Tras celebrarse la primera consulta popular, tanto el Instituto Nacional Electoral como el partido Morena apuntan a nuevas reformas en la materia para propiciar la participación ciudadana en este tipo de ejercicios, coincidiendo en que el nuevo mecanismo llegó para quedarse y enriquecer la vida democrática del país
El primer ejercicio de consulta popular a nivel nacional deja como precedente la necesidad de afinar este mecanismo para futuras aplicaciones.
Tanto las autoridades electorales como las fuerzas políticas que respaldaron la votación del 1 de agosto, se posicionaron en favor de reformar el marco legal y de tomar esta experiencia como una preparación para seguir fomentando la participación de la ciudadanía por la vía electoral.
La consulta popular que el Presidente Andrés Manuel López Obrador propuso desde su periodo de transición en 2018, apenas superó los seis millones y medio de votos, poco más del siete por ciento de los 93.6 millones de personas que integran el padrón electoral vigente.
Una participación que dista mucho de los últimos dos procesos electorales federales, en los que se superó el 50 por ciento, y más similar a la registrada en las consultas que el entonces presidente electo impulsó antes de asumir el cargo.
Con los resultados, López Obrador planteó que el ejercicio fue positivo y lo comparó con la consulta extraoficial organizada en octubre de 2018 para determinar la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en la cual votaron menos de un millón 100 mil personas.
Un mes después, cuando puso a consideración 10 proyectos prioritarios de su futuro gobierno, la participación fue apenas de 250 mil.
Catalogando la consulta como un éxito desde la apertura de casillas, Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, celebró que México comience a experimentar con mecanismos de democracia participativa. Si bien también consideró que se debe aprender de las cuestiones surgidas durante este proceso y puso como ejemplo los ejercicios trascendentales que se han realizado en otras partes del mundo.
“Este es un proceso paulatino, es la primera vez que las autoridades del país estamos involucradas en este mecanismo. Hay otros lugares donde las preguntas son mucho más claras. Hace un año se preguntó a la sociedad chilena si quería o no una nueva Constitución. Dicho en otras palabras, ‘¿quieren que Chile siga con la Constitución de Pinochet o hacemos una nueva?’, está clara la pregunta”, dijo Córdova en conferencia tras la sesión del Consejo General del INE.
Si bien defendió la organización del INE, poniendo como ejemplo la garantía de que nadie podría votar dos veces, también dijo esperar que el ejercicio lleve a autoridades y ciudadanía a evaluar lo que se puede mejorar. Señalando, desde su postura, los lineamientos legales del Artículo 35 constitucional y la ley reglamentaria de consulta popular, donde se establece que estos ejercicios no coincidan con elecciones y marca que no se pueden instalar casillas especiales.
Córdova recalcó que futuras consultas deben tener preguntas claras en materias específicas de interés nacional. Contrastando la polémica sobre las interpretaciones hechas a la pregunta ordenada por la Suprema Corte con los cuestionamientos concretos hechos en referéndums y plebiscitos como el Brexit de Reino Unido, el acuerdo de paz en Colombia o los que ha realizado Chile desde el fin de la dictadura hasta la decisión de redactar una nueva Constitución.
Al conocerse los resultados, con la baja participación ciudadana dando un triunfo prácticamente unánime al “SÍ”, Sergio Gutiérrez Luna, representante de Morena ante el INE y próximo presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, adelantó que su partido impulsará una nueva reforma en materia de consulta popular para disminuir a 30 por ciento la participación mínima como requisito para que los resultados sean vinculantes.
En entrevista con Reporte Índigo, Gutiérrez Luna, adelanta que hay algunos aspectos clave a reformar para seguir implementando mecanismos de esta naturaleza a futuro. Asegura que el ejercicio del 1 de agosto marcó el inicio de una nueva época de democracia participativa en el país impulsada por el partido oficial.
“Vislumbro yo algunos temas que sí debemos ajustar. El que estas consultas sean concurrentes con la elección federal, por ejemplo, me parece algo muy relevante. Esta consulta se hizo en esta fecha porque la oposición no quiso que estuviera empatada con la elección federal. Nosotros accedimos a la reforma, privilegiando que no fuera en la misma fecha a cambio de que fuera un primer ejercicio, una muestra para quitarle el miedo a esto.”
Sergio Gutiérrez Luna
Próximo presidente de la Cámara de Diputados
El diputado federal electo subraya que, para haber sido el primer ejercicio oficial de su tipo, es muy relevante la participación de los más de 6 millones 662 mil ciudadanos que acudieron a las urnas y, de los cuales, casi el 98 por ciento se manifestó en favor del esclarecimiento de las decisiones políticas del pasado. Razón por la que, adelanta, Morena impulsará comisiones de la verdad y tribunales populares para acatar su decisión.
Mientras que en procesos electorales como la elección del pasado 6 de junio, en la que votaron más de 48.8 millones de ciudadanos, todas las fuerzas políticas hacen campaña por sus propuestas, para la consulta popular solo Morena actuó de esta forma. El bloque opositor, lejos de promover el voto por el “No”, buscó desincentivar la participación ciudadana, lo que a consideración del partido oficial, contribuyó al “sabotaje” del ejercicio.
“La democracia es algo muy importante para darle legitimidad a una sociedad. Tenemos que mejorarla, sin duda. Empezando por el árbitro electoral. A nuestro juicio, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama tuvieron una participación sesgada, hicieron contracampaña. La pregunta de la Corte habla de ‘actores políticos del pasado’, ahí quedan inmersos los expresidentes. Sin embargo, Lorenzo y Ciro salieron a todos los medios y redes sociales a ‘aclarar’, según ellos”, dijo Gutiérrez Luna.