El banco central acumuló 585 mil 633 millones de pesos entre enero y septiembre debido a la depreciación del peso ante el dólar
Debido a la depreciación acumulada del tipo de cambio, este año el Banco de México (Banxico) ha obtenido ganancias millonarias, lo que, de mantenerse la tendencia durante el último trimestre del año, generaría remanentes para el gobierno federal.
De acuerdo con sus estados financieros, entre enero y septiembre de este año, el banco central obtuvo ganancias por 585 mil 633 millones de pesos, la más alta de la que se tiene registro para un periodo de nueve meses e, incluso, un año completo.
El encarecimiento del dólar frente al peso al cierre de 2019 permitió la revaluación en pesos de las reservas internacionales, que pasaron de 3.412 billones de pesos al cierre de diciembre de 2019 a 4.294 billones de pesos al 30 de septiembre de 2020, un incremento de 832 mil 832 millones de pesos.
La situación apunta a que, luego de tres años consecutivos registrando pérdidas financieras, este año Banxico regresará a números positivos en su estado de resultados, lo que ocasionará que, en abril de 2021, entregue remanentes de operación al gobierno federal. Al menos 70% de éstos deberá ser destinado a la amortización de deuda y/o reducción del déficit fiscal.
EL REMANENTE DE BANXICO, INMINENTE
El Banco de México obtuvo una ganancia de 585 mil 633 millones de pesos durante el periodo de enero a septiembre de este año.
De acuerdo con los estados financieros al 30 de septiembre publicados por el banco central, se trató no sólo de la ganancia más alta de la que se tiene registro para un mismo periodo de nueve meses, sino que también supera a cualquier valor para un año completo.
La depreciación acumulada del tipo de cambio en lo que va del año es lo que ha originado la extraordinaria ganancia del banco central, pues el dólar Fix cerró septiembre en 22.1438 pesos por dólar, un encarecimiento de 17.8% respecto a los 18.8642 pesos en que finalizó 2019.
Esta situación permitió la revaluación en pesos de las reservas internacionales, que pasaron de 3.412 billones de pesos al cierre de diciembre de 2019 a 4.294 billones de pesos al 30 de septiembre de 2020, un incremento de 832 mil 832 millones de pesos.
Así, luego de tres años consecutivos registrando pérdidas financieras, todo apunta a que este año el Banco de México regresará a números positivos en su estado de resultados, lo que ocasionará que entregue el próximo año remanentes de operación al gobierno federal en abril de 2021, situación que ha sido catalogada por analistas como un oxígeno a las apretadas finanzas públicas del país.
En abril pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó la opción de pedirle al Banco de México que le adelantara cuando menos una parte de los remanentes de operación que obtendría este año.
Sin embargo, el gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León, en reunión con el Presidente, le explicó la razón por la cual eso no podía ocurrir, ya que el procedimiento y los tiempos en materia de remanentes de operación del Banco de México previstos en su propia ley no lo permitían.
Resalta que el resultado financiero neto positivo del banco central en enero-septiembre se conformó por ganancias por 836 mil 56 millones de pesos durante enero-marzo, las cuales mermaron por las pérdidas de 71 mil 689 millones de pesos en abril-junio y de 178 mil 734 millones de pesos.
LOS ANTECEDENTES
El 2014, 2015 y 2016 fueron los últimos años en que el Banco de México registró resultados netos positivos.
Esto le dio oportunidad al banco central de transferir al gobierno remanentes por 31 mil 449 millones de pesos en 2015, 239 mil 94 mdp en 2016 y 321 mil 653 mdp en 2017, siendo esta última la más alta de la historia.
Según la Ley del Banco de México, el remanente de operación deberá ser entregado al gobierno una vez que el banco central haya constituido reservas de capital a partir de sus ganancias.
A su vez, la ley hacendaria obliga al gobierno a destinar al menos 70% de los remanentes a la amortización de deuda y/o reducción del déficit fiscal del gobierno federal, y lo restante al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o inversiones que fortalezcan la posición financiera federal.
Esto obedece a que así como la depreciación del peso aumenta el valor de las reservas internacionales en moneda nacional y por ende deja ganancias al gobierno, de la misma manera también aumenta la deuda del sector público. Por esta razón, el Congreso aprobó en 2015 la reforma que busca que el aumento de los activos del Banco de México neutralice en parte el aumento de los pasivos del gobierno federal.