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Carmona se retracta: no fue atentado, fue una agresión

“No fue un atentado, sino una agresión”, los hechos registrados el pasado jueves en torno al convoy que trasladaba al Fiscal General del Estado, Uriel Carmona Gándara de sus oficinas en Temixco, a la capital morelense y que, según las primeras versiones, fue objeto de agresiones armadas en la Autopista Cuernavaca-Acapulco, a la altura de la colonia El Polvorín, en medio de un intenso tráfico vehicular.

De viva voz y ante medios nacionales, el Fiscal morelense trato de justificar los hechos en los que estuvieron involucrados los integrantes de su grupo de seguridad personal, sus armas de fuego y dos masculinos que a su decir, agredieron a su Jefe de Escoltas, dejándolo lesionado “no de gravedad”.

En entrevista con Joaquín López Doriga, el fiscal morelense detalló: “Fuimos objeto de una agresión, no llego a un atentado, pero si fue una agresión. El convoy en el que viajaba yo, compuesta de dos camionetas, fue perseguido y alcanzado por un vehículo tripulado por dos individuos masculinos, que nos cerraron el paso, agresivamente, haciendo ademanes propiamente de portar armas, según me reporto mi equipo de seguridad.

Se les marco el alto y, los escoltas fueron agredidos, el propio vehículo fue utilizado como un arma, atropellaron a mi jefe de escoltas, afortunadamente está lesionado, pero fuera de peligro”,
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“--Estos a los que detuvieron, ¿iban armados o no?,

--No iban armados…

--Entonces, ¿cómo iban a intentar un atentado el contra del fiscal con todo y escoltas, si no llevaban armas?

--“No es un atentado, es una agresión, fue un cierre a la circulación que llevábamos y, después el atentado a la vida de los escoltas, al echarles el vehículo encima y por eso, fueron presentados ante el Ministerio Público”.

Carmona Gándara narró que saliendo de sus oficinas en Temixco, se le reportó que una camioneta de tipo Mazda (a la que se le atribuye a un grupo delincuencial para realizar sus ejecuciones) de color blanco les venía siguiendo en la autopista México-Cuernavaca a la altura del Polvorín; mismo que les cierra el paso.

El coche les rebasó y se atravesó al vehículo en punta (el del fiscal), lo que fue evadido por el chofer, ante lo que el vehículo de los escoltas, asumió una acción defensiva: Les cerraron el paso. Los escoltas bajaron del vehículo de la fiscalía para saber quiénes eran y esas personas utilizaron el carro como un arma y atropellaron al jefe de escoltas. Los escoltas tuvieron que realizar disparos dirigidos al motor del vehículo para inhabilitarlo.

“Estas personas los agredieron físicamente, trataron de quitarles sus armas, los amenazaron, en los exámenes de toxicología dieron positivos a metanfetaminas, cocaína y alcohol. Venían intoxicados. Se les aseguro por haber agredido a los escoltas”, justificó.

Ante los videos, donde se señala “un posible abuso policial”, el Fiscal aseguro que “el abuso de la fuerza ahí manifestado, no quedara impune”.

Como justificante al uso de la fuerza, el mismo jueves, la FGE argumentó en un comunicado de prensa, que esta reacción “obedece a las graves y constantes amenazas que (el fiscal) ha recibido por motivo de sus funciones. Lo anterior, aunado a que no es la primera vez que un mando de esta Institución ha sido objeto de agresiones, tal y como aconteció en el año 2013, cuando el entonces Fiscal General sufrió un atentado; por lo que en esta ocasión, los agentes de investigación criminal tuvieron que actuar en consecuencia”.

“Derivado del suceso resultaron con lesiones no de gravedad dos detenidos, así como el jefe de escoltas del Fiscal General, los cuales ya han sido trasladados a un hospital y están siendo atendidos por los servicios médicos”.

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