La Presidencia de la República montó ayer un “show” para exhibir el avión presidencial TP-01.
Y ayer no se quiso hablar de los daños por tormenta “Hanna”, ni la pandemia, ni de la violencia.
“Respetuosamente les pido que nos ajustemos en esta ocasión a preguntas sobre el avión, sobre la rifa”, pidió el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tras calificar la compra de la aeronave como un insulto de corte faraónico, propuso rebautizarla, retirar el nombre de José María Morelos y Pavón y ponerle el de algún ex Presidente, como Carlos Salinas de Gortari.
Además se organizó un recorrido para la prensa y exhibir la oficina privada y la recámara con caminadora que durante dos años fueron ocupados por el ex Presidente Enrique Peña Nieto.
Presentaron el área de la comitiva presidencial con capacidad para 24 pasajeros.
Incluso, se tendió la cama queen size con sábanas, cobertor de plumas, edredón y cojines decorativos, porque en enero de este año, cuando Banobras anunció que el TP-01 regresaría a México, ésta lucía desmontada en las fotografías oficiales.
En el baño, había toallas blancas y limpias, decorado con plantas de plástico.