Las afectadas esperan la intervención de las autoridades de la Secretaría de Educación
Cuautla, Mor.- Las estudiantes de la normal rural “Emiliano Zapata Salazar”, del poblado de Amilcingo, municipio de Temoac, fueron denunciadas por tratos denigrantes y violatorios de los derechos humanos por parte de alumnas de nuevo ingreso.
Lo anterior, luego de ser sometidas a trabajos forzados y acciones “infamantes”, que les dejaron heridas en las manos, pies y diferentes partes del cuerpo, además de psicológicas.
En redes sociales, padres de familia de las alumnas de nuevo ingreso mostraron algunas fotografías de los daños a que fueron sometidas. Esto, con el único fin de que renunciaran a sus pretensiones de ingresar al plantel. En su lugar, habrían de meter a “recomendadas”.
En un escrito, dirigido al Instituto de Educación Básica (IEBEM), relataron el “martirio” y la “tortura” que presuntamente ejercen integrantes del llamado Consejo Estudiantil, después de exigirles una larga lista de materiales (como aportación para el recinto), con el cual se quedan, luego de expulsar a quienes no soportan el castigo.
Dieron a conocer que en la semana de inducción, realizaron actividades “denigrantes”: juntar excremento con las manos en los sanitarios a medianoche y a oscuras, teniendo en cuenta que “… había vidrios, insectos, toallas sanitarias sucias y basura en general, exponiéndolas ante la pandemia del covid-19”. Y: “… nos hicieron quitarnos el cubrebocas, de ninguna manera podíamos usarlo, para que nos reconocieran y, si realizábamos algún gesto, sancionarnos a su manera”.
Señalaron que desde las primeras horas de “la semana de adaptación”, cuando ingresaron a los salones de clases, que inició el pasado 16 de septiembre, a las 14:00 horas, les impusieron trabajos excesivos, que se prolongaron hasta la noche, supuestamente para demostrar que son aptas para la lucha que realizan en “favor de la educación y en apoyo a acciones realizadas por otras normales”.
Resaltaron que las pusieron a correr dentro de las instalaciones -a oscuras-, causando que muchas de las cayeran y se lesionaran, además de obligarlas a seguir trabajando, ya lesionadas, sin que les importara a aquéllas el estado de salud.
Apuntaron que, en ningún momento, se les brindó ayuda médica; “se nos privó del descanso, comida y agua, afirmándonos que el Comité es la máxima autoridad y que el IEBEM no tiene autoridad en la normal”.
Otros señalamientos más que se hacen en contra del autodenominado Consejo Estudiantil, son que las obligaron a correr por la noche en el poblado de Amilcingo, sin darles a beber agua; sólo las que alcanzaron a llegar en los primeros 10 lugares, tuvieron la suerte de que les proporcionaran el líquido; las demás fueron obligadas a hacerlo de cubetas llenas con agua sucia.
Agregaron que bebieron café caliente con sal y, para evitar que les golpearan o maltrataran, la mayoría lo tomó sin hacer gestos, hasta que no pudieron más, lo que provocó que las abandonaran el plantel (con las manos atadas y la ropa desgarrada).
Hasta el momento, los padres de familia y las mismas alumnas han esperado “en vano” una respuesta de parte de los directivos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y del IEBEM: “… les tienen miedo”.