Productores de caña de azúcar de la región Sur de Morelos denunciaron públicamente a los líderes de la Uniones Cañeras de la CNC y la CNPR por haber venido ejerciendo en complicidad con el ingenio una serie de cobros abusivos que suman una estafa de cientos de millones de pesos en los últimos cinco años.
Y que hoy pretenden transferir, además un cobro ilegal de diez millones de pesos a la masa campesina. Dineros que no aparecen en la contabilidad de la Uniones (o que dispusieron de ese dinero los líderes para otras funciones distintas).
Los quejosos denunciaron que los dirigentes (arropados por la administración del Ingenio) pretenden así lavar su contabilidad transfiriendo al renglón de pasivos de cada cuenta individual en perjuicio de seis mil productores de caña, para que esas pérdidas recaigan en las cuentas particulares de cada cañero, mediante una operación que se denomina masificación de la deuda, lo que causó honda molestia y protestas en los sembradores de la vara dulce.
Además reclaman otra gran estafa millonaria que han padecido durante muchos años. En que les han aplicado un cobro fraudulento de cuotas del IMSS, queja que llevaran en una marcha hasta las oficinas centrales del Seguro Social en las calles Paseo de la Reforma y Tokio en la Ciudad de México.
Los productores comparan los descuentos que pagan los cañeros en otros ingenios de la República, (como el de Atencingo, ubicado en el municipio de Chietla, en el estado de Puebla) en el que solo se pagan tres conceptos: alza, corte y acarreo. Mientras que aquí en cada hoja de liquidación hay una lista de descuentos abusivos que suman 130 pesos por tonelada de caña, en perjuicio de seis mil productores, y que a razón mínima de unas 200 toneladas por agricultor, calculo promedio de la producción total de caña que se procesa en el ingenio, suman UN MILLON DOSCIENTAS MIL TONELADAS en total. Multiplicadas por 130 pesos que recibe de descuentos cada productor, se les esquilman 156 millones de pesos. Así cada cañero, en cada zafra que les son prácticamente sacados a la fuerza a los cañeros del sur de Morelos.
Esta información y relato brotaron en una entrevista múltiple en Tlaquiltenango con productores cañeros como la ex diputada federal Emma Victoria Campos Figueroa, Esteban Calderón Beto, Nacho Domínguez Manzanares, Bernardo Vázquez Yáñez, Saturnino Campos Figueroa, Florentino Moreno Magaña, Rogelio Bautista Guzmán, Jaime Gómez Manzanares, Isidro Rivera Aguas y Felipe Capistran Manzanares, todos ellos de Tlaquiltenango, y el Comisariado Ejidal de Tlaltizapan Tirso Benítez Sánchez, Florentino Moreno Magaña, Rogelio Bautista Guzmán, Jaime Gómez Manzanares, Isidro Rivera Aguas, Felipe Capistran Manzanares, todos ellos de Tlaquiltenango.
Los hombres del campo que cultivan la planta del dulce, están obligados por la Ley Federal Cañera a afiliarse a alguna Unión de productores, para tener derecho a vender su cosecha al ingenio; nadie puede entregar su carga de caña directamente al ingenio, sin el aval de una Unión de productores, tiene que ser a través de las uniones, que solo son dos, CNC y CNPR.
Y aunque la misma ley indica que si se juntan el diez por ciento de los cañeros de la región (Alrededor de 600 en esa zona, podrían formar otra unión de productores, y que se libere a los trabajadores del surco del yugo de las desprestigiadas uniones ya existentes, sin embargo, comentan a pesar que hay, y ha habido intentos de formar nuevas agrupaciones, no existe nada concreto, porque al final todos los líderes se corrompen y amafian con el Ingenio y con los funcionarios del IMSS para robar al campesino).
Así que a querer o no, los campesinos tienen que seguir afiliados y pagar la lista de cobros abusivos además de alza, corte y acarreo (si no es que ilícitos y manipulados) si quieren seguir viviendo de su trabajo honrado, ducto, sacrificado desde la siembra hasta la cosecha se siguen haciendo estos pagos en contubernio de las Uniones con el Ingenio de Zacatepec, lo que muestra al Ingenio Emiliano Zapata como la factoría de azúcar más cara del país. Y que convierten a la CNC y la CNPR como tiendas de raya de los años anteriores a la Revolución Mexicana, en tierras de Emiliano Zapata Salazar.
La agitación en los campos de la vara dulce se suscitó por el retraso en el pago de las liquidaciones de la zafra 2016-2017, a pesar de que el gerente del ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec, informa a los campesinos que ya hay dinero en caja para pagarles.
Ramiro Ochoa, gerente del Ingenio, señaló directamente a los líderes Aristeo Rodríguez Barrera y Pedro Ocampo de CNC y CNPR, como los responsables que están deteniendo el pago, porque no se ponen de acuerdo en la afiliación de 373 cañeros, que no saben con precisión a cuál de las dos organizaciones pertenecen, y que esto ha frenado la liberación de pagos. El pago de estos 373 sumaría unos diez o doce millones de pesos.
Los denunciantes consideran esa explicación de la confusión de afiliaciones, como un pretexto injusto y superficial, para retener los pagos porque las uniones están en quiebra debido al mal uso de las cuotas de sus agremiados.
Por eso ya hubo movilizaciones en semanas anteriores, como el bloqueo de vías de comunicación, y gritos de protesta ante las oficinas del ingenio, con lo que consiguieron la promesa de que les sería pagado los primeros días de agosto el último adeudo de las liquidaciones. Pago que será entregado diferido en ministraciones para cubrir el adeudo a todos los productores, en un lapso de cuatro o cinco semanas, lo que quiere decir que se vendría cubriendo en forma total los primeros días de septiembre, si todo sale como les prometieron.
Sin embargo dijeron que hay muchas otras irregularidades a las que quieren poner fin. Como el caso de las cuotas del IMSS. Y que como aquí nadie les hace caso, ni el Ingenio, ni los presidentes municipales, ni diputados federales, o senadores de la república, menos el gobierno del estado, ni el delegado del IMSS, ni las centrales ni el PRI, se quejarán directamente con el mero mero director del IMSS, Mikel Arriola Peñalosa, allá en México y que harán un plantón en las afueras del IMSS en Paseo de la Reforma.