Dice a La Razón que se concluirán “obras botadas”; su meta, limpiar SCT de “estructuras necrosadas”; habla de Interjet, puertos, toma de casetas...
El secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz Leal, se sabe al frente de una de las dependencias estratégicas para remontar los efectos económicos de la pandemia y por lo tanto nodal para la 4T. “Viene un año muy difícil”, advierte, “viene muy dura la situación”, resume al inicio de la entrevista, la primera que concede a un medio nacional.
La inversión pública en infraestructura tendrá 10 mil millones de pesos menos —en números redondos—, por lo que, afirma, la apuesta es sumar al capital privado, nacional y extranjero, del que ofrece ser promotor.
“Mi posición es que todos juntos, ojalá lo entiendan los señores del sector privado, entre todos vamos a sacar adelante al país”, remarca.
En charla con La Razón, el funcionario da cuenta de los proyectos que tendrán inversión garantizada y expone su idea de que en el sureste se invierta más capital público, mientras que en el norte y el centro se apueste a proyectos con mayor financiamiento de la IP.
También refrenda el compromiso de concluir muchas obras que “nos dejaron botadas”.
Un día después de haber comparecido por más de cinco horas ante diputados, el secretario expone su meta principal: limpiar y renovar una dependencia que está por cumplir 130 años y en la que, acusa, ha encontrado “estructuras necrosadas y vicios ocultos”.
De Caminos y Puentes Federales (Capufe) señala por ejemplo que “la estaban desbaratando” con una “corrupción brutal”.
Esta pandemia nos vino a sacudir, como a todo mundo. Entonces necesitamos sumar esfuerzos por el bien de México. Y no importa que sean de cualquier partido político, de cualquier creencia o de cualquier cosa, sea pública o privada”
Sin embargo, apunta que lleva avances en la renovación gracias a la aplicación de una reingenería en áreas obsoletas, en las que está incorporando tecnología y “gente joven y honesta”.
En ese momento de la conversación, cuando habla precisamente de la juventud de los nuevos cuadros, aprovecha para bromear: “No soy tan joven, pero no tengo 93 años, como dijeron”. Sabe que —por aquella polémica que se desató en redes por un dato falso— provocará la risa en la oficina donde se realiza la entrevista, en la sede del Palacio Postal, en Eje Central. A él mismo se le marca la sonrisa debajo del cubrebocas.
¿Qué perspectivas tiene para el año que entra, por el recorte a su secretaría?
La situación del país en general por la pandemia se encuentra en una situación muy delicada, muy difícil. Definitivamente para atender una situación como la que está viviendo el país necesitamos sumar esfuerzos de los privados, incluso de los extranjeros, con la inversión pública. La inversión pública se ve reducida porque la economía se vino abajo. Tengo datos de una caída de 7 u 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual es tremendo para el país.
Además, tenemos una reducción de 10 mil millones de pesos en nuestro presupuesto de inversión y tenemos que ajustarnos. ¿A qué no obliga esto? A ser más eficientes, a actuar con mayor honestidad. Eso definitivamente es una prioridad: aquí, cero corrupción. Y a tratar de asignar los recursos a los lugares más necesitados del país, sobre todo porque somos un Gobierno de izquierda y tenemos que centrar nuestra atención en la regiones más marginadas para que tengan un beneficio social. Entonces es apretarnos el cinturón y ser más eficientes.
Hay una diferencia o distanciamiento entre el Gobierno y el sector privado.
Sí. Se ha percibido algún no entendimiento, porque yo creo que en la iniciativa privada, no todos, no se puede generalizar —porque hay empresas nacionalistas y empresas muy serias—, pero había empresas que estaban acostumbradas a que el poder económico dictara instrucciones que les beneficiaran a ellos. Ahora no. Ahora lo que tenemos que hacer es, desde mi punto de vista, sumar esfuerzos todos para sacar adelante al país.
Esta pandemia nos vino a sacudir, como a todo mundo. Entonces necesitamos sumar esfuerzos por el bien de México. Y no importa que sean de cualquier partido político, de cualquier creencia o de cualquier cosa, sea pública o privada. Porque sí viene muy dura la situación. La crisis sanitaria se convierte en una crisis económica y si no la solventamos, especialmente el año que entra, es cuando más fuerte se va a venir.
Yo trabajé en la empresa privada antes de incorporarme al gobierno democrático de la Ciudad de México con el licenciado (Cuauhtémoc) Cárdenas. Entonces sé que hay empresas serias, hay empresas nacionalistas que quieren trabajar en México.
También tenemos muchas empresas extranjeras que han venido, aunque no siempre a actuar correctamente y eso hay que controlarlo, pero definitivamente lo que necesitamos ahora es inversión y generar empleo, crecer la riqueza, y para eso la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tiene un papel fundamental.
Muchos conocedores y hasta algunos economistas que entienden, porque hay otros que no entienden, saben que la actividad de la construcción en general y en especial la de infraestructura es generadora de empleo, es un detonador de la economía.
Las exigencias de parte del sector privado son garantías y confianza. ¿Hay posibilidad de generarlas o más bien es la realidad la que apremia?
Yo creo que son las dos cosas. Creo que la realidad apremia y hay que jalar juntos, pero la otra cuestión es que sí se debe generar confianza. Yo entiendo que deben tener utilidades genuinas, utilidades legítimas, pero no abusar. La otra es que paguen sus impuestos y no simular el pago de impuestos, porque los impuestos son con los que el Gobierno debe hacer su trabajo. Lo importante es hacer las cosas bien hechas, honesta y correctamente y eso genera confianza.
Cuando yo estaba al frente del proyecto Dos Bocas, en la primera parte de la administración, había empresas que cuando les llamamos a Holanda y a Bélgica —para la cuestión del dragado— nos dijeron: “Oigan, nosotros nos alejamos seis años de México por la corrupción, que era el principal problema de México. Ustedes dicen que va a haber transparencia, regresamos con nuestras máquinas y a trabajar con ustedes”, ¿y eso qué significa?: confianza.
Es lo que estamos tratando de mostrar, que ha costado mucho trabajo sí, porque las estructuras están muy necrosadas, hay muchos vicios ocultos, hay mucha gente abajo que está acostumbradas a otros sistemas. La idea es limpiar la casa, dar honestidad y generar también respeto.
PRIORIDADES. Díaz Leal considera que es momento de invertir, pero advierte en ese sentido que “si hay pocos recursos hay que concentrarlos en el sur sureste del país, donde se encuentra la mayor densidad de poblaciones más marginadas, y meterle inversión privada a todo el centro y en la parte norte del país que tiene otro nivel de desarrollo”.
E insiste: “Estamos totalmente abiertos, cuando menos ésa es la postura y ser promotores e impulsores de la inversión privada e incluso inversión extranjera”.
El titular de la SCT refiere entonces los proyectos prioritarios a los que no faltarán recursos públicos. Primeramente apunta a la pavimentación con concreto de las cabeceras municipales de los distritos más marginados, centralmente pueblos indígenas de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, aunque también en el resto del país.
En ellos el gasto no sólo no se recortará sino que aumentará, aclara, porque generan empleo, arraigo y satisfacción de quienes construyen sus propias obras. “Es uno de los proyectos que más me entusiasma”, apunta el ingeniero.
Otro es la conservación de carreteras, pues precisa que recibieron la red con 35 por ciento en malas o pésimas condiciones y el propósito es reducir ese porcentaje a cero.
También refrenda el compromiso de concluir obras iniciadas en administraciones pasadas, por ejemplo el tren de Guadalajara, que ya se entregó, o el tren México-Toluca —cuyos avances ayer corroboró el Presidente.
“Hay un número muy grande de obras que nos dejaron botadas. Terminarlas es una prioridad. Son muchos (proyectos), son necesarios y hay una inversión, mal hecha o bien hecha, no sé, pero hay que terminarlos”, explica.
Otras obras con garantía presupuestal son las de apoyo a proyectos prioritarios de la 4T, como la infraestructura carretera para el Corredor Transoceánico del Istmo de Tehuantepec, en la que dan asesoría y permisos.
Enumera también los caminos de acceso a 10 parques industriales que se van a realizar; vías de acceso, vialidades y obras urbanas relacionadas con el Aeropuerto Felipe Ángeles y apoyo en todo lo que tiene que ver con la coordinación de ese aeropuerto, con los de Toluca y de la Ciudad de México.
Autorizaciones y facilidades relacionadas con el proyecto del Tren Maya, principalmente en cruces y en la parte donde una parte del proyecto corre con la autopista que va de Cancún a Tulum. Apoyo para el nuevo aeropuerto de Tulum y el proyecto con inversión privada para sacar el aeropuerto de Mérida y llevarlo a un nuevo terreno fuera de la ciudad a donde va a llegar el tren.
Igualmente proyectos de infraestructura con los que el Presidente se haya comprometido a nivel estatal: “Los estamos atendiendo hasta donde se puede con recursos fiscales y si no impulsando el desarrollo con inversión privada”.
En cuanto a la inversión privada, el titular de la SCT se muestra animado con el hecho de que ya haya paquetes de proyectos: “En noviembre se anunció uno, el mes pasado se presentó otro, que ya está caminando, y ahorita estamos por presentar a fin de mes otro paquete de proyectos ya totalmente maduros para que la iniciativa privada intervenga y los lleve a cabo. Hay empresas que ya han solicitado participar, que han realizado los estudios. En general se va a dar una sacudida importante en esta estructura.
Ha costado mucho trabajo sí, porque las estructuras están muy necrosadas, hay muchos vicios ocultos, hay mucha gente abajo que está acostumbradas a otros sistemas. La idea es limpiar la casa, dar honestidad y generar también respeto”
No se puede generalizar, había empresas que estaban acostumbradas a que el poder económico dictara instrucciones que les beneficiaran a ellos. Ahora no”
En cuanto al planteamiento de la infraestructura como activador del crecimiento económico, ¿hay otros puntos que faltan considerar?
Sí, por ejemplo en el T-MEC tenemos un paquete de infraestructura en la frontera norte que se está revisando con todos periódicamente. Con el canciller (Marcelo Ebrard), con el embajador de Estados Unidos (Christopher Landau), con las autoridades del lado americano y del lado mexicano. Hay obras tanto en las zonas de Mexicali, Laredo y Reynosa, una serie de cruces y de infraestructura que son fundamentales. Tenemos que aumentar esto.
Hay también otro aspecto importante: la cuestión de conectividad. Para que el país sea competitivo tenemos que tener Internet para todos. Ahí está trabajando la SCT junto con una empresa que se creó especialmente y que la tiene Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque tiene una red de fibra óptica que nosotros complementamos con nuestras antenas y con nuestros satélites.
En la pandemia lo que nos comunicó fue Internet. Su uso subió 20 por ciento y hasta más, y también se dio saturación. Ahí estamos haciendo un esfuerzo importante para subir el nivel de conectividad, incluso tenemos un estudio para pasar de 4G a 5G para tener mayor capacidad de banda ancha. Por otro lado, están localizadas todas las regiones que no tienen Internet y las estamos conectando sobre todo vía satélite, que los tenemos subutilizados.
Confieso que me tuve que alfabetizar ahora que me quedé encerrado, tuve que aprender a utilizar Zoom, porque uno se vuelve cómodo con el uso de WhatsApp. También estamos trabajando en la alfabetización digital en los sectores de mujeres y comunidades indígenas.
En el tema de puertos que derivó en la salida de su antecesor, ¿la SCT ya entregó todo a Marina?, ¿hay recomendaciones a esa secretaría en este proceso de transferencia de responsabilidades?
Estamos avanzando, ya con la ley aprobada en el Congreso, a marchas forzadas, para hacer esa transferencia a la Secretaría de Marina. Se le pasan las facultades y las atribuciones de los 118 puertos, pero se le pasan completas 14 administraciones portuarias. Ahí ya se nombraron almirantes retirados con altas calificaciones que pasaron el plan de control. Yo los he tratado y son gente muy profesional que ya está tomando el control.
La recomendación que nosotros estamos haciendo es que las áreas que requieran de una especialidad, por ejemplo la parte que maneja la mercadotecnia y comercial, que son importantes, las haga personal especializado. O por ejemplo en las obras marítimas, que sean ingenieros civiles especializados en obras marítimas (los que las realicen), porque un ingeniero naval sabe hacer un barco, pero no sabe hacer un rompeolas, una escollera.
Estamos en el proceso de traslado y yo creo que lo vamos a terminar a fines de este año y va a ser una transición muy armoniosa.
En el asunto de las casetas, ¿no le parece que haya un descuido de la SCT por el hecho de que cada vez hay más personas con impunidad actuando ahí, tomándolas?
La verdad es que con la situación económica, con el problema del incremento en la delincuencia y, como le pasa a todos los gobiernos, que siempre los ponen a prueba la gente que está en contra, desde el año pasado se dio un problema muy grave que es la toma de casetas. (Pero) vimos que no es una protesta social. Aquí no. Son bandas de delincuencia organizada.
Tuvimos este año en lo que se refiere al Gobierno federal, de Capufe, 39 casetas (afectadas) en cinco estados. Son cinco grupos de delincuentes. Y esto le costó al gobierno tres mil 665 millones de pesos que dejaron de entrar para darle mantenimiento a las mismas autopistas.
Afortunadamente llevamos el caso al Consejo de Seguridad y la instrucción del Presidente fue entrar con la Guardia Nacional (GN) a apoyar, porque ya había una violencia brutal. Hay videos en los que están apuntando hasta con una pistola a familias con niños y pidiendo la cuota y si el auto era más lujoso, pues era más grande la cuota.
Hubo ya un muerto, pero ya hay líderes detenidos y hay unas 200 personas detenidas que ya se les están haciendo juicios. Ésa fue una acción delictiva, así como en su momento fue el huachicol, pero ya afortunadamente entró el gobierno con la Guardia Nacional del Consejo de Seguridad y estamos poco a poco revirtiendo el problema.
El problema de Interjet. Hay un reclamo de usuarios y un señalamiento de que los apoyos que se están dando a través del Gobierno a la empresa son mayores a los que la empresa está pudiendo responder. También opiniones en el sentido de que pareciera que el Gobierno no quiere cargar con un nuevo Mexicana.
Mi punto de vista es que tratemos de ayudar a Interjet. Pero con mucha responsabilidad de los dueños. A Aeropuertos y Servicios Auxiliares nos debe Interjet unos dos mil 600 millones de pesos en turbosina, que yo se la tengo que pagar a Pemex; en los TUAS que se cobran en el boleto de avión, en los servicios de ventanilla, y no tienen cómo pagarlos.
Decíamos: los de atrás nos podemos esperar, pero tienen que irnos pagando. Luego tuvieron problemas con el sindicato de aviadores y sobrecargos porque no les están pagando los salarios. Realmente están en una situación muy difícil.
Hemos tenido pláticas, la semana que entra tenemos otra con ellos para ver cómo les ayudamos, (porque) no se le van a condonar impuestos. Miguel Alemán (hijo) estuvo ya conmigo. Estamos en la disposición de ayudarles en la medida de lo posible, pero también hay que entender que el Gobierno requiere sus recursos.
Yo no quisiera que pasara lo de Mexicana que a mí me dolió mucho, que fue un fraude. Aquí en este caso no. Siento que les ha faltado capacidad empresarial y la crisis les vino a pegar. Estamos tratando de ayudarles hasta donde es posible, porque es un problema de ellos.
LA MISIÓN. Al final de la conversación, el integrante emérito del Colegio de Ingenieros Civiles de México, habla sobre el reto de hacer “reingeniería” en diversas áreas de la SCT que son deficitarias: menciona al Servicio Postal y a Telecomunicaciones.
Enlista también como tareas el robustecimiento de Capufe que ha implicado un cambio de perfiles del personal porque “poco a poco lo estaban acabando”.
“Estamos metiendo gente joven, cambiando los cuadros, metiendo más mujeres en los puestos de mando y sobre todo buscando tecnología actualizándonos para ser más eficientes y poder cumplir con los objetivos y las metas, ésa es la misión que yo tengo aquí: limpiar la casa combatir la corrupción.
¿Ya se desterró la corrupción?
No. No se ha desterrado toda la corrupción. Seguimos teniendo problemas en las partes de abajo y estamos tratando de limpiarlas. Ése es un encargo del Presidente. Él me conoce, por eso me puso aquí. Queremos entregar una secretaría, al final de este Gobierno, renovada, modernizada, actualizada y con gente joven, positiva, honesta, con tecnología. Ése es mi objetivo.