El diputado del PRI defiende la reforma energética que ayudó a poner en marcha en México y advierte de los peligros de frenar la participación privada en el sector
Enrique Ochoa (Morelia, 1972) tuvo un papel central en algo que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador critica día sí día no. Como director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de 2014 a 2016, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, le tocó poner en marcha la reforma energética que abrió el sector a las empresas. En un importante giro, el Ejecutivo actual ha cargado contra la participación privada y aprobado medidas para limitarla que han suscitado una ola de amparos ante los tribunales. El hoy diputado del PRI, secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, termina una semana intensa, con comparecencias de hasta nueve horas. De perfil técnico y discurso constructivo, el martes solo se quitó el cubrebocas para interrogar al director de la eléctrica paraestatal, Manuel Bartlett. En conversación telemática desde el despacho de su casa, repasa los recortes al presupuesto y el futuro incierto de las renovables en el país.
Pregunta. El Gobierno reduce el presupuesto a la CFE al tiempo que limita la inversión privada en el sector. ¿Qué efectos puede tener?
Respuesta. La CFE tiene un decremento del 12% en el proyecto de presupuesto para 2021. No hay suficiente inversión en mantenimiento ni en infraestructura de generación. Eso quiere decir que van a pasar tres años consecutivos sin nuevos proyectos y, dado que se tardan en construir entre cuatro y seis años, se está condenando al país a que no haya nuevas plantas hasta 2026. Si le pones trabas al sector privado y, al mismo tiempo, no le asignas suficiente recurso a la CFE, en términos beisbolistas, la paraestatal ni picha ni cacha ni deja batear, poniendo en riesgo el suministro eléctrico futuro con posible cuellos de botella, alertas críticas y apagones.
P. El Gobierno ha cancelado las subastas eléctricas, el mecanismo de licitación por el que la CFE compraba energía a plantas renovables. ¿Con esta política, México puede llegar a la meta de 35% de energías limpias para 2024, contemplada en la ley?
R. No va a llegar. Por un lado, se le está complicando a los parques actuales entrar en operación y no hay nuevos porque no ha habido subastas. ¿Quién querría invertir cuando el Gobierno ha hecho todo lo posible para que no haya nueva inversión? Y, por otro lado, en el presupuesto de la CFE no hay dinero para parques renovables ni para la modernización de las centrales hidroeléctricas.
P. ¿Qué piensa de la carta enviada hace una semana por legisladores de EE UU reclamando a México el respeto de los compromisos energéticos?
R. Es la consecuencia evidente de las equivocadas decisiones administrativas del Gobierno en contra de la Constitución mexicana que dice que la participación mixta público-privada es bienvenida. La ruta de meterle el pie al sector privado se ha topado con el poder judicial, con sentencias que le han dado la razón a las empresas.
P. El presidente ha empezado a hablar de la posibilidad de una contrarreforma si sus políticas encallan en los tribunales. Uno de los puntos que podría revisar es el despacho económico de la red eléctrica, que da prioridad a las centrales más baratas, generalmente renovables y privadas. ¿Qué consecuencias conllevaría?
R. Oponerse al despacho económico no es ir en contra de la reforma energética sino contra la forma como operan todos los sistemas eléctricos del mundo. ¿Qué país va a poner a despachar primero el combustóleo [un derivado del petróleo altamente contaminante]? Tu costo de generación va a ser más alto que si pones primero gas o energías limpias.
P. Una de las críticas frecuentes del Gobierno a la reforma es precisamente que no cumplió con la promesa de reducir la factura de la luz. ¿Por qué no ha sido así?
R. La única manera de bajarla es reducir los costos de generación. La reforma energética impulsa la sustitución de combustibles caros y contaminantes por otros amigables y de bajo costo. Este Gobierno ha hecho lo opuesto. Detuvo las subastas de energías renovables y le puso trabas a los parques nuevos para entrar en pruebas preoperativas. Es un contrasentido promover que bajen las tarifas si estás obstaculizando a las tecnologías y combustibles más baratos.
P. La reforma se aprobó hace siete años y todavía no se ha visto en la factura de la luz.
R. Las subastas fueron en 2015, 2016 y 2017. Los parques están entrando en operación este año pero el Gobierno ha tomado decisiones administrativas en contra de esos parques. ¿Cómo vas a ver los frutos de algo que no estás dejando madurar? En 2014, cuando era director, había tres parques solares en México. Hoy hay 70. Para que eso baje las tarifas tienen que ser 200, 300. Si interrumpes el crecimiento, tienes solo esos 70 parques que representan el 5% del sistema.
P. ¿La reforma energética condenaba a la CFE a la extinción, al desmantelamiento, como dice Manuel Bartlett?
R. La CFE desde 2016 a la fecha arroja utilidades año tras año, tiene patrimonio neto positivo y grado de inversión. ¿Cuál desmantelamiento? Tiene ganancias desde antes de que el nuevo Gobierno llegara en 2018.
P. Pero la empresa ha ido perdiendo terreno frente a los privados en cuanto a porcentaje de generación eléctrica.
R. Yo recibí la CFE y le entregué siete nuevas centrales de ciclo combinado al cabo de dos años. Van dos años de este Gobierno. ¿Cuántas plantas nuevas hay? ¿Cuántas hay en el presupuesto? Hoy veo cero. La reforma le permite a la CFE construir plantas, incrementar del 54% al 70% de la generación eléctrica si tiene dinero para hacerlo. Pero si no hay recurso o apagas la luz o permites al sector privado poner centrales.
P. ¿Incluso si la CFE pierde terreno, es eso algo necesariamente malo?
R. Tampoco sería malo. El negocio de futuro de una empresa de energía no es solo la generación de electricidad. Está la comercialización. La CFE podría comprar energía al productor más barato de México, a un parque solar, y venderla a una tarifa mayor y tener una ganancia sin haber hecho el gasto presupuestal de construir la planta. No veo dónde la reforma te lastime como empresa.