Las constantes agresiones por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno, así como la falta de mecanismos de protección, colocan en un escenario muy desfavorable a periodistas y a defensores de derechos humanos, para quienes realizar sus labores es cada vez más difícil y peligroso
El escenario para la libertad de expresión y de información, derecho consagrado en el artículo sexto constitucional, no pinta nada alentador ante los obstáculos que tanto empresas como gobiernos de todos los niveles ponen a periodistas y a los activistas para poder expresarse.
“Hay algunos estados que han sido absolutamente negligentes en la respuestas, que se han tardado más de cuatro meses en contestar algunas solicitudes y es un tiempo absolutamente inaceptable, es una violación al derecho de acceso a la información y también obstaculiza la labor de los periodistas y de las personas defensoras de los derechos humanos”, explica Andrea Velasco, especialista del Colectivo de Análisis para la Seguridad con Democracia (CASEDE).
Frente a este escenario, los periodistas y activistas tienen que colectar la información por otras vías, lo que puede llegar a ponerlos en riesgo. En tanto, los actores que limitan el quehacer de la prensa siguen siendo las autoridades y los servidores públicos que ven afectada su reputación.
“Las fuerzas de seguridad y los funcionarios públicos siguen siendo los principales agresores de periodistas. (La organización) Artículo 19 documenta que, y esto lo confirma el CASEDE en una encuesta que realizó en 2019 con una muestra de más de 400 periodistas, más de la mitad de las agresiones vienen por estos conductos”
Andrea Velasco
Especialista del Colectivo de Análisis para la Seguridad con Democracia
Considera que se tiene que poner el foco el la actuación de la Guardia Nacional, entidad que se supone es civil, pero que en los hechos se trata de una corporación militar, ya que buena parte de sus elementos emanan del Ejército y la Marina.
Considera que, contrario a las recomendaciones de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), acerca de que desde lo más alto del poder se tienen que condenar enérgicaPor Julio mente todas las agresiones y homicidios contra periodistas y personas defensoras, en el país se ha visto lo contrario todas las mañanas.
“Lo que vemos es que bajo un argumento de derecho de réplica se termina nombrando o denostando directamente a ciertos periodistas o ciertas personas defensoras, poniéndolos en riesgo, dando el mensaje de que no cuenta con el respaldo de los más altos niveles de gobierno y esto se va replicado en los niveles más bajos, sobre todo en el estatal y municipal, que es donde se veían, desde antes, la mayor parte de las agresiones a estos grupos”, apunta Andrea Velasco.
Un sector vulnerable dentro de los medios de comunicación son las mujeres reporteras, quienes padecen acoso por parte de las fuentes informativas —tanto gubernamentales como de empresas— y de sus propios compañeros.
“Hay estudios que documentan que 90 por ciento de las mujeres que reportan acoso sexual, les han condicionado información a cambio de irse a tomar el cafecito, comportamientos totalmente poco profesionales e inadecuados”, explica Velasco.
Tanto Andrea como el reportero del Estado de México, Andrés Solís, participaron en el Foro Hablemos de Seguridad organizado por Reporte Índigo.
El periodista mexiquense, también colaborador de CASEDE, refiere que hay focos rojos para la atención de la problemática de la falta de libertad de información en todo el país.
“Hacer periodismo en México se ha vuelto un asunto de altísimo riesgo, no de ahora, no de hace dos o tres años, sino desde las últimas dos décadas, en donde las agresiones contra periodistas se han ido incrementando cada vez y cada año tenemos más casos de agresiones y, lo peor del asunto, no solamente es la cantidad de agresiones o el número de asesinatos que se cometen de periodistas, sino la terrible impunidad”, explica.
Uno de los puntos que más afectan la labor periodística es la escasez de información por las vías institucionales. Las autoridades han sido más opacas en dar a conocer la información pública, lo que dificulta la labor de los activistas y los comunicadores.
“Uno de los panoramas más complicados que enfrentamos como periodistas es justamente que no hay libre flujo de la información, hay obstáculos, y vienen desde el poder público como desde los sectores empresariales, por supuesto, también, como bien lo ha señalado el presidente de la República,y en esa parte tiene razón, los grupos del crimen organizado juegan un papel importante”, explica Andrés Solís.
Considera que el mito de “la burbuja de protección” que era la Ciudad de México está derrumbándose, puesto que los periodistas que llegan a la capital desde otros puntos para protegerse, se quedan sin un sitio para publicar, con lo cual “los malos ganan”.
“El tema de la burbuja en la CDMX es más un mito que otra cosa, si se ven las estadísticas, la capital ocupa siempre segundo o tercer lugar en agresiones en la calle, en las manifestaciones, en las protestas”, explica el reportero.