
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Toman posiciones piezas fundamentales de Morena

Conforme avanza el proceso de reestructuración de Morena, algunas de las piezas fundamentales comienzan a tomar partido dando su apoyo abiertamente hacia sus candidatos predilectos, siendo el caso de los gobernadores emanados del partido los que podrían acarrear una mayor cantidad de votos hacia los aspirantes.

En los casos recientes de Baja California y Puebla, Yeidckol Polevnsky se mantuvo presente durante las campañas tanto de Jaime Bonilla como de Luis Miguel Barbosa Huerta, por lo que el espaldarazo de estas regiones para que la actual presidenta permanezca en su cargo se vislumbra inminente.

Yeidckol Polevnsky podría recibir el espaldarazo por parte del gobernador electo de Baja California Jaime Bonilla y del próximo mandatario de Puebla, Luis Miguel Barbosa

Desde Tabasco, el gobernador Adán Augusto López Hernández no ocultó su favoritismo por el diputado Mario Delgado para ocupar el cargo, apoyo al cual se sumó también el líder sindical y exsenador Pedro Haces Barba.

“En el caso particular de Mario Delgado –quien ha recibido el apoyo de muchos diputados federales, senadores y gobernadores como el de Tabasco, que se pronunciaron por su candidatura a la dirigencia del partido– te puedo decir que está construyendo un movimiento de unidad, consenso y diálogo”, expresa el diputado federal Sergio Carlos Gutiérrez Luna.

El también secretario de la comisión de Puntos Constitucionales, comenta que el proceso de renovación de la dirigencia tiene que ser una contienda de “ideas y propuestas, no una de ataques y descalificaciones”, cercano al camino de la unidad y alejado de las posturas que polarizan al partido”.

El gobernador Adán Augusto López Hernández y el líder sindical y exsenador Pedro Haces Barba han mostrado abiertamente su favoritismo por el diputado Mario Delgado

Siguiente Paso

Al ser cuestionado sobre la permanencia de la actual presidenta en el cargo, Gutiérrez Luna comenta que es necesario preparar al partido para la siguiente etapa de su vida institucional, algo para lo cual la figura de Polevnsky no encajará con las necesidades de diálogo con otras fuerzas políticas.

“A Yeidckol hay que agradecerle y reconocerle que estuvo al frente del partido en una etapa complicada, que fue la elección presidencial de 2018, y luego en el tema post electoral en donde los cuadros del partido se fueron a otras actividades.

“Yo creo que si queremos abonar a la unidad, no debemos comenzar con descalificaciones. Entonces ella tuvo un momento relevante, hizo un papel digno en esa función pero creo que es momento de que otra persona pueda hacerse cargo de esta encomienda”, dice.

Sobre la renovación, Sergio Carlos Gutiérrez Luna asegura que mientras otros partidos históricos del país se han cerrado o creado “pequeñas burbujas de poder”, Morena no debe olvidar que su origen está en una lucha social, algo que no debe perder de vista con su llegada al Gobierno federal.

El proceso de renovación de la dirigencia tiene que ser una contienda de ideas y propuestas, no una de ataques y descalificaciones, cercano al camino de la unidad y alejado de las posturas que polarizan al partido

- Sergio Carlos Gutiérrez Luna

Diputado federal

“A Morena lo que lo hizo grande fue la sociedad y ese movimiento que generó la propuesta de Andrés Manuel. No fueron liderazgos propios del partido, sino un movimiento social que arropó a Morena y su propuesta a la presidencia de la República lo que la llevó al triunfo”.

Respecto al proceso que arranca con la convocatoria del próximo 19 de agosto y concluye como fecha límite el 20 de noviembre, el diputado federal confía en que los retos que se presentan para la organización se superen.

“Aspiro a que sea un proceso tranquilo en donde pongamos por encima el coadyuvar con el cambio y con la transformación que el país necesita”.

Integrantes clave al interior de Morena han comenzado a tomar sus propias posturas respecto a quien les gustaría que fuera el próximo dirigente nacional, entre las principales figuras que ya se encuentran influyendo en el proceso están los gobernadores guindas

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‘La unidad implica coexistencia’

En el tránsito hacia la segunda etapa en la vida pública del partido guinda, las fricciones de las diversas corrientes ideológicas han dificultado el entendimiento entre ellas, por lo que los conceptos de unidad y de diálogo colectivo se han vuelto objetivos cruciales para los morenistas del país.

Los que creen que la unidad es incondicional no entienden de democracia; no entienden el sistema político ni la vida de nuestro país. La unidad implica coexistencia, respeto, compromiso mutuo y responsabilidad. En Morena es tiempo de la unidad objetiva, que implica cerrarle el paso al arribismo y el sectarismo

- Alejandro Armenta Mier

Senador de la República

Desde su perspectiva, el partido al que representa está en un tránsito de consolidación con elementos como un Instituto de Capacitación naciente que da cuenta de que “vienen años muy importantes de formación”.

“El proceso de renovación de la dirigencia tiene que ser un proceso que marque la unidad. Que se entienda y entendamos que nuestro partido tiene 5 años de vida institucional frente a otras fuerzas políticas de más de 70 años.

“A 5 años de existencia, ya gobierna Morena y nosotros tenemos el reto enorme de saber leer el mensaje que los ciudadanos emiten en las urnas. El presidente Andrés Manuel encabeza moralmente esta fuerza política que, desde luego, tiene como sello la Cuarta Transformación”, afirma.

Al ser cuestionado sobre los personajes que de momento aspiran a la dirigencia del partido, Armenta Mier se mantuvo cauteloso de mostrar favoritismos y mencionó que como integrante del grupo parlamentario de Morena, acompañará las resoluciones y acuerdos que haga la bancada en el sentido de la elección interna.

“En lo colectivo, como miembro del grupo parlamentario de Morena, atenderé y apoyaré el acuerdo que exista, porque no somos un conjunto de ‘sueltos’. Nos debemos a un liderazgo y en ese sentido estaré atento y respaldaré la postura global que tenga el grupo mayoritario. Así de concreto”.
Riesgos inminentes en la renovación de Morena

El también presidente de la comisión de Hacienda y Crédito Público, comenta que durante los siguientes meses, Morena tendrá que luchar contra dos elementos: las disputas entre los fundadores de la organización y las nuevas incorporaciones, así como el desgaste natural que tienen los partidos una vez que alcanzan el poder.

“No es fácil porque hay (morenistas) quienes se consideran ‘puros’. O están los que llegaron como yo, hace dos años a Morena; hay quienes acaban de llegar por la elección constitucional de este año. Hay diferentes fases de incorporación al partido y por eso reitero: ni activismo ni sectarismo; unidad objetiva”.

“Todos los partidos en el gobierno tienen un proceso de desgaste natural. En las democracias y en todos los procesos parlamentarios que existen en el mundo, el ejercicio del poder público desgasta a cualquier partido”, asegura.

Por esa razón, Armenta Mier parafraseó una reflexión del senador Ricardo Monreal, asegurando que “los triunfos y las derrotas no son para siempre”. Una perspectiva que aplica para todos los partidos políticos y que en el ala guinda será fundamental en el proceso de renovación de la dirigencia nacional.

Durante los próximos meses Morena tendrá que enfrentar dos elementos: las disputas entre los fundadores de la organización y las nuevas incorporaciones, así como el desgaste natural del partido

“La soberbia en el ejercicio del poder daña la posibilidad de competitividad como partido. Tenemos que desprendernos, todos y todas, de la soberbia política que da el ejercicio del poder naturalmente. Esa reflexión de los triunfos y las derrotas implica un grado de atención a este proceso de consolidación y tenemos que aprender de los errores de otros si no queremos aprender de nuestros propios errores”.

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Nacional
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