El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado explicó que esto se debe a que se usaron recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios para cubrir faltantes.
Las finanzas públicas muestran una salud transitoria que obliga a definir una estrategia para cimentarlas sin riesgos futuros, alertó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis de la economía nacional, el organismo identificó que gracias al uso del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir faltantes en los ingresos públicos, y reportar como ingresos petroleros las transferencias del gobierno para la capitalización de Pemex, ayudaron a arrojar señales de fortaleza en los ingresos públicos durante 2019.
“Es entonces necesario contar con una estrategia clara para proveer a las finanzas públicas de una salud no solo transitoria, sino permanente, que sea compatible con el crecimiento del país”, señaló el órgano asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Así, el CEESP advirtió que el resultado positivo en 2019 se logró recurriendo a mecanismos que “o son transitorios, o que de mantenerse implican serios riesgos para la economía en adelante. Aun cuando el programa fiscal para el 2020 se ve viable, ello es suponiendo que se vuelve a recurrir a dichos mecanismos”.
El informe al cuarto trimestre de la Situación Económica de las Finanzas Públicas y la Deuda Pública, de la Secretaría de Hacienda, mostró resultados favorables en cuanto a la salud de la situación financiera en 2019.
Los ingresos presupuestarios sumaron 5 billones 384.3 mil millones de pesos, 86.1 mil millones más que la cifra programada para todo el año y 1.6 por ciento más que en 2018.
El balance primario arrojó un superávit de 275 mil 748 millones de pesos, 1.1 por ciento como porcentaje del PIB, una décima de punto porcentual por arriba de la estimación prevista en el presupuesto y prácticamente el doble de lo reportado en 2018, de 0.6 por ciento.
Para proteger el equilibrio de las finanzas y llegar a un resultado positivo, se utilizaron 125 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir faltantes y cumplir con las prioridades gubernamentales de gasto. Sin estos fondos, los ingresos totales del sector público habrían resultado 0.8 por ciento menores a los de 2018.
El riesgo está en Pemex
Aunque el CEESP reconoció que hubo un control, el gasto programable del sector público aumentó 0.3 por ciento respecto anual, y como porcentaje del PIB fue 17.5 por ciento mayor al 16.7 por ciento programado.
El gasto mostró las prioridades del gobierno, como en energía, que creció debido a los apoyos a Pemex por 97.1 mil millones de pesos, que se registraron como ingresos petroleros, para que al final supusiera una reducción de 90 mil millones menores a los presupuestados, cuando en realidad la reducción fue mayor.
“Registrar los recursos de capitalización de Pemex como ingreso petrolero, se aprecia incorrecto y parece más bien una manera de encubrir el impacto que tiene la política energética en la producción, al continuar evitando las rondas para la producción petrolera por parte del sector privado”, acusó el organismo.