Más de 40 políticos firman una carta al presidente estadounidense pidiendo que “encuentre una resolución” a los impedimentos del Gobierno mexicano a las inversiones energéticas extranjeras
Una cuarentena de legisladores de Estados Unidos han incrementado la presión sobre su presidente, Donald Trump, para que busque una solución a los esfuerzos del Gobierno mexicano por limitar la participación privada en el sector energético, argumentando que se está socavando el espíritu del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá, conocido como el T-Mec. La petición de los 43 legisladores se produce días después de que se dieran a conocer documentos en los que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador presuntamente pide a reguladores no otorgar permisos de operación a empresas energéticas privadas para beneficiar a las paraestatales.
“Informes recientes indican que el Gobierno mexicano está otorgando tratamiento regulatorio preferente a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y está postergando o cancelando totalmente permisos para empresas energéticas estadounidenses”, dice la carta, enviada este jueves. "Estas experiencias anecdóticas han cobrado crédito adicional recientemente por un memorándum filtrado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el que indica a las autoridades mexicanas que utilicen todos los recursos disponibles dentro de la normativa para proteger a PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Adicionalmente, miembros del partido gobernante, Morena, han presentado iniciativas constitucionales para revertir la histórica Reforma Energética de 2014 y buscar renunciar a todos los contratos actualmente vigentes. “Le instamos a encontrar una resolución con el Gobierno de México”, le piden a Trump al final de la carta.
Este es un primer aviso, o una “salva”, opina Pablo Medina, analista del sector energético en Welligence, al teléfono desde Houston. “Es un signo de que la política energética de AMLO, que no ha seguido necesariamente las leyes sino mas bien ha sido a través de decreto, está levantando alertas a nivel internacional”, asegura el experto.
“Hasta ahora la Administración de López Obrador ha llevado un perfil muy bajo con lo que concierne a Trump, ha sido bastante cuidadoso de no antagonizarlo de ninguna manera, no obstante cuando se ve que los intereses de empresas estadounidenses regidos por tratados de los que México es parte, que es el mismo tratado que la Administración de López Obrador firmó, cuando se ve que no se están respetando las reglas creo que las consecuencias van a ser interesantes", explica Medina. “No creo que esto vaya a traer acciones inmediatas pero sí levanta el perfil”, agrega.
Esta semana, el director general de la empresa de energía española Iberdrola dijo en un encuentro con inversionistas que la empresa descarta nuevas inversiones en México hasta que no se aclare el marco regulatorio. Cuestionado sobre esto, previo a la publicación de la carta en EE UU, el presidente López Obrador aseguró en su conferencia de prensa diaria que el cambio a las reglas en materia energética se hizo “porque se abusó mucho”.
“El propósito, para decirlo con claridad, era dejarle el mercado de los energéticos al sector privado, tanto nacional como extranjero y esto implicaba menguar, socavar, destruir, acabar con Pemex y con la Comisión Federal de Electricidad”, opinó el mandatario. “La llamada reforma energética la hicieron para terminar de destruir a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad, y ni siquiera pueden decir que pensando en la gente, porque en todo el periodo neoliberal y sobre todo a partir de que se aprobó la llamada reforma energética se incrementaron los precios de las gasolinas, de la luz, no se benefició al pueblo. Entonces, ahora hay un cambio de política”.
Esta es la segunda carta que presiona la política energética del presidente mexicano. El año pasado, el gobernador del Estado de Texas, Greg Abbott, envió una misiva al presidente López Obrador, urgiéndole a que terminara con la revisión de contratos de suministro de gas natural para continuar el comercio entre ambos países. México es el principal comprador de gas natural estadounidense en el mundo y mucho de este gas proviene de Texas.
“La carta de los legisladores es un recordatorio al Gobierno actual de que vivimos en un planeta ya, por fortuna, con una madurez de las relaciones internacionales y en el que las decisiones que un país asuma hacia su interior podrían tener efectos colaterales en el resto del mundo”, dice Sergio Rivas, consultor y presidente de la firma de promoción de negocios International Cluster of Energy en Mexico. “Le doy la bienvenida al debate internacional sobre los temas que equivocadamente el gobierno está pretendiendo sean únicamente de injerencia nacional”.
La reforma energética, diseñada y pasada por la Administración anterior del presidente Enrique Peña Nieto, abrió el sector a la participación de empresas privadas por primera vez en 70 años. El Gobierno de López Obrador canceló subastas de energía eléctrica renovable, programadas en la Administración anterior, y endureció las condiciones de operación para plantas solares y eólicas en aras de la “confiabilidad” del sistema. Las decisiones detonaron críticas desde la iniciativa privada así como de ambientalistas.
En el último debate entre los dos candidatos a la presidencia de EE UU este jueves, el exvicepresidente y ahora candidato demócrata, Joe Biden, aseguró que su Gobierno tendría una agenda ambiental para luchar en contra del cambio climático que incluiría iniciar la transición hacia las energías renovables así como el liderazgo internacional para asegurarse de que otros países cumplan con la reducción de emisiones de carbono. El petróleo “tiene que ser reemplazado por energía renovable con el tiempo”, dijo Biden. “Yo dejaría de darles subsidios federales. Si no se les dan subsidios federales a la energía solar y eólica, ¿por qué se lo damos a la industria petrolera?”, apuntó.