Economía. La calificadora opina que los grandes proyectos de infraestructura tienen un efecto positivo si se concluyen pronto; la OCDE prevé recuperación en forma de “U”.
En un contexto complicado para los estados, por menores transferencias federales e ingresos propios por la crisis derivada de la pandemia, los grandes proyectos de infraestructura, como la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, pueden tener un impacto positivo, indicó Moody’s Investors Service.
En videoconferencia, la analista de esta agencia calificadora María del Carmen Martínez-Richa destacó que el beneficio de este tipo de obra pública en las economías regionales depende de la velocidad con la que se terminen.
“Definitivamente puede apoyar de manera positiva, pero va a depender mucho de la velocidad; en el caso particular de Tabasco, recordemos que ya tiene varios años no solo con un tema de covid que es actual, sino de recesión económica, y dada la situación actual del petróleo, lo efectos pueden tardar un poco más en materializarse”, señaló.
Martínez-Richa consideró que para todas las entidades la situación será complicada si la economía mexicana no se recupera, pues las participaciones federales fluctuarán en línea con la economía, especialmente la recaudación federal participable, y no habrá un método de compensación del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas si éste se acaba.
Puntualizó que si bien 2020 es un año retador para los estados de la República, no todas tienen en su calificación crediticia perspectiva negativa, y el hecho de que algunas las tengan no implica que habrá una baja masiva en el rating, solo que el contexto es complicado.
INCÓGNITA, DURACIÓN DE LA CRISIS
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, calculó que, tras la emergencia por el covid-19, la recuperación económica no será en forma de “V”, sino de “U”.
Subrayó que el punto relevante será saber qué tan larga será la parte baja de la “U” en un contexto en el que la contracción de México será mayor que en otras naciones de la región y la capacidad de implementar medidas para frenar el impacto de la crisis no debería estar limitada por el miedo a la corrupción.
En la videoconferencia “Respuestas a la crisis, recomendaciones para México”, organizada por el Foro Jesús Silva-Herzog Flores, Gurría explicó que aun con una recuperación en 2021 la economía mexicana será más chiquita que en 2019.
Abundó que la recesión en el país será más marcada que en otras naciones de la región porque México depende más del ámbito internacional al ser más abierto. Por tanto, hay más dependencia del comercio y de inversiones extranjeras, lo que afecta mucho a sectores clave como turismo y automotor, aunado a que habrá un impacto por la caída en los precios del petróleo, las remesas y la fuga de capitales.
“México tiene capacidad de resistir, pero ciertamente van a ser años difíciles los que vienen”, aseguró. El secretario también comentó que la magnitud de la recesión dependerá de cómo evolucione la pandemia, pero también de las acciones de política monetaria y fiscal.