Las distintas narrativas entre quienes aprueban y rechazan la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se han tornado en auténticas armas de difamación, provocando que la polarización y la violencia verbal aumenten y que la población que no comulga con ninguna de las dos posturas quede sin representación
El discurso de la política en México se convirtió en un arma para acusar y señalar, pero carece de argumentos. Ahora que el país está inmerso en un nuevo proceso electoral, la polarización vuelve a ser la protagonista.
Sin embargo, a este episodio en la historia del país, se suma un factor que pone en riesgo la convivencia de la población: el odio.
El ambiente en estos momentos muestra un alto nivel de intolerancia entre los sectores antagónicos, el cual daña el espacio público que se edificó en los periodos de construcción democrática
En los últimos meses, opiniones de intelectuales y actores políticos promueven la agresión entre grupos antagónicos, esto ocurre mientras a pie de Palacio Nacional la organización ciudadana denominada Frente Nacional Antiamlo (Frena) exige la renuncia del presidente. Algunos de sus integrantes incluso combinan la religión con la política al pedir con rezos que López Obrador abandone el cargo.
El pasado jueves, el escritor Francisco Martín Moreno dijo en una entrevista para radio: “si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino”. La frase ocasionó críticas por incitar a la violencia; un día después el también columnista se disculpó por su declaración.
No obstante, el tono de la opinión del autor de “México negro” es comparable a expresiones de personas cercanas a López Obrador. Un ejemplo de ello fue la declaración que emitió durante un mitin el escritor Paco Ignacio Taibo II en 2014, cuando intelectuales y personajes ligados al político tabasqueño se opusieron a la aprobación de la reforma energética.
El hoy titular del Fondo de Cultura Económica dijo que los legisladores que votaron dicha reforma debían ser “fusilados por traidores”.
Para Felipe Gaytán, doctor en sociología y catedrático de la Universidad La Salle, el ambiente actual muestra un alto nivel de intolerancia y polarización entre los sectores antagónicos y asegura que, de no mesurarse las posturas en las declaraciones, podría generar que estos grupos pasen de los dichos a las agresiones físicas.
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“Al menos antes de 2018 había ciertos códigos de conducta en los círculos intelectuales o políticos, había ciertas formas. Con esto no quiero decir que sea una cuestión retórica, había formas de debate en el espacio público. Tú podías señalar los errores del otro sin estigmatizarlo o sin descalificarlo.
Con este incremento de la polarización, los sectores intelectuales y políticos están perdiendo todas las formas, volviendo sus discusiones en un pleito de cantina en el cual se señala más con la víscera que con argumentos. ‘Fusilarlos en el Cerro de las Campanas’ o en el caso de Francisco Martín Moreno de ‘quemarlos en el Zócalo’, te explica que están hablando más desde la emoción que desde la inteligencia
- Felipe Gaytán
Doctor en sociología y catedrático de la Universidad La Salle
Tras los dichos de Francisco Martín Moreno, el presidente López Obrador aseguró en su conferencia matutina de ayer que en México no hay represión a las posturas contra su gobierno, aunque calificó como un exceso la declaración en contra de los simpatizantes de Morena.
“Hace unos días un escritor, que yo tengo una opinión de él porque es un conservador y además porque es como líder de opinión del conservadurismo, Martín Moreno, llegó al extremo de decir que si se viviera en la Inquisición, él quemaría a todos los morenistas, uno por uno, vivos en el Zócalo, o sea, una cuestión excesiva”, mencionó el mandatario.
Sobre la manifestación del movimiento Frena, el jefe del Ejecutivo llamó a que continúen con su protesta para lograr su objetivo de que el mandatario renuncie al cargo.
“Nada más que le apuren, que llenen el Zócalo varias veces, que sigan haciendo su labor con absoluta libertad, de manera pacífica, porque una cosa es que por la vía democrática puedan lograr su propósito de que yo abandone la Presidencia y otra cosa es un derrocamiento, el actuar por la vía ilegal, por la vía de facto de los hechos. Eso no. Tenemos que procurar que las cosas se resuelvan, se diriman por la vía pacífica”, agregó.
Por su parte, el movimiento social que permanece en la plaza más grande del país, movilizó a miles de personas el fin de semana. Aunque su líder, Gilberto Lozano, aseguró que se dieron cita más de 200 mil personas, la policía capitalina informó que solo asistieron 5 mil.
El Frena también amenazó con tomar las dependencias federales a fin de ejercer una mayor presión al Poder Ejecutivo para cumplir su cometido de que López Obrador deje la Presidencia.
Leonardo Núñez González, politólogo e investigador de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, considera que el ambiente de polarización corresponde a la construcción de narrativas que incitan al odio.
Actualmente solo existen las posturas de izquierda o derecha más radicales, por lo que la población que se encuentra en el centro no está representada y es atacada cuando no toma una de las dos opciones existentes
Añade que la polarización en el contexto político actual solo existen las posturas de izquierda o derecha más radicales, por lo que la población que se encuentra en el centro no está representada y es atacada cuando no toma una de las dos opciones existentes.
“Hay un vacío, solo tenemos la extrema lopezobradorista y la extrema derecha de Frena, no se logra articular un discurso intermedio, estamos destruyendo o erosionando la incipiente o pobre arena pública que edificamos en los periodos de construcción democrática, hoy la estamos transformando en una guerra de trincheras en la cual el votante de centro está en medio de esas dos trincheras y eso es una tragedia”, comenta el especialista.