Cuernavaca, Mor., La maestra Zenaida Flores fue secuestrada en el municipio de Yautepec el 3 de octubre de 2013; un mes después trabajadores del Servicio Médico Forense (Semefo) levantaron su cadáver, y a pesar de que había una denuncia por su desaparición, no lo entregaron a sus familiares.
Los trabajadores de la Fiscalía General del Estado (FGE) enterraron su cuerpo junto con el de 118 personas el 28 de marzo del 2014 en dos fosas clandestinas que hicieron en un predio del poblado indígena de Tetelcingo, municipio de Cuautla.
Ahora, Liliana Domínguez Flores, hija de Zenaida, lucha por que se castigue a los funcionarios que participaron de manera directa en dicha inhumación ilegal; son al menos 42, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, de los cuales sólo dos enfrentan proceso penal, en libertad.
El problema para Liliana es que la fiscalía no le reconoce derechos como víctima indirecta. "Dicen que la única víctima es mi madre; yo estoy aquí para exigir justicia por ella, porque ya no puede estar aquí para defenderse".
La historia de la profesora Zenaida, quien tenía 53 años de edad al morir, es similar a la de Oliver Navarrete Hernández, joven cuyo cuerpo fue localizado en dichas fosas clandestinas gracias a que su madre y su tía (María y Amalia Hernández, respectivamente) lograron mediante la orden de un juez que les entregaran el cadáver el 9 de diciembre de 2014.
En noviembre de 2015 se dio a conocer públicamente el caso de Oliver, lo que trajo como consecuencia que en junio de 2016 las autoridades exhumaran los demás cuerpos que se encontraban las fosas.
Liliana Domínguez señaló que "seguramente" el cadáver de su madre fue localizado en la misma fecha que el de Oliver, pues a ella, sin explicación alguna y después de mucho tiempo de búsqueda, le llamaron del Semefo para decirle que en el lugar había un cuerpo con las características del de su madre, el cual le entregaron el 16 de diciembre 2014.
Por ello, hace poco decidió buscar a la familia de Oliver y a las demás personas que luchan para que se castigue a servidores públicos de la FGE que fueron responsables directos y sobre todo a quien dio la orden de inhumar en forma ilegal a decenas de personas.
La tía de Oliver, Amalia Hernández, refirió que sólo se han entregado nueve de los 119 cuerpos que fueron exhumados de las fosas de Tetelcingo y hay sólo cuatro víctimas reconocidas en este caso, una indirecta, que es María Hernández, mamá de Oliver y tres directas, entre las que están Oliver, Zenaida y otra persona cuyo cuerpo aún no ha sido entregado.
El pasado 16 de octubre se realizaría la audiencia intermedia contra los presuntos responsables de la inhumación ilegal de los cuerpos en marzo de 2014, pero fue suspendida por orden de un juez porque familiares de algunas personas enterradas en esas fosas, incluida Liliana, se ampararon debido a que no se les permitiría la entrada.