Es un producto que indica cómo van las cosas. De allí que lo que paga la población por las tortillas de maíz sea tema en Palacio Nacional. Allí llegaron los industriales del ramo para hablar de un mercado con signos desfavorables
En momentos de apremio económico, la sombra de un aumento en el precio del kilo de tortilla ronda sobre el país…
El sospechoso repunte en el costo de la tonelada de maíz, mayor al 25 por ciento, y una aparente simulación de desabasto, trastocaron en las últimas horas el mercado de la tortilla, principal alimento en la mesa de los mexicanos.
Los industriales del ramo culpan a la empresa Maseca, principal comercializadora de productos de maíz en México y la cual comenzó a anunciar el precio de la tonelada hasta en 7 mil 200 pesos, cuando el promedio antes de esta crisis sanitaria y financiera era de 5 mil 150…
De manera urgente, estos industriales acudieron la tarde del lunes a Palacio Nacional, en donde se busca una estrategia para frenar el acaparamiento y especulación del maíz. Desde la Presidencia, se ordenó a Ignacio Ovalle, titular de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) atender la inquietud ayer martes.
Se conformó una mesa de trabajo encaminada a comprar el maíz de manera directa con productores y campesinos, y así esquivar a los intermediarios.
“Ha habido un riesgo latente de incremento al precio de la tortilla por la especulación en el precio del maíz, nuestro principal insumo. Las comercializadoras lo justifican por la crisis sanitaria y la subida del dólar.
Los industriales de la masa y la tortilla hemos acarreado siempre un grave problema: no tenemos trato directo con el productor y los intermediarios se dedican a acaparar y almacenar el maíz a su antojo”, dijo a Crónica Sergio Jarquín Muñoz, presidente nacional del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana.
“Los empresarios se dedican a hacer negocios, a ganar dinero, y nosotros debemos buscar alternativas en beneficio de los consumidores y en conjunto con el gobierno. Hoy no van a poder hacerse de más dinero a costa de los que menos tienen”.
En Tamaulipas, por ejemplo, se ha comprado la tonelada de maíz en 5 mil 600, y ahora Maseca la empezó a ofertar a 7 mil 200 pesos, cuenta José Enrique Yáñez, dirigente de los industriales de la masa y la tortilla en la entidad.
“La principal inquietud es el desabasto de maíz, lo que generaría un aumento considerable en el precio de la tortilla. En algunos lugares ya empezó a escasear el maíz, en especial en el centro del país y algunos estados del sur, pero es la presión que Maseca está ejerciendo al querer meter un precio muy alto”, señala.
“Desde el sexenio salinista se le entregaron a esta empresa muchos subsidios sin justificación; en complicidad con el gobierno se declaró a diversos tipos de maíz con aflatoxinas, una especia de hongo, pero ha sido una artimaña para comprarlo casi regalado, en perjuicio de los campesinos. Desde entonces, compran barato y venden caro. Hoy siguen de acaparadores, tratando de generar desabasto y justificar un aumento en la harina de maíz. Esa voracidad puede golpear al pueblo y disparar la inflación, porque la tortilla es el primer artículo en la mesa del mexicano”.
El precio por tonelada varía en cada entidad, dependiendo de la distancia, el valor del flete y el importe de la gasolina, único aliciente en la actualidad.
Según datos del Consejo Rector, en México se consume un promedio anual mayor a 1 millón 200 mil toneladas de maíz.
“Este miércoles estaremos en pláticas con Segalmex para que al menos en la contingencia no falten las tortillas de maíz nixtamalizado en los hogares mexicanos. Ante la especulación y contención en su venta, hay ese riesgo, pero vemos en el gobierno disposición para evitarlo”, describe Jarquín Muñoz.
—¿Cuál es la opción?— se le pregunta.
—Queremos comprar el maíz que están acopiando los productores. Le transmitimos esta preocupación al presidente. No estamos buscando que nos regalen nada, sino a través de las mismas instituciones ayudar a que no falten las tortillas. Vamos a empezar a trabajar en compras directas al productor.
Tan sólo en diciembre del año pasado, en especial en la cosecha de Hidalgo y El Bajío, los industriales pudieron comprar la tonelada de maíz en 4 mil 900 pesos, en promedio; en los primeros meses del año subió un poco, para ubicarse en 5 mil 150 pesos.
“Pero en las últimas tres semanas, coincidentes con la emergencia nacional por el coronavirus, tuvimos un incremento enorme, eso vino a distorsionar nuestro costo de producción. El precio que está anunciando Maseca es al que ya estamos llegando, y en esas condiciones habría desabasto, no podría haber tortillas en muchas partes”.
—¿Por eso el llamado urgente al gobierno federal?
—Sí, con la idea de que no falten tortillas en las mesas, y a un precio razonable. El objetivo es tener un mejor esquema de compras, pero la premura hoy es un proyecto emergente para la contingencia.
—¿Hay el compromiso de ustedes por mantener el precio estable durante esta crisis de salud?
—Si el gobierno, como hasta ahora, va de la mano con nosotros, está claro: no faltarán tortillas en la dieta del mexicano y no habrá un incremento en este momento. Estamos sentados, en diálogo, y ambas partes queremos ir en ese mismo sentido…