Niegan que exista carne infectada en los mercados y la central de abasto de Cuautla
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural no ha realizado inspecciones para conocer cómo se realiza la engorda de ganado, denunciaron.
Cuautla, Mor.- Para los tablajeros de Cuautla, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) no ha realizado su trabajo en torno a la supervisión de la engorda del ganado bovino, lo que ocasionó que se haya registrado (recién) una intoxicación de personas por consumo de carne de res con clembuterol.
Asimismo, observaron que en las carnicerías de los cuatro mercados y las ubicadas en la Central de Abasto de Cuautla, “(se) ve la calidad del producto que vendemos; cuando hay contaminación con clembuterol, la carne se ve magra, color blanca, sin grasa”.
Agrupados en lo que fuera la Unión de Tablajeros, que era la administradora del rastro municipal, señalaron que desde la Sader: “… nos traían bien cortitos, tanto a los ganaderos, introductores, productores y carniceros; a cada rato nos estaban checando, viendo que la carne que se vende estuviera libre de sustancias anabólicas; tan es así, que hasta teníamos prohibido vender hígado de res, porque se dice que ahí se concentra más el clembuterol”.
Detallaron que lo que antes era la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa): “no se andaba por la ramas con los mismos ganaderos, a quienes a cada rato los sorprendía para certificar que sus hatos estuvieran libre de engorda con anabólicos”. Recordaron que era común que los productores de carne engordaran sus animales con anabólicos.
Ante intoxicaciones que se dieron a nivel nacional, abundaron que se realizó una campaña en todo el país; quedó prohibido el uso de clembuterol para la engorda.
Dijeron que en el rastro -y otros que han funcionado, como el de Yecapixtla- continuamente era revisado por los inspectores de la Sagarpa: “… no se andaban por las ramas; cuidado y por ahí se encontraran con algún hígado, de inmediato levantaban infracción”.
Puntualizaron que ahora no conocen a los funcionarios: “creo que ni inspectores tienen”, porque la engorda se da al libre albedrio de los ganaderos, aunque: “también hay que reconocerlo, se acostumbraron a no engordar sus reses con clembuterol, gastan un poco más, pero, la verdad es que la carne que venden es de buena calidad”.