A sólo unos días de que Jeff Bezos y Richard Branson emprendan su primer viaje espacial con el fin de impulsar el turismo fuera de la Tierra, especialistas concuerdan con que estos lanzamientos, a pesar de representar un reto en materia de seguridad, darán pie a una serie de innovaciones con múltiples beneficios para la sociedad
Hace 70 años, llegar al espacio era una meta casi inalcanzable, un reto que lo único que provocó fueron enfrentamientos entre Estados Unidos y la URSS, los líderes mundiales en ese entonces, para ver quién convertía ese propósito en realidad.
Y aunque hoy en día esos enfrentamientos ya no son tan evidentes como antes, la lucha continúa, pero no es ni el gobierno de Estados Unidos, ni el de Rusia, sino un par de multimillonarios: Jeff Bezos y Richard Branson, fundadores de las empresas de transporte aeroespacial Blue Origin y Virgin Galactic, respectivamente.
El pasado 1 de julio, fue Bezos quien lideró la competencia tras darse a conocer que el próximo 20 de julio realizaría un viaje al espacio como primer acto para desarrollar de la mano de su empresa más visitas comerciales en un futuro.
Sin embargo, ese avance se lo arrebató Branson luego de anunciar que este domingo, nueve días antes que el estadounidense, haría su respectivo viaje fuera de la Tierra con los mismos propósitos.
“Después de un vuelo exitoso a fines de mayo y la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA) para una licencia de lanzamiento comercial completa, el camino hacia el lanzamiento comercial está despejado”, destacó el emprendedor británico.
De ese modo, con esas cartas sobre la mesa para impulsar el turismo espacial, es que estas dos personalidades, a las que también se prevé que se sume Elon Musk, de SpaceX, abran las puertas a una nueva era.
Al respecto, Julia Lénica Martínez Bretón, doctora en Física Espacial por la UNAM y actual académica de la Universidad La Salle, comparte que espera que estas personalidades no sólo se enfoquen en las ganancias económicas que podrán obtener, sino en lo que aportarían para el desarrollo social y de investigación.
Tan sólo con los satélites lanzados desde finales de los años 50 hasta ahora, los avances tecnológicos han ido creciendo exponencialmente, siendo los teléfonos celulares o el funcionamiento del GPS claros ejemplos de ello.
“Creo que ahora lo más importante no es ver cuántas personas van a llegar a hacer turismo espacial, sino los conocimientos que se puedan derivar de ahí para beneficiar a todos (…) Y aunque hoy se podría ver esto como un lujo, en realidad los viajes son una posibilidad de inversión, de conocimiento, y de nuevas cosas por conocer”, opina la doctora Martínez Bretón.
Dos millonarios, un solo objetivo: viajar al espacio. ¿Será que Richard Branson le gane la carrera espacial al magnate Jeff Bezos?https://t.co/Iu0HJQhGUT
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) July 2, 2021
La puerta a una nueva era
Con el anuncio de próximos viajes espaciales a través de las empresas de Richard Branson y Jeff Bezos, la población a nivel mundial ha reaccionado como hace 70 años, con perplejidad hacia el futuro.
Sin embargo, es Gustavo Medina Tanco, responsable del Laboratorio de Instrumentación Espacial LINX, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, quien señala que estos lanzamientos sólo traerán consigo un gran panorama por delante.
“A lo largo de nuestras vidas hemos visto el espacio como algo muy lejano a la realidad y a donde sólo pueden llegar las grandes potencias mundiales, pero yo creo que si le damos una o dos décadas más, lo que estamos acostumbrados a ver en Netflix de ciencia ficción, que es gente que pasea en una nave para ir a trabajar a un asteroide o a la Luna, va a empezar a ser parte de la actividad humana”, asegura.
Aunque hoy en día es evidente que sólo quienes pagan millones de dólares pueden ser parte de esa transformación con los viajes al espacio, Medina Tanco agrega que eso también dejará de ser exclusivo, justo como sucedió con la aviación.
Además, recalca que tras expandir el turismo espacial y con ello la investigación y el desarrollo tecnológico, los siguientes pasos para la humanidad serán integrar la minería, la extracción de platino de tierras de asteroides, y no sólo viajar en una nave para ver la Tierra desde lejos, sino explorar fuera de ella.
“Esto tal vez sea muy parecido a cuando se descubrió América desde el punto de vista de los europeos, porque aunque ellos tenían todo un mundo muy bien definido, de repente ese mundo se expandió con nuevas oportunidades económicas, sociales y hasta geopolíticas”, dice Medina Tanco.
Por más que se quiera adelantar un futuro espacial tras el comienzo de los viajes turísticos, estos primero deben saberse controlar para no perjudicar a nadie, principalmente a los que decidan comprar sus respectivos boletos.
“Al final de cuentas creo que estos viajes son muy importantes para la civilización humana, porque mientras más siga presa en este planeta, más frágil podría llegar a ser. Cualquier dinosaurio te puede contar lo que pasa si te quedas en el mismo lugar por mucho tiempo”, agrega el también investigador.
El primer turista del espacio
Antes de que Jeff Bezos y Richard Branson decidieran emprender un viaje al espacio para de ahí impulsar el turismo comercial, en la historia ya existía el registro de un primer turista: Dennis Tito.
El 30 de abril de 2001, el multimillonario de origen estadounidense se convirtió en el primer civil en llegar a la Estación Espacial Internacional (EEI) a través de un cohete ruso Soyuz.
Desde ese entonces, han sido relativamente pocas las personas que se han atrevido a vivir esta experiencia, como Mark Shuttleworth, un hombre de origen africano que en 2002 pagó 20 millones de dólares para emprender esta aventura.