Ayer fue un día decisivo en las vidas de los cirujanos y el enfermero acusados de olvidar una compresa en el cuerpo de Damaris durante la apendicectomía que le practicaron en junio de 2010, en un hospital privado de Cuautla, lo que habría causado su muerte dos meses después, en el Hospital del Niño Morelense.
Después de un largo juicio que duró casi un mes, el Tribunal, conformado por tres jueces del Tercer Distrito en materia Penal del Tribunal Superior de Justicia (TJS), finalmente emitió su veredicto, tras haber escuchado los testimonios de los padres, personal del hospital privado, del Hospital General de Cuautla "Mauro Belaunzarán Tapia", del Hospital del Niño Morelense, peritos de la desaparecida Procuraduría General de Justicia del Estado de Morelos y dos expertos que fueron presentados por la defensa para desacreditar la teoría de la Fiscalía.
No lo lograron. Al ingresar a la Sala Uno de la sede del TSJ en Cuautla, después de 10 minutos de deliberación, el Tribunal emitió un fallo condenatorio para los dos cirujanos acusados, mientras que el joven que participó como enfermero circulante en aquella operación fue absuelto de toda responsabilidad, pues la naturaleza del papel que desempeñó le impidió participar directamente en la cirugía, según las consideraciones que fueron leídas por la juez María Guadalupe Flores Servín, sentada a la derecha de los jueces Jesús Valencia Valencia y Job López Maldonado.
Las conclusiones
Atentos a sus palabras, nerviosos por saber lo que diría y algunos llorando al escucharla, el público se mantuvo en silencio cuando la juez mencionó que Damaris, una niña que murió a los 12 años de edad, "sufrió lo más indecible durante el largo tiempo de dos meses", a partir de su primera cirugía.
De acuerdo a las conclusiones del Tribunal, la compresa que usaron los cirujanos en esa intervención no tenía el hilo Raytec, un material radiopaco que es visible en ultrasonidos y radiografías, motivo por el cual no aparece en las fotografías de las placas que fueron presentadas como medios de prueba por los abogados de la Fiscalía y por la defensa de los acusados, los segundos para demostrar que la compresa no existía.
Dicha conclusión es resultado del testimonio vertido por el cirujano que extrajo la compresa en el Hospital del Niño Morelense, quien aseguró que el textiloma que encontró carecía del material radiopaco.
Según el Tribunal, los médicos que trataron inicialmente a Damaris se limitaron a seguirle recetando antibióticos después de la apendicectomía, cuando pudieron haberla intervenido nuevamente para saber el origen de la infección que sufría, lo que más tarde hizo el personal del Hospital General de Cuautla. Allí, un cirujano le realizó una laparotomía exploradora, en la que pudo ver el origen de la infección: una compresa olvidada.
El tercer día de septiembre de 2010, después de que le extrajeran el textiloma, la niña murió a causa de un choque séptico, en el que varios de sus órganos ya habían colapsado.
El caso de Damaris marcaría la historia
"Agradecidos con Dios y con las autoridades" fueron las únicas palabras que pronunció la señora Bladimira Araiza, madre de Damaris, quien salió acompañada por su esposo, Carlos Arturo Ponce, y por su asesor jurídico, el abogado Arturo Camacho Rosas.
Respecto al fallo absolutorio del enfermero, Camacho Rosas se manifestó en desacuerdo, aunque reconoció que la valoración del Tribunal fue la correcta:
"No estoy de acuerdo, pero creo que se ha hecho una valoración correcta por parte del Tribunal Superior de Justicia", declaró en entrevista.
El abogado consideró que el fallo de los jueces sienta un antecedente en casos de negligencia médica:
"Sabemos que se dan concurrentemente negligencias, pero en ocasiones, por la falta de ética de los doctores, no se dan a conocer, y en este caso tuvimos la valiosa participación de los doctores del 'Mauro Belaunzarán' y del 'Niño Morelense', quienes actuaron de manera ética y profesional, diciendo la verdad y no ocultando nada".
Defensa no se rendirá
Afirmando que su cliente es inocente, el abogado Said Basabe Gómez, defensor del cirujano que habría introducido la gasa en la cavidad abdominal de la niña, criticó la decisión del Tribunal al haberse basado sólo en los testimonios de los médicos, sin que la existencia de la compresa fuera demostrada científicamente:
"Se deben acabar este tipo de jueces que resuelven con el corazón y el estómago, cuando su obligación es resolver con la ley en la mano", afirmó.
Adelantó que la defensa buscará interponer un recurso de casación, el cual tiene por objeto anular una sentencia judicial que contiene una interpretación o aplicación incorrecta de la ley.
"Mi cliente está tranquilo porque sabe que él no es el responsable de la muerte de esta menor, que los responsables son otros médicos", dijo.
De acuerdo a un cirujano oncólogo que fue presentado por Gómez Basabe ante el Tribunal para hacer la valoración del caso, la compresa pudo haber sido introducida en el Hospital General de Cuautla, con lo pudo haberse demostrado la inocencia de su cliente y el cirujano que le ayudó en la operación.
Tras emitir el fallo correspondiente, será el próximo martes cuando el Tribunal dé lectura a la sentencia, individualizando la pena para cada uno de los dos cirujanos.