Debido al #UnDíaSinNosotras López Obrador lanzará el 10 de marzo la venta de cachitos para ‘rifa’ del avión presidencial; garantiza derechos a quienes en el gobierno se sumen a la protesta
Al asegurar que es “un experto” en el tema de género y siempre ha estado “muy empapado” sobre la igualdad entre la mujer y el hombre, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, admitió que no recordaba que el lunes próximo 9 de marzo será el paro nacional de mujeres.
El mandatario argumentó que por eso le llamó la atención que de manera “grosera” varias mujeres se enojaron en las redes sociales cuando en la mañanera del martes se informó que ese mismo día se comenzarían a vender los boletos de la Lotería Nacional para recaudar el monto equivalente al avión presidencial y equipar hospitales públicos.
Fue entonces que López Obrador anunció que para que no se piense que su gobierno “es provocador” y no respeta al movimiento feminista donde —según su punto de vista— los conservadores se han montado, la venta de los seis millones de boletos, de los cuales sólo compro un cachito, se pospone hasta el martes 10 de marzo.
Yo ni me di cuenta ni tenía en mente que el lunes era lo del día 9 del paro que se promueve del movimiento femenista y por eso dije aquí que se iban a empezar a distribuir los boletos (...) de repente en las redes sociales un grupo, vinculado a un partido, se ofenden que por qué van a empezar a distribuirse los boletos, además, hasta groseras; entonces, no, no, no, no, no, no va a ser el lunes, el martes o el miércoles, el martes, no se puede caer en ninguna provocación, el conservadurismo está muy irritado y muy molesto por los cambios, por la transformación”, manifestó en la conferencia de ayer.
Adicionalmente, aseveró que quien decida en el gobierno federal apoyar el paro nacional de mujeres, incluso hombres, podrán hacerlo porque se respetan los derechos de todos y no habrá represalias para nadie.
Siempre he estado a la vanguardia de todos los temas de justicia y de la defensa de los derechos humanos (...) no tengo por qué sentirme agredido ante cualquier señalamiento”, indicó el Presidente.
Previo a las declaraciones de López Obrador, Marco Olvera, quien asegura ser periodista, solicitó al Presidente de México iniciar una investigación en contra de aquellas mujeres y hombres que promueven el movimiento feminista el 9 de marzo con la finalidad de saber quiénes financian estas jornadas.
¿Sería interesante que los mexicanos sepamos quiénes les pagan, de dónde viene el dinero?”, planteó en la pregunta, donde echó la culpa a las mujeres de la violencia.
La demanda de Olvera, quien se ha caracterizado por ofender y denostar a las periodistas de la fuente presidencial tachándolas de “prostitutas, conflictivas y mañosas”, generó que la activista Frida Guerrera, mencionada por Olvera en su exigencia y quien se encontraba en la conferencia matutina filas atrás, alzara la voz para que el Presidente le diera la palabra.
López Obrador le concedió el uso de la voz y fue que la activista aprovechó para aclarar que a ella no le paga nadie y lleva años acompañando la lucha para denunciar la violencia y las muertes contra mujeres e impulsando la igualdad y la equidad de género en el país.
Además, Frida Guerrera aclaró que ella no apoya el paro nacional de mujeres, que no es panista ni derechista ni funcionaria y que no debe permitirse ser denostada por gente como Olvera.
Sostuvo que sería bueno que el Presidente se empapara más de los temas de género y equidad y que se respete a la prensa por contar historias.
A las pruebas me remito y vean cómo vivo (...) a mí nadie me paga por hablar del feminicidio”, reviró la también pasante en sicología.
Denunció que son miles de bots los que desde las redes sociales lanzan amenazas de muerte a quienes hacen este trabajo.
No se vale que nos pongan en la mira, Presidente”, expuso. Al finalizar la conferencia de prensa, la activista reclamó a Olvera haberla ofendido al pedir que sea investigada “si ni siquiera sabe pronunciar su nombre” y desconoce su trayectoria como luchadora social.
El supuesto periodista –quien, como de costumbre, leyó su pregunta– se comportó de manera grosera frente al reclamo de la activista.