El 10% de la población más desfavorecida vive con 28 pesos al día, en promedio; 40% de ese ingreso lo obtiene por transferencias del gobierno, otros hogares e instituciones
En México, el 10% de la población más pobre vive con 28 pesos diarios, en promedio, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018 del Inegi.
Esto significa que al menos 12.5 millones de personas tienen un ingreso insuficiente para comprar la canasta alimentaria en zonas rurales definida por el Coneval, que el año pasado fue de 35.8 pesos diarios.
Además, 36.9% del ingreso por día de los más pobres, es decir, 10.4 pesos, proviene de transferencias del gobierno y de particulares. Esta proporción es similar a la que obtienen por su trabajo subordinado e independiente: 39.4% del total.
De la encuesta del Inegi también se desprende que, de las transferencias totales que reciben las personas más pobres del país, 40% es por apoyos gubernamentales de programas sociales. A éstas le siguen los apoyos en especie de otros hogares, con 21.9%, y los donativos en efectivo de otras instituciones, con 20.3% del total.
En contraste, el 10% de la población con mayor ingreso basa sus percepciones a través de su trabajo, pues 64.7% proviene de ahí.
Los más pobres viven con $28 al día
El 10% de la población más pobre del país vivió con un ingreso promedio diario de 28 pesos durante 2018, monto que significó un crecimiento marginal respecto al que obtenían hace dos años, reveló la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi.
Así, cuando menos 12.5 millones de personas tuvieron un ingreso que no alcanzó siquiera para cubrir el costo por día de la canasta alimentaria en zonas rurales definida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que fue de 35.8 pesos el año pasado.
Del ingreso de los más pobres, 10.4 pesos diarios, es decir 36.9% del total, provinieron de transferencias que realizaron el gobierno y particulares, proporción que fue similar a la que obtuvieron por el conjunto de su trabajo subordinado e independiente, que representó 39.4 por ciento del total.
De las transferencias totales que recibieron las personas más pobres del país el año pasado, 40% consistió en apoyos gubernamentales a través de programas sociales. A éstas le siguieron los apoyos en especie de otros hogares, con 21.9% del total, y los donativos en efectivo de hogares e instituciones con 20.3% del total de transferencias.
Las remesas provenientes del exterior representaron 5.3% del total de las transferencias que en promedio recibió el 10% más pobre del país el año pasado.
CONTRASTE
En contraste, el 10% de la población con mayor ingreso basa sus percepciones a través de su trabajo, pues 64.7% proviene de ahí. Para los deciles seis al nueve, en cambio, la proporción del ingreso corriente que proviene de trabajo subordinado y/o independiente supera el 70% del total.
La renta de la propiedad, es decir ganancias provenientes de sociedades o arrendamiento de activos tangibles y financieros, representó 12.7% del total de las personas del decil diez, que ganan 18 veces lo que ganan el decil uno.
Esta proporción de ingresos provenientes por renta de la propiedad en el decil más alto de ingresos fue similar a la que obtuvieron por distintas transferencias, que fue de 13.7% del total, de los cuales nueve puntos porcentuales fueron por pensiones y jubilaciones.
Los ingresos por renta de la propiedad representan 0.9% del total de los ingresos del decil más pobre del país, lo que sugiere que estos ingresos aumentan entre aquellos con mayor capacidad de adquirir activos físicos como inmuebles, o intangibles como acciones en el mercado bursátil o bonos en el mercado de dinero.
En cuanto al trabajo, el subordinado aumenta su participación en la medida en que sube el decil de ingresos, inverso al trabajo independiente, que tiene mayor participación en los deciles más bajos y se va reduciendo conforme sube el decil.
LIMITADOS EN EL GASTO
El hecho de que el 10 por ciento de la población más pobre del país tenga que destinar el 49.8 por ciento de su gasto a alimentos y bebidas, los limita a ejercer recursos en otros rubros que son vitales para el bienestar humano.
Datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que además de alimentos, los otros rubros que más presionan el gasto del decil más pobre fueron en la vivienda y energéticos, que representó 10.2 por ciento, y el gasto en muebles y enseres, con 6.6% del total.
Así, estos dos conceptos asociados a necesidades impostergables dentro del hogar representan una mayor proporción del gasto de los más pobres respecto del hogar promedio en el país, que fueron 9.5 y 5.9 por ciento del total, respectivamente.
Con esto, los recursos que pueden destinar los hogares más pobres o del decil uno a rubros fundamentales como el transporte, el cuidado personal y de la salud, y la educación y el esparcimiento, son bastante limitados, pues en cada uno de ellos pueden gastar 12.3, 15.4 y 5.8 por ciento, respectivamente, de su gasto corriente.
En la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018, el Inegi reportó que el gasto en alimentos y bebidas, el que más presiona a los más pobres, se incrementó 6.0% en términos reales entre 2016 y 2018.
-Paulo Cantillo