En esa franja común el país vecino ya inmunizó a 36.9 millones, mientras del lado azteca van solo 4.2 millones; al comercio de aquella nación le urge que se reactiven los cruces, aunque en ambos lados se resiente el paro por la pandemia.
En los estados fronterizos se viven dos ritmos diferentes de vacunación. Mientras que en el lado estadunidense se lleva un avance de 47.5 por ciento de la población elegible, en el mexicano se tiene un progreso de 25.4 por ciento, según cifras oficiales de las autoridades sanitarias de cada país.
En los últimos días, ambas naciones acordaron extender el cierre de la frontera para los viajes no esenciales hasta el 21 de junio, aunque ambos gobiernos se encuentran en conversaciones para flexibilizar los cruces fronterizos un día después de esa fecha, según se comporten los índices de contagios de covid-19 y el número de vacunas aplicadas en ambos lados.
Las estadísticas de los departamentos estatales de salud estadunidenses señalan que a lo largo de la frontera se han vacunado 36.9 millones de personas mayores de 12 años desde diciembre pasado a la fecha, lo que deja un ritmo de 241 mil 608 dosis aplicadas por día; mientras que en la parte mexicana, apenas suman 4.2 millones de personas inoculadas.
La política sanitaria en Estados Unidos ha sido clara: vacunar a ritmos acelerados para alcanzar la reapertura económica total en pocos meses. Tal es el caso de ciudades turísticas como Las Vegas o Florida, que ya presentan niveles cercanos a 70 por ciento de movilidad y una reactivación en las llegadas de viajeros motivados por la facilidad de conseguir vacunas sin necesidad de ser residentes.
Desde marzo pasado, estados como Texas y California comenzaron la inoculación de la población general, sin importar el rango de edad. Esto ha permitido que jóvenes y adultos accedan a las dosis, lo que deriva en una mayor libertad para retomar sus actividades laborales.
En México, la mayoría de las personas vacunadas pertenecen a grupos específicos de la población, como médicos del sector público, adultos mayores de 60 años y profesores, por ser considerados sectores importantes para evitar la propagación del virus y para reactivar las actividades diarias de las familias.
Sin embargo, para fines del comercio exterior, estos grupos representan una parte casi nula, pues trabajadores de empresas exportadoras y manufactureras tienen un promedio de edad que oscila entre los 30 y 35 años a lo largo de la frontera, de acuerdo con los datos del Inegi.
Cabe destacar que, de acuerdo con el plan nacional de vacunación planteado por el gobierno federal, se planea vacunar a las personas de 39 o menos años a partir de septiembre, lo que representaría un retraso considerable ante la flexibilización de los cruces fronterizos a partir de junio próximo.
Entre los seis estados fronterizos de México, destaca el caso de Nuevo León, en donde la Secretaría de Salud reporta que alrededor de un millón 86 mil personas han recibido al menos una dosis de la vacuna, lo que representa apenas 25.7 por ciento de las personas mayores de 16 años que habitan en la entidad; a este número se le sumaría una cifra importante de mexicanos que cruzan la frontera para inocularse en Estados Unidos.
De hecho, las autoridades sanitarias del condado de Nuevo Laredo, Texas, que colinda con Tamaulipas y que es muy cercano al paso fronterizo de Nuevo León, hicieron una invitación a todos los mexicanos que quieran aplicarse, de manera gratuita, la vacuna contra el coronavirus.
Sin embargo, aunque el comercio en Laredo urge a abrir el paso, desde Washington prevén dar luz verde hasta que esté inmunizada 60 por ciento de la población al sur
En Tamaulipas se registra un avance de vacunación de 26.1 por ciento de los 2.5 millones de personas mayores de 16 años que habitan la entidad; por su parte, en Baja California el progreso es de 22.8 por ciento; en Sonora, 24.7 por ciento; en Chihuahua, 24.6 y en Coahuila de 28.9.
Cierre pega a Tijuana
El cierre de cruces a Estados Unidos llevó a la quiebra a pequeños comercios en Tijuana, pero también a conseguir una tarjeta especial para la compra de mercancías esenciales en dicho país, mismas que se surtían en San Diego, California, recordó Gina Villalobos.
Ciudadanos o residentes de Estados Unidos que viven en Tijuana o pueden viajar sin restricción, comenzaron a traer la mercancía, y pequeños comercios empezaron a contratar agencias aduanales para surtirse, indicó.
Esto generó que a los pocos meses “pagaran contribuciones que no tenían consideradas”, por lo que muchos optaron por no volver a comprar mercancías en Estados Unidos o cerrar sus negocios.
Por ello, autoridades de Estados Unidos están por darles un permiso especial de cruce que servirá solo para la compra de mercancías. Un trámite que ven como la única forma de salvarse de la restricción por la pandemia. _
Con información de Said Betanzos