El incremento en homicidios relacionados con el crimen organizado ha alcanzado cifras récord en lo que va del año
Para especialistas en el tema de la seguridad, los ciudadanos en general y turistas, la vida en Morelos cambió a partir del 16 de diciembre de 2009, y las familias morelenses quedaron en medio del fuego cruzado. En esa fecha fue abatido en Cuernavaca el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva. Era tal el control que tenía el llamado Barbas, que no ocurría nada si no lo autorizaba. Porque policías municipales, estatales, y hasta de la milicia estaban bajo sus órdenes y muchas veces le servían de "halcones", otros de sus aliados cobraban en la nomina de las corporaciones, todo por un pago que en declaraciones de expolicías vinculados a su organización, presumían que recibían hasta mil 500 dólares al mes.
Desde esa fecha fue cruento el enfrentamiento entre grupos delincuenciales, unos por asumir el liderazgo que dejó Beltrán, otros por adueñarse de la plaza, lo que trajo sucesos de sangre terribles y nunca antes vistos en tierras morelenses. Desde colgados en los puentes, encajuelados, incinerados, destazados y hasta niños sicarios.
El 2019 no fue la excepción, y a pesar del cambio de autoridades, los sucesos de hechos sangrientos suceden uno tras otro cada día, dejando a los morelenses en medio del fuego cruzado, alcanzando cifras récord en lo que va del año.
Violencia sacude al Estado
Con el cambio de gobierno, ciudadanos confiaban en un cambio en materia de seguridad, para ello se anunció la creación de mesas de trabajo para generar acciones a favor de la ciudadanía.
El año inició y la cifra de asesinatos comenzó a preocupar. En los primeros 30 días del año se contabilizaron 89 muertes violentas; de ellos, 11 fueron mujeres y los municipios con mayor incidencia eran Cuernavaca, Jiutepec, Emiliano Zapata, Huitzilac, Temixco, Tepoztlán y Xochitepec.
En el segundo mes fueron asesinados siete clientes en un bar de Yautepec. Ese mismo mes muere el activista y comunicador Samir Flores, tras ser baleado afuera de su casa. Para este mes el incremento en las muertes de mujeres, comenzó a ser alarmante.
Por primera ocasión la violencia llegaba a la población. Un ataque en un bar ubicado sobre una de las avenidas más transitadas provocó la muerte de una estudiante. Durante un fin de semana, los centros nocturnos cerraron sus puertas, en exigencia de mayor seguridad.
Para el primer fin de semana de marzo se contabilizan 18 personas que perdieron la vida de forma violenta en Morelos; los crímenes ocurrieron según recuento de la prensa de esta forma: tres hombres asesinados en Xochitepec, y cinco muertos de manera violenta en la zona sur.
Sujetos armados dispararon con armas de alto poder contra el portón del domicilio particular del senador Ángel García Yáñez ubicado en Zacualpan de Amilpas los primeros días de abril. En el lugar de los hechos, las autoridades localizaron más de 20 casquillos de arma de fuego. No hubo denuncia por parte del legislador.
El sábado 13 de abril ocurrió un hecho que impacto a la zona oriente y que posteriormente trajo como consecuencia la caída de "el Ray", una balacera en un restaurante de Cuautla, dejó como saldo de seis muertos, entre ellos dos menores de edad y más de 10 heridos.
Mayo quizás fue el de mayor impacto en hechos violetos, porque la inseguridad se trasladó hasta la capital y a plena luz del día. En la primera parte del mes y a mediodía, rodeado de reporteros y funcionarios estatales, Jesús García, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), y el líder de comerciantes Roberto Castrejón, fueron asesinados el 8 de mayo, a un costado de Casa de Gobierno.
Otro hecho que impactó fue el secuestro y asesinato de una joven estudiante de la UAEM a manos de otros estudiantes.
Ese hecho se sumó de inmediato el ocurrido el viernes 10 de mayo cuando un camión de transporte de trabajadores del Centro Federal de Readaptación Social, No. 16 femenil “CPS-Morelos” fue atacado por un grupo armado en Puente de Ixtla; en el lugar fallecieron tres hombres, así como dos mujeres, además fueron lesionados otro hombre y dos mujeres.
El primer fin de semana de junio, en Morelos se registró la muerte violenta de siete personas; el 18 la diputada local del Partido del Trabajo (PT), Erika García Zaragoza, sufrió un atentado cuando un grupo de hombres armados dispararon contra su camioneta. El vehículo recibió 19 impactos, en el poblado de Tetelcingo. La legisladora resultó con un rozón en el brazo y presentó una crisis de nervios.
Con al menos 77 muertes violentas cerró el mes de junio
Cuernavaca, Xochitepec, Jiutepec y Yautepec concentraron al menos 38 de los 77 casos registrados en el estado en el séptimo mes del año; ataques en bares dejaron seis personas sin vida y más de 10 heridas.
Del 20 al 22 de julio, por lo menos 11 personas fueron asesinadas en el estado, además de que otras siete, entre ellas dos mujeres y cinco hombres, entre estos un sacerdote, resultaron heridos en distintos hechos violentos.
Desde la madrugada del sábado 27 a la mañana del domingo 28 de julio, seis hombres y una mujer fueron asesinados en los municipios de Cuernavaca, Yautepec, Tepalcingo y Coatlán del Río
En agosto, un grupo armado atacó a balazos el bar Amazonas, ubicado en la colonia Tarianes, de Jiutepec. El hecho dejó como saldo tres personas lesionadas. De acuerdo con los informes, los agresores dispararon hasta en 44 ocasiones contra el centro nocturno.
Otro suceso fue el de un ataque armado registrado en un lote de autos ubicado en la avenida Morelos Sur, en Chipitlán, en plena zona urbana; tres personas sin vida y un herido que presuntamente murió posteriormente en el hospital fue el saldo del ataque.
Dos elementos de la Policía Morelos fueron asesinados la noche del miércoles 28, luego de ser agredidos a balazos cuando circulaban en calle Ignacio Allende, en el poblado de Atlacomulco, en Jiutepec.
El mes patrio inició con la noticia de un ataque que dejó cinco personas muertas y un herido la mañana del lunes 2, alrededor de las 05:30 horas en una terminal de autobuses de Cuernavaca, Morelos.
Advertencias en mensajes de ataques por parte de presuntos grupos criminales generó psicosis en la zona surponiente del estado, a tal grado de paralizar las actividades escolares y comerciales.