El gerente general del Banco de Pagos Internacionales señaló que será clave el comportamiento de la economía estadounidense.
Agustín Carstens indicó que el banco central de Estados Unidos está haciendo lo prudente para evitar que el ajuste en las tasas vaya a ser abrupto. (Bloomberg)
Los mercados financieros son muy impacientes y tienden a anticipar las acciones que van a emprender los bancos centrales, que están actuando con prudencia. Ello va a conducir de manera casi inevitable a que vivamos episodios de volatilidad financiera en los próximos meses.
Lo anterior fue señalado por el gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), en una conversación virtual con un grupo de periodistas mexicanos, desde la sede del BIS, en Basilea, Suiza, con motivo de la presentación del Informe Anual de la institución.
“Yo pienso que lo que más ha generado problema es que son muy impacientes los mercados. Saben que las tasas de interés van a tener que subir y entonces los mercados tienden a anticipar... Eso ya se está reflejando en algunos mercados. Entonces el estira y afloja entre el banco central y el mercado es lo que está generando mucha intranquilidad”, señaló.
Carstens señaló que será clave el comportamiento de la economía estadounidense pues si salen cifras muy favorables, como por ejemplo, aumentos importantes del empleo, los mercados pensarán que se puede anticipar la decisión de la Reserva Federal.
En su opinión, el banco central de Estados Unidos está haciendo lo prudente para evitar que el ajuste en las tasas vaya a ser abrupto, al ser muy transparente en sus intenciones y ‘telegrafiar’ cuáles serán sus acciones y bajo qué circunstancias en un momento dado podría considerar un alza de las tasas de interés.
Señaló sin embargo que, a su juicio, no es momento para que los bancos centrales tomen medidas extraordinarias, pues la inflación que se registra en muchos lugares no tiene componentes monetarios y más bien se trata de factores de oferta que van a desaparecer al paso del tiempo.
Citó el ejemplo del mercado de autos usados en Estados Unidos, en donde se ha presentado un incremento de 40 por ciento en los precios y señaló que esta alza tiene un efecto calendario que seguramente va a desaparecer antes de que termine este año.
Retos
Indicó que el apretar demasiado la política monetaria en este momento podría no tener efectos en el control de la inflación y sí interrumpir los procesos de recuperación de la economía.
Respecto a la pandemia de Covid-19, refirió que el BIS ha señalado que además del esfuerzo de la vacunación, se debe avanzar en la búsqueda de un tratamiento efectivo con objeto de conseguir aprender a vivir con el virus, dada la posibilidad de que tenga una permanencia de largo plazo en el mundo, con un carácter endémico.
“Quizás de manera más puntual que otras instituciones y otros formadores de opinión, nosotros sí quisiéramos que se hiciera un esfuerzo muy importante para mejorar también todo lo relacionado con el tratamiento… y que la ciencia médica nos ayude a poder vivir mejor con el virus”, explicó.
A juicio de Carstens, lo que ocurrió es algo inédito en la historia, pues en 2020 se presentó un cierre prácticamente generalizado en las economías, pero los procesos de apertura han tenido ritmos muy diferenciados, con diversos grados de coordinación, lo que ha ocasionado muchas distorsiones tanto de oferta como de demanda, lo que se está reflejando en la inflación, que tiene velocidades muy diferentes y está cambiando la relación entre diversos precios de bienes y servicios.
Carstens subrayó que tal y como lo señala el Informe Anual del BIS, el crecimiento económico no se va a obtener en el largo plazo con las políticas de rescate.
“No todo es monetario, no todo es fiscal. Se deben buscar fórmulas de crecimiento con el estímulo a la inversión, a la educación, a la mayor competencia entre las economías y que eventualmente eso se materialice en una tasa de crecimiento sostenible que sea más alta”, dijo.
Sugirió que los bancos centrales busquen mejores formas de comunicar evitando un lenguaje demasiado técnico que a veces no es comprendido por la población.
“En un ambiente en el que hay mucha incertidumbre, lo que la sociedad más quiere es una guía, que alguien le pueda decir qué es lo que está pasando y dónde vamos”, refirió, señalando que un reto para los bancos centrales en el mundo es dar esa guía y trasmitir credibilidad.
Respecto a las monedas virtuales, reiteró lo dicho en otras ocasiones, en el sentido de que su introducción debe debatirse ampliamente y expresó que no hay ninguna urgencia para que su introducción en la economía como divisas de curso legal sea considerada en el presente.
Carstens explicó que la política del BIS es no referirse a temas puntuales de los bancos centrales en lo individual, por lo que no abordó los temas relativos a la situación específica de México.