Las autoridades de la Ciudad callaron ante los gritos de las mujeres que protestaron por la violencia de género.
Mientras ellas destruían a su paso todo lo que representara a la Policía de la Ciudad de México, las autoridades callaron.
Cientos de mujeres tomaron palos, botellas y tabiques para romper vidrios y usaron su voz en unísono para ahuyentar a hombres y bomberos que intentaron apagar sus incendios.
A su paso, desde la Glorieta de Insurgentes hacia el Ángel de la Independencia, irrumpieron en tres sitios: la estación del Metrobús, el estacionamiento de la Policía y en la Estación Policial Florencia.
Los daños materiales en cada uno de los sitios no fueron reportados por las autoridades, pero las jóvenes hicieron pintas en todas y cada una de sus paredes. Inicialmente hicieron de la Glorieta su plaza para leer consignas en contra del abuso policial, refiriéndose a dos casos recientes en perjuicio de menores de edad presuntamente violadas por uniformados.
Ahí comenzaron sus pintas y decidieron rodear la Glorieta mientras sostenían cartulinas con leyendas como "#NoMeCuidanMeViolan" y "Me quitaron todo y también el miedo".
Desde ese momento también se registraron agresiones en contra de reporteros, camarógrafos y transeúntes que buscaban documentar la marcha.
Las jóvenes les exigieron que salieran del flujo de marchistas rociándoles spray e, incluso, intentaron quitarles sus teléfonos celulares y equipo.
"Ellas están muy enojadas", fue la última frase que dijo Juan Manuel Jiménez antes de ser noqueado mientras transmitía en vivo.
Minutos más tarde, encapuchadas rompieron mosaicos en el Parabús del Metrobús y prendieron dos fogatas; una en la estación y otra sobre el carril, rociando extinguidores contra los curiosos.
Ya con las instalaciones y el pavimento teñido de spray rosa, rojo y negro, con leyendas como "La Policía Viola", el contingente de mil voces caminó hacia Florencia.
A pocos pasos ingresaron al estacionamiento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en Cama de Piedra, donde pintaron al menos cinco vehículos oficiales e intentaron romper los vidrios de la Estación Policial.
También, quemaron un bote y lo ingresaron a la primera planta con el fin de incendiar la sede, lo que provocó que bomberos llegarán con un carro bomba.
A estos vulcanos no los dejaron avanzar, alzaron su botella de spray y el conductor de casco amarillo maniobró en reversa para salir del sitio.
Un primer enfrentamiento con las fuerzas del orden se dio después de esto, pues policías mujeres fueron desplegadas alrededor de la estación.
Las manifestantes reaccionaron con la consigna "las están usando" mientras les aventaban objetos y las uniformadas optaron por replegarse.
Al finalizar la marcha, con la noche encima y la calle llena de diamantina rosa, lo que quedó fueron vidrios rotos y un comunicado del Gobierno de la Ciudad.
"Sobre la manifestación de hoy, respetamos a la mayoría que lo hicieron de manera pacífica sin embargo, no se puede justificar la violencia de unas y unos cuantos que sólo empañan la defensa de los derechos. La violencia no se combate con la violencia".