La contaminación del Río Atoyac afecta a más de 2 millones 300 mil pobladores de 22 municipios de Puebla, por donde corre el caudal. Están acostumbrados a su fetidez y sobreviven a las enfermedades que provocan los desechos tóxicos que se arrojan de manera ilegal y descontrolada procedentes de las colonias, fábricas y empresas ubicadas en las cercanías del afluente. Lo que más alarma a la población es la frecuencia con que las aguas del río se tiñen de colores por las noches y fines de semana, cuando no hay inspecciones de las autoridades a desagües y plantas de tratamiento. El río Atoyac es considerado uno de los afluentes más contaminados del país, y se calcula que diariamente se lanzan 146 toneladas de materia orgánica, 62.8 toneladas de sólidos suspendidos y 14 kilogramos de metales pesados a sus 400 kilómetros de longitud aproximadamente (Milenio/ ocho columnas/ Stephanie Ochoa).