En México, cada persona consume diariamente más de medio kilogramo de este tipo de comida. Estamos observando el principio de una epidemia de consumo de alimentos ultraprocesados, afirmó Fabio da Silva Gomes
El consumo de alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y comida rápida que presentan una pobre calidad nutricional, han aumentado al menos 8.3% desde 2009 y están reemplazando a las comidas caseras más nutritivas de las dietas de las familias en América Latina y El Caribe, lo que genera efectos alarmantes en la salud y requiere de regulaciones por parte de los gobiernos para revertir esta tendencia, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Al referirse a los alimentos ultraprocesados, el informe no separa entre alimentos ricos en grasa, sodio o azúcares, los clasifica en un mismo renglón.
En el caso de México, los productos ultraprocesados que más han aumentado su consumo son los alimentos ricos en sodio y grasas. Según la OPS, desde el año 2000, la cantidad de alimentos ricos en grasas y azúcares ha aumentado en 192 kilogramos anuales, promedio, por cada mexicano, lo que significa que cada día un mexicano, en promedio, consumiría más de medio kilogramo de este tipo de comida rápida.
Cuando uno observa la cantidad de bebidas azucaradas, el aumento, paulatino, desde el año 2000 indica que, en promedio, cada mexicano consume 214 litros anuales de bebidas azucaradas; es decir, 700 mililitros diarios de refrescos, jugos u otras bebidas lácteas azucaradas.
En ambos casos, México se localiza en los primeros lugares mundiales en el consumo de estos alimentos bajos en aportes nutritivos: en el ranking de bebidas azucaradas, desde el año 2000 México ocupa el cuarto lugar mundiales por debajo de Estados Unidos (307 litros de bebidas azucaradas por persona, al año); luego está Canadá (229 litros anuales per cápita), y Alemania (218.5 litros anuales per cáspita).
En consumo de comida ultraprocesada rica en sodio, azúcares y grasas, México también ocupa el cuarto lugar mundial, según el informe de la OPS. Estados Unidos encabeza la lista con un consumo de comida rápida de 307.2 kilogramos al año, en promedio por persona; seguida de Canadá, con 229.8 kg, anuales por persona, y Alemania, con 218.5 kg anuales por persona. México es el cuarto con 212 kg por persona al año.
La explicación, según la OPS, está vinculada con un acelerado proceso de urbanización en las comunidades de esos países que eran rurales a fines del siglo XX.
El diagnóstico forma parte de un informe que compara tendencias de consumo entre 2009 y 2014, pero que proyecta que para 2019 este tipo de consumo podría haber aumentado otro 2%, según las proyecciones del informe “Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: ventas, fuentes, perfiles de nutrientes e implicaciones”. Éste es el segundo en su tipo publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Estamos observando el principio de una epidemia de consumo de alimentos ultraprocesados”, afirmó Fabio da Silva Gomes, asesor regional en nutrición de la OPS. “Su venta crece desproporcionadamente en comparación con la de otros alimentos, invadiendo los platos con productos que no contribuyen a la buena salud”, sostuvo el funcionario del organismo multilateral.
De acuerdo con la lectura de la OPS, la tendencia es impulsada por el marketing y la publicidad irrestricta de estos productos en un mercado que está prácticamente desregulado en la región.
“Necesitamos que los gobiernos establezcan políticas para restringir las ventas de estos productos. Los ultraprocesados no pueden ser la base de nuestra alimentación, no pueden ser un producto esencial en nuestras dietas”, subrayó Da Silva Gomes.
CUATRO AMENAZAS. El informe reúne información sobre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela, que juntos constituyen el 80 por ciento de la población latinoamericana y caribeña. Además, el estudio analizó 250 productos vendidos, divididos en 89 categorías, e indica cuáles son los que exceden los niveles recomendados de azúcares libres, grasa total, grasas saturadas o sodio; y cuáles son los productos específicos que aportan más energía y los nutrientes críticos.
Según el informe, todos los productos analizados contenían cantidades excesivas de al menos uno de estos nutrientes críticos: azúcar, sodio, grasas totales o grasas saturadas. En conjunto, el 43% de lo que aportan estos productos es azúcar.
Las bebidas gaseosas, los snacks dulces y salados, las galletas, las tortas, pasteles y postres, y las salsas y aderezos, se mencionan como especialmente problemáticos.
Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de que son enriquecidos con aditivos y cosméticos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos naturales.
Estos productos están nutricionalmente desequilibrados. Tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los productos, platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados.
Para contrarrestar el desplazamiento de los platos preparados a mano a base de alimentos frescos, el reporte recomienda que los gobiernos, comunidad científica y las organizaciones de la sociedad civil apoyen e implementen políticas y regulaciones para desalentar el consumo de productos ultraprocesados y proteger y promover la elección de alimentos saludables.