Revelación. “La prueba que vendemos viene de China y está en la lista oficial del gobierno mexicano. Tenemos tres lotes y un distribuidor en la Ciudad de México”, dijo el enlace, de acento extranjero y quien se presentó con un nombre de origen ruso.
La venta sin factura de pruebas serológicas para COVID, el uso de intermediarios, la falta de autorizaciones emitidas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y las negociaciones mediante “contactos” en la Aduana, apuntan al tráfico ilegal…
Tanto las evidencias reporteriles obtenidas como los testimonios de interesados refieren una confabulación para ingresar al país, de manera clandestina, lotes de reactivos riesgosos para la salud pública.
“Si están vendiendo pruebas sin oficio de la Cofepris es ilegal y si la importación también es irregular, hablamos de contrabando, porque las únicas formas de importar las pruebas son para correr el protocolo de evaluación, con fines de investigación o para comercializarlas, previa autorización”, señala a Crónica Álvaro Pérez Vega, ex comisionado de operación sanitaria de la Cofepris.
—Cuándo dicen: las llevo a su casa, no importa la cantidad, se las puedo dar más batatas si me compra por cientos o miles, ¿qué salta?— se le pregunta.
—La anormalidad puede darse en dos formas: en lo operativo, porque se trata de una prueba que no está en la lista de avaladas por la Comisión, o en lo administrativo, porque el vendedor no es representante legal del laboratorio, fabricante o distribuidor en México y puede estar contrabandeando pruebas.
En los casos documentados, este reportero corroboró nombres de pruebas sin coincidencia con alguna de las enlistadas por Cofepris, o sin correspondencia con la razón social del fabricante ni con la información del importador o comercializador acreditado por la dependencia.
“Si yo, Álvaro, quiero vender pruebas respaldadas por Cofepris, no puedo ir a comprarlas a Europa o Asia y traérmelas, debo tener autorización de la Comisión, haber presentado la información necesaria y ser distribuidor de ese laboratorio. Si te las vendo yo y en el oficio aparece Juan o si se compran directamente sin ser distribuidor, hay ilegalidad”, dice el experto.
“Tiene que ver con la trazabilidad de la prueba, que requiere ciertas condiciones de almacenamiento y transporte; si no se cumplen, se afecta la salud. Si importas con altas temperaturas, no tienes almacén, las llevas a tu casa y las tienes junto al boiler y después las vendes, es anómalo”.
—Hay quienes comercian con la prueba y presumen certificaciones de FDA o CE…
—La FDA es la autoridad reguladora de Estados Unidos y la CE de la comunidad europea, pero lo que es obligatorio aquí en México es el visto bueno de Cofepris. Jurídicamente, ni FDA ni CE tienen validez de cumplimiento en nuestro país. Si no se presenta el oficio de Cofepris, es ilícito, por más que se presuman autorizaciones de otros países.
Conforme a los parámetros establecidos por el Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas y TecSalud, organismos encargados de la evaluación inicial de las pruebas rápidas, el nivel de eficacia debe superar el 94.9 por ciento y, lo recomendable, es evitar su exposición a más de 24 grados centígrados de temperatura, lo cual se incumple bajo un modelo de venta casa por casa.
COMO CHICLES. La historia del doctor Lázaro Alonso, dueño de un hospital en la colonia Lomas Estrella, de Iztapalapa, arroja pistas sobre el patrón de comercialización utilizado por estas redes… Se enteró de la oferta por un amigo: “pruebas chinas autorizadas por Cofepris en promoción, con 75 por ciento de descuento”. Conocedor de los procedimientos sanitarios, las primeras charlas con intermediarios y supuestos distribuidores le dejaron muchas dudas: preguntaba sobre permisos, documentos, registros, y las respuestas eran insatisfactorias.
Cuando ventiló su intención de comprar al menos mil pruebas, fue remitido “con el enlace aduanal”. Esta es parte de la charla, compartida con Crónica:
“La prueba viene de China y está en la lista oficial del gobierno mexicano. Tenemos tres lotes y un distribuidor en la Ciudad de México”, dijo el enlace, de acento extranjero y quien se presentó con un nombre de origen ruso.
—¿A nombre de quién está el oficio de Cofepris para importar y comercializar?— cuestionó el médico.
—De una comercializadora…
—¿Es de usted?
—Sí, hemos vendido ya 50 mil pruebas en estos días. Se venden principalmente a empresas que necesitan aplicar un test COVID a sus trabajadores: en vez de una prueba molecular, nos la compran a nosotros, contratan un doctor o enfermera y listo. ¿Usted para qué las quiere?
—Tengo un hospital.
—Si es hospital podemos ser flexibles en el tema de la factura. La única restricción que tengo es para tiendas o farmacias que puedan revender, porque tendría que darles una hoja e inspeccionar su lugar de almacenamiento.
—¿Puede entonces vender sin factura?
—Sí, como cliente particular, para hacer la salida del producto de la Aduana.
—¿Cómo le pagaría?
—Se puede manejar puro efectivo. No se venden menos de mil piezas.
—Quisiera las trajeran a mi hospital…
—En efectivo, no importa el lugar, sólo si fuera con factura se tendría que checar el almacén, Cofepris pide inspección, pero es un gasto extra y no tengo por qué hacerme responsable del manejo.
—¿Cuándo se da el dinero?
—¿Va a comprar más?
—Sí, después, pero requeriré factura.
—Tendría que salir a nombre de otra empresa aliada, no de nosotros. Si usted compra 300 piezas, por ejemplo, se puede emitir una factura por 100, le traemos 300 y paga 200 aparte. O podemos vender por debajo mil piezas, todo en efectivo: paga 50 por ciento por adelantado, le mandamos a uno de nuestros colaboradores, y el otro 50 por ciento a la entrega.
—¿Cuál es el porcentaje de eficacia?
—Mayor al 90 por ciento, pero le aconsejo que cuando alguien salga positivo, tome otra muestra y descarte una posible contaminación; debe contemplar cobro doble a los clientes.
“El tema fiscal es diferente: si no quieren facturar para evadir el pago de impuestos, es una ilegalidad distinta a la de la autorización de las pruebas. Si fue importación en regla hay antecedente formal de cuántas pruebas entraron y, por tanto, debe haber simetría entre importadas y facturadas”, afirma el excomisionado Pérez Vega.
—¿Cómo se puede combatir las irregularidades detectadas en la venta de pruebas?
—Sólo de una manera: con vigilancia sanitaria que ahora no hay, una autoridad que constate que el vendedor es la persona autorizada y tiene un complemento regulatorio de almacén y distribución en México, son los puntos que debieran cuidarse…