Una reforma a la Ley de Banco de México que ha levantado las críticas de especialistas, pero que fue aprobada sin chistar en el Senado. Ahora va a San Lázaro
Hasta ahora, contar con cantidades exageradas de dólares en efectivo representaba un problema: el sistema bancario mexicano no podía asimilarlo con mucha facilidad y menos hacerlo circular hacia el Banco de México, convertirlo en la moneda corriente mexicana y darle uso a esa fortuna. Piense en un narco con maletas de dólares en efectivo enfrentando estas trabas… Bueno, pues esto podría dejar de pasar y masas de dólares de procedencia inexplicable serían asimiladas por Banxico y “legalizadas” de facto.
El Senado de la República aprobó una reforma por la que los “excedentes” de moneda extrajera en entidades financieras le podrán ser remitidas para que Banxico las integre a sus reservas internacionales. En el ejemplo de la imagen que ilustra la nota, las maletas se convertirán en reservas internacionales luego de que una entidad financiera las remita a Banxico como sus excedentes de efectivo extranjero.
La reforma a la Ley de Banco de México levantó polémica desde su postulación. Por un lado, especialistas acusan que se trata de una modificación a un tema técnico y por tanto es una forma de darle la vuelta a la autonomía del organismo, pero ahora empieza a crecer la crítica hacia la apertura de una puerta cuasi oficial para el lavado de dinero.
En la exposición de motivos, el legislador alega que México es un país con remesas y turismo pujante que hace captar dividas extranjeras en efectivo en cantidades notables. Esto es cierto, pero nada comparable con el efectivo extranjero negro que se maneja en el crimen organizado, alegan los críticos de la reforma.
Gerardo Esquivel, amlista y propuesto por el actual Ejecutivo para ocupar un sitio en la Junta de Gobierno de Banxico, señaló en su cuenta de Twitter: “Lamentable que se hayan aprobado en el Senado reformas a la Ley del Banco de México que ponen en riesgo a las reservas internacionales y que atentan contra la autonomía del Banco de México. Espero que en la Cámara de Diputados se corrija esta situación”.
LA REFORMA
Entre advertencias sobre posible lavado de dinero, el pleno del Senado aprobó con la mayoría de Morena la reforma a la Ley del Banco de México, en materia de captación de divisas extranjeras, con lo cual ahora el Banco central estará obligado a comprar los excedentes que tengan los bancos por la vía de remesas o por turismo.
Con 67 votos en pro, 23 en contra y 10 abstenciones se aprobó que Banxico se hará cargo de estos montos, lo que provocó acusaciones y advertencia de la oposición en el sentido de que se convertirá al banco central en “una gran lavadora de dinero”.
"Vamos a convertir al Banco de México en la lavadora más grande de este país. Es uno de los golpes más graves que va a propinar esta deformación de cuarta", recriminó la senadora priista Claudia Anaya.
De acuerdo con esta reforma, los billetes y monedas metálicas extranjeros excedentes serán comprados por el Banco de México escuchando a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para regular el procedimiento de compra al tipo de cambio vigente.
De poco sirvieron las advertencias del Banco de México en el sentido de que esta ley genera el riesgo de que ingresen recursos ilícitos al sector financiero y se afecten a las operaciones del instituto central, lo que daría como resultado acciones cautelares y sanciones por parte de autoridades en el exterior.
En su momento el Banco de México (Banxico) indicó que coincide con la conveniencia de que las divisas que ingresan al país por actividades legítimas, principalmente las que traen los migrantes mexicanos y turistas extranjeros, fluyan de manera sencilla, segura y económica.
Sin embargo, advirtió que “es posible que ingresen flujos de efectivo provenientes de actividades ilícitas, lo que puede representar un riesgo importante para el sector financiero nacional en su interacción con el sistema financiero internacional”.
La propuesta inicial de Ricardo Monreal que contemplaba que el efectivo que captaran las instituciones de crédito que no pudieran ser repatriado a su país de origen se sumara a la reserva internacional fue eliminada del texto final.
Según esta minuta que se turnó a la Cámara de Diputados, el propósito fundamental de esta reforma es apoyar a los mexicanos que han migrado a los Estados Unidos de América y fortalecer la economía de las familias mexicanas que reciben remesas en efectivo así como la de quienes dependen de la actividad turística y del comercio de bienes y servicios en la frontera.
También se favorecerá la recepción de dólares en efectivo en los comercios ubicados en zonas turísticas y en la zona fronteriza, a fin de generar mayores fuentes de empleo y ganancias para la población ubicada en estas áreas.
LAVADORA DE DINERO
La oposición así como senadores del Partido del Trabajo, como Nancy de la Sierra y sin partido, Emilio Álvarez Icaza acusaron que con esta iniciativa se vulnera la autonomía del Banco de México y sobre todo lo convertirá en una “gran lavadora” de dinero de procedencia ilícita.
“El Banco de México ha señalado que con estas reformas podrían ingresar flujos de efectivo provenientes de actividades ilícitas, comprometiendo al sector financiero nacional y a su interacción con el sistema financiero internacional y, lo que es peor, de aprobarse el dictamen ese riesgo sería transferido al Banco de México al imponerle la obligación de recibir moneda extranjera en efectivo”, advirtió la secretaria de la comisión de Hacienda, en el Senado, Minerva Hernández.
El presidente de la comisión anticorrupción del Senado, Juan Zepeda de Movimiento Ciudadano, sostuvo que “esa mancha de posibilidad que significa el lavado de dinero”, le va a caer al Banco de México y eso pone en riesgo la estabilidad económica de nuestro país.
“Es una bola rápida y ensalivada, en realidad una bola envenenada, es una trampa delicada. (…) Esta iniciativa puede generar un enorme riesgo para que el Banco de México se convierta en una lavadora, déjenme decirlo así, para que el Banco de México acabe lavando divisas de procedencia ilícita, esencialmente, del narcotráfico”, secundó Emilio Álvarez Icaza, senador sin partido.