El gobierno mexicano quiere rescatar los hidrocarburos, pero la actual crisis por la que está atravesando el sector a nivel mundial lo obliga a replantear su estrategia y mirar hacia otros modelos energéticos, de lo contrario corre el riesgo de quedarse rezagado
Mar 19, 2020
México se aferra al petróleo a pesar de que el mundo vive otra realidad. En su intento por mantener el legado del presidente Lázaro Cárdenas, el actual gobierno le ha apostado a rescatar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y frenar las inversiones extranjeras en la industria energética nacional.
Sin embargo, a 82 años de la expropiación petrolera el panorama es muy diferente. En este momento, los países se encuentran en medio de una guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita, situación que llevó a las principales mezclas de crudo a tocar mínimos en casi dos décadas en los últimos días.
La iniciativa privada ha invertido más de 11 mil millones de dólares en los últimos años y aún hay compromisos por el orden de los 36 mil millones
El Brent, petróleo de referencia en Europa, cerró el miércoles con una caída del 9.17 por ciento, para situarse en 25.94 dólares, un nivel no reportado desde 2003.
El West Texas Intermediate (WTI) tuvo su tercer descenso más importante en la historia al derrumbarse 16.59 por ciento, después de tocar un mínimo en la sesión de 20.06 dólares por barril, referencia no vista desde febrero de 2002.
El descalabro de la mezcla mexicana tampoco parece tener fin debido a que luego de caer el martes hasta los 18.78 dólares por barril, su mayor desplome en casi dos décadas; el miércoles se hundió hasta los 13.61 dólares, de acuerdo con el precio de referencia de Reuters, ya que no hubo publicación de Pemex por ser feriado para la empresa por el 82 Aniversario de la Expropiación Petrolera.
Aunque los petroprecios ya tocaron piso, los analistas de Goldman Sachs pronostican que el Brent podría llegar al terreno de los 20 dólares durante el segundo trimestre del año.
Alejandro Montufar Helu Jiménez, director general de la consultoría PETROIntelligence, considera que más allá de analizar si el gobierno está preparado para enfrentar esta crisis, la discusión se debe centrar en las acciones urgentes que se deben tomar de inmediato.
El petróleo puede convertirse en una inversión no rentable para México. Al momento de tomar decisiones se tiene que considerar que estamos viviendo una nueva realidad que afecta de manera directa a Pemex e indirectamente a las finanzas públicas del país
- Alejandro Montufar Helu Jiménez
Director general de la consultoría PETROIntelligence
Repetir los mismos errores
Los analistas en México no son los únicos preocupados por la política energética del país. A inicios de marzo funcionarios de Estados Unidos, Canadá y Europa expresaron en una reunión privada su inquietud sobre la postura del actual gobierno respecto a los contratos firmados durante la administración pasada como resultado de la Reforma Energética.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo en enero pasado que cerraría la puerta a las rondas petroleras y aunque no ha sido la primera vez que lanza esa amenaza, en esta ocasión recriminó a los privados no invertir.
No obstante, datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), revelan que la iniciativa privada ha invertido más de 11 mil millones de dólares en los últimos años y aún hay compromisos por el orden de los 36 mil millones.
México y el mundo están atravesando por una situación única, ya que se conjuntaron varios factores en contra: la sobreoferta en los mercados petroleros frente a un escenario de baja demanda y la pandemia del coronavirus
Rosanety Barrios, analista de temas energéticos, reconoce que aun cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cubrió sus ingresos petroleros, que representan el 18 por ciento de los recursos que se obtendrán este año, el problema es mucho mayor, ya que también tiene que ver con la recaudación fiscal.
No es la primera vez que ocurre un desplome en los precios del petróleo. En 2014, la cotización de las principales mezclas cayó en promedio un 40 por ciento.
Aunque el entorno en ese entonces era diferente al actual en diversos aspectos, la analista asegura que Pemex tardó mucho en reaccionar, pues fue hasta que Moody’s bajó su calificación cuando la petrolera tomó acciones, algo que puede repetirse de nuevo.
“Estamos cayendo en la misma posición del sexenio pasado porque la petrolera tampoco está haciendo los ajustes pertinentes en este momento. La industria del petróleo y gas se está enfrentando a la necesidad de replantearse por completo y los gobiernos deben tomar acciones, sobre todo México”.
Estrategia de apoyo al petróleo sin resultados
Durante la ceremonia por el 82 Aniversario de la Expropiación Petrolera, el director general de Pemex manifestó que el estado de la empresa es bueno y rechazó las versiones que aseguran lo contrario.
“Pemex es una de las empresas más rentables de la industria petrolera internacional que contra toda la propaganda negativa o malintencionada opera con niveles de eficiencia y rentabilidad por arriba del promedio de la industria petrolera”, aseguró Octavio Romero Oropeza.
Durante el año pasado, la petrolera recibió 97 mil 100 millones de pesos para fortalecer su delicada situación financiera y con ello mejorar su rentabilidad, sin embargo, en su estado de resultados consolidados reportó una pérdida de 658 mil 100 millones de pesos, equivalente a 34 mil 900 millones de dólares.
Analistas consultados coinciden en que es tiempo de cambiar la estrategia energética del país. Una alternativa sería que el gobierno recurriera a la iniciativa privada para mitigar los efectos negativos por el desplome de los precios del petróleo.
La agencia calificadora Moody’s advirtió que dentro de esta coyuntura Pemex es la empresa más vulnerable en la región de América Latina, ya que Petrobras, en Brasil, y Ecopetrol, en Colombia, cuentan con estructuras de capital y liquidez más sólidas.
La analista de la firma Ariane Ortiz-Bollin reconoce en un reporte que en el caso del soberano, la perspectiva negativa de la calificación A3 ya incorpora el riesgo de que la empresa petrolera requiera de apoyo sustancial por parte del gobierno, dado el flujo de caja negativo que ha reportado y sus necesidades de inversión en capital.
Refinar es un mal negocio
Si la disputa entre Rusia y Arabia Saudita escala, los precios del crudo extenderían su caída.
Al respecto, Santiago Fabián Arroyo Seguedo, director general de Ursus Trade and Energy Consulting, opina que la alternativa más viable para México frente a este escenario sería que Pemex deje de producir, aunque también hay otras opciones.
“Antes de llegar a eso, si es que el tiempo nos lo permite como nación, se deberían buscar alternativas que eficienten producción en campos con potencial financiero y con mediano plazo, como Zama, por ejemplo. Pero si ahorita la dinámica nos lleva a una situación de riesgo hay que apostarle a lo que está haciendo Estados Unidos al fortalecer la reserva estratégica”, detalla el experto.
Uno de los proyectos insignia de la actual administración es la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, cuya inversión asciende a 8 mil 134 millones de dólares.
El proyecto ha sido cuestionado en diversas ocasiones, pues en un contexto donde los precios del petróleo se encuentran en mínimos históricos seguir adelante es considerado como un error muy grave. Rosanety Barrios, analista de temas energéticos, comulga con esta visión, desarrollar un proyecto de refinación en México es una decisión que carece de rentabilidad, sobre todo si se toma en cuenta que la obra se está pagando en dólares.
“Estamos viviendo una reconfiguración mundial en el sector energético y México no puede aislarse. No sería un error si se cambia de opinión sobre Dos Bocas, más porque las circunstancias no son las mismas a las del año pasado y tampoco las necesidades financieras del país”.
Petróleo: Arma de doble filo
Los automovilistas en México se han sorprendido en los últimos días al llegar a las estaciones de gasolina, ya que en las pantallas el precio promedio de los combustibles oscila entre los 16 y 20.58 pesos por litro.
Esta situación tiene dos caras de la moneda: las gasolinas baratas le convienen al bolsillo de los consumidores, mientras que a Hacienda le permite cobrar todo el IEPS.
La reforma al artículo 29 de la Ley de Transición Energética permitirá que se puedan promover programas para la generación de electricidad con fuentes renovables en los bienes muebles e inmuebles de las dependencias de la administración pública federal
Pero por el otro lado se están perdiendo ingresos por dólares y en el mediano plazo se corre el riesgo de que el efecto se traslade a la inflación, la cual hasta el cierre de febrero se ubicó en una tasa anual de 3.70 por ciento, según cifras del Inegi.
El precio de exportación del crudo mexicano se ubica alrededor de 13.61 dólares por barril al tomar la referencia de Reuters del miércoles, monto inferior al de extracción que es de 14.1 dólares, es decir que cuesta más producirlo que venderlo.
Santiago Fabián Arroyo Seguedo, adelanta que en las siguientes semanas en el mercado se verán precios bajos de gasolinas, pero pasando el furor el panorama no será tan positivo, ya que las finanzas de Pemex se pueden ver comprometidas.
Es preocupante que bajen tanto los precios porque en algún momento el gobierno empezará a recaudar en números negativos, entonces ahí la situación cambiará, ya que en algún momento Pemex no va a tener ingresos y eso va a generar una economía ficticia hacia el interior del país
- Santiago Fabián Arroyo Seguedo
Director general de Ursus Trade and Energy Consulting
¿Comienza la verdadera transición?
El miércoles la Cámara de Diputados aprobó una reforma al artículo 29 de la Ley de Transición Energética que establece la planeación nacional en materia de energías limpias.
A la letra, esto permitirá que se puedan promover programas para la generación de electricidad con fuentes renovables en los bienes muebles e inmuebles de las dependencias de la administración pública federal.
La aprobación llega en un momento crucial y en el que se deben empezar a analizar otras fuentes de energía más allá de los hidrocarburos fósiles.
La combinación correcta de políticas atraería inversiones de gran escala para diversificar el suministro.
La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) estima que el país cuenta con un potencial para aumentar su participación en las energías verdes de 21 por ciento para finales de 2030, en contraste con el 4.4 por ciento reportado en el 2010.
Asumiendo que esta nueva realidad mundial se mantendrá durante un buen tiempo, ya que se estima que los efectos por la guerra petrolera entre Rusia y Arabia Saudita se resentirán durante los próximos 10 años, Alejandro Montufar Helu Jiménez, director general de la consultoría PETROIntelligence, manifiesta que México está obligado a diversificarse.
Los precios bajos de la gasolina tienen un doble efecto, ya que favorecen al bolsillo de los mexicanos pero en el mediano plazo se pueden comprometer las finanzas públicas
“Si el escenario de los precios del petróleo no cambia en los siguientes años los proyectos relacionados con el crudo dejarán de ser atractivos, entonces será necesario pensar en otras alternativas y esto sería un incentivo para que la transición energética se logre, pero siempre y cuando la realidad actual se mantenga”.