El principal reto para el proceso electoral de 2018 es que se logre que los ciudadanos logren un voto informado a partir de que los partidos políticos propicien un debate político de ideas y propuestas, que haya más ideas y debate y menos spots, asegura el presidente del Tribunal Electoral, Constancio Carrasco Daza.
"¿Cree que se requiere de más ideas, más planteamientos y menos spots", se le pregunta en entrevista con EL UNIVERSAL.
"Sin duda alguna; es una síntesis que comparto. Eso es lo que necesitamos: más debate político en México", dice.
Carrasco Daza es uno de los siete miembros que integran la Sala Superior del TEPJF que a inicios del mes de noviembre dejará el tribunal para dar paso a nuevos magistrados. Al respecto, advierte que el proceso de selección de los nuevos jueces debe de cumplir con tres criterios que garanticen su independencia y que los protejan de las presiones externas.
"Hay principios básicos que tienen que atenderse: primero, un adecuado proceso de designación; segundo, garantías de inamovilidad en el cargo de quienes van a componer estos órganos y, tercero, garantías contra presiones externas.
"Hay que decirlo, los tribunales de este calado, por las competencias, las atribuciones que tienen, pueden llegar a vivir presiones de esta naturaleza".
En una dura aunque, aclara, respetuosa critica, el magistrado dice que en 10 arios el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha resuelto 150 mil asuntos, cifra que revela que los partidos políticos tienen una deuda en materia de cultura de la legalidad. Considera que en una democracia como la mexicana es indeseable que tantos asuntos electorales lleguen al Tribunal Electoral.
En una democracia como la mexicana es indeseable que tantos asuntos electorales lleguen al Tribunal Federal Electoral, reflexiona el presidente de este órgano de justicia, el magistrado Constancio Carrasco Daza.
En una dura aunque, aclara, respetuosa crítica, el magistrado dice que en 10 años el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha resuelto 150 mil asuntos, cifra que revela que los partidos políticos tienen una deuda en materia de cultura de la legalidad.
“¿Qué nos están diciendo Nos están diciendo, respetuosamente, que en los procesos internos partidarios, fundamentalmente para elegir a sus candidatos a los cargos de representación popular, en el grueso, el principio de la cultura de la legalidad, en el seno de los partidos políticos, todavía es un proceso inacabado. Esto es, sin duda alguna, todo un tema; no es deseable en una democracia que se construye, como la mexicana, que tantos asuntos lleguen a la justicia electoral”, señala.
Carrasco Daza es uno de los siete miembros que integran la Sala Superior del TEPJF que al inicio del mes de noviembre dejarán el tribunal para dar paso a nuevos magistrados. Advierte que el proceso de selección de los nuevos jueces debe de cumplir con tres criterios que garanticen su independencia y que los protejan de las presiones externas.
Explica: “Hay principios básicos que tienen que atenderse, y estos principios básicos señalan, primero, un adecuado proceso de designación; segundo, garantías de inamovilidad en el cargo de quienes van a componer estos órganos, y tercero, garantías contra presiones externas.
“Hay que decirlo, los tribunales de este calado, por las competencias, las atribuciones que tienen, pueden llegar a vivir presiones de esta naturaleza”, asegura.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente del tribunal opina que el principal reto para el próximo proceso electoral de 2018 es que se logre que los ciudadanos tengan un voto informado, a partir de que los partidos políticos propicien un debate de propuestas, que haya más ideas y menos spots.
¿Cree que se requiere de más ideas, más planteamientos y menos spots
Sin duda alguna, es una síntesis que comparto, eso es lo que necesitamos: más debate político en México. Si las campañas políticas en el país no caminan en la ruta de dar un debate informado, es decir, qué postula un instituto político, qué postula un candidato, cuál es su programa de acción, cuál será su programa de gobierno, cuáles serán sus políticas públicas, sus posicionamientos con los grandes temas ideológicos de la sociedad; si esto no se da en las campañas políticas, ¿cómo les podemos exigir una vez electos que cumplan con las políticas públicas que nosotros juzgamos indispensables o con los derechos programáticos que consideramos un mínimo necesario en una sociedad democrática
El magistrado también habla de las causas que, en su opinión, han generado un descenso en la participación de los ciudadanos en los procesos electorales.
“Las estadísticas nos han mostrado que en los distintos procesos electorales, fundamentalmente federales, ha ido en descenso la participación ciudadana. Esto es algo que tenemos que replantearnos y, en esa lógica, creo que lo que estaba sucediendo en nuestro sistema político es que los partidos no se estaban convirtiendo o estaban dejando de convertirse en los conductos ideales, no sólo en los conductos formales y materiales del desempeño público en México. Creo que ahí se da este fenómeno, así emergen las candidaturas independientes”, señala.
El reto de 2018
¿Cuál cree usted que sea el principal reto para el proceso electoral de 2018, no sólo para el tribunal, sino en general para el país
Creo que hay un reto mayúsculo que tenemos sociedad, ciudadanía, partidos políticos, candidatos independientes, autoridades electorales, el Instituto Nacional Electoral, sin duda alguna los tribunales electorales, salas regionales, Sala Especializada y Sala Superior de frente al proceso de 2018.
Hay un reto, para mí mayúsculo, sí, y creo que lo que más identifico como una exigencia esencial para la política en México de cara a ese proceso es construir ciudadanía informada No podemos negar, y lo digo en su justa dimensión, que cada día los procesos electorales en México se organizan mejor. No podemos negar que cada día la instrumentación de los procesos electorales en México se orienta de manera más eficiente por la autoridad administrativa electoral, que en este binomio ciudadaníaautoridades electorales los votos se cuentan de manera más eficiente, eficaz. Es decir, se ha construido un andamiaje que permite procesos electorales, competencias más equitativas, donde el principio de neutralidad a las autoridades electorales se exige y se garantiza, se vigila cada día mejor su cumplimiento.
Pero hay un tema que creo que es esencial: el votar es un acto mecánico, es decir, es ir a una urna y depositar un voto, es un acto puramente de un ejercicio. Lo fundamental es que los ciudadanos, las ciudadanas de este país lleguen a las urnas en 2018 con una información suficiente, una información eficiente de por qué están votando, para qué están votando, cuál es el poder real que tiene el derecho político de emitir el sufragio, cuáles son las consecuencias de votar informado y cuáles son las consecuencias de votar sin información, de frente a los cargos de elección popular, esencialmente del titular, en este caso, del Poder Ejecutivo.
El reto que creo que tenemos como autoridades electorales, pero en general como Estado, es maximizar el derecho a la información del ciudadano, para que el voto que se emita por ciudadanos y ciudadanas sea un voto informado.
El poder del voto informado en las sociedades democráticas es mayúsculo, se traduce en más eficiencia en el desempeño público, sin duda; el ciudadano elige y lo hace bien, pero es una obligación que tenemos partidos políticos, ahora candidatos independientes y las instituciones electorales, es decir, interesar a partidos y a candidatos, a la ciudadanía, en el debate público, es decir, tenemos que interesar al ciudadano en ir a votar y en qué se va a materializar su voto.
Si las campañas políticas en México no caminan en la ruta de dar un debate informado, es decir, qué postula un instituto político, qué postula un candidato, cuál es su programa de acción, cuál será su programa de gobierno, cuáles serán sus políticas públicas, sus posicionamientos con los grandes temas ideológicos de la sociedad, si esto no se da en las campañas políticas, ¿cómo les podemos exigir una vez electos, que cumplan con las políticas públicas que nosotros juzgamos indispensables o con los derechos programáticos que consideramos un mínimo necesario en una sociedad democrática
Entonces, este es el deber, creo: el voto informado, y tenemos todavía un tiempo importante para generarlo. Tenemos un modelo de comunicación política, a través de los medios, muy robusto para partidos políticos, para candidatos. Creo que tenemos que revisar el modelo, necesitamos más construcción de ciudadanía a través de información más eficaz sobre qué son los partidos, cuáles son sus posturas ideológicas, programas de acción, un debate importante entre partidos políticos donde se privilegien sin duda alguna estos temas. Un debate más genuino, más natural, que traiga como consecuencia el interés de la ciudadanía en la participación política. Ese es el reto, creo, mayor que tenemos.
¿Cree en más ideas o más planteamientos y menos spots
Sin duda alguna, es una síntesis que comparto, Carlos, eso es lo que necesitamos: más debate político en México. Necesitamos eso cuando el debate político emerge como una posibilidad de confrontación de ideas, de ideologías, de posturas sobre el desempeño público, sobre la cosa pública, sobre cómo atender los derechos programáticos, el gran reclamo de una sociedad como la nuestra. Si logramos acercar a la política a la sociedad, si hay ideas inteligentes en los debates, que sin duda las hay en México pero se pierden muchas veces dentro de estas campañas de promocionales tan voluminosas; entonces, si se rescatan esas ideas en los debates políticos sobre posicionamientos de frente, cómo se resuelven estos derechos programáticos indispensables para los mexicanos, educación, salud, bienestar, seguridad pública.
Si tenemos una confrontación importante de cómo se atienden estas políticas públicas, informadas, si los partidos políticos y los candidatos, aspirantes independientes, nos dan esta posibilidad; si las autoridades electorales vamos a esta vocación de privilegiar, de potenciar estas posibilidades y tenemos más debate político sólido, creo que vamos a tener a la ciudadanía informada y entonces el derecho político, el derecho humano de emitir el sufragio, tendrá el valor que corresponde en una democracia. La crisis de los institutos políticos El magistrado Constancio Carrasco Daza señala: "Son largos 10 años que estamos a punto de cumplir. En esa lógica, permíteme decir que el Tribunal Electoral en su conjunto, en ese entonces con cinco salas regionales y una Sala Superior, hoy hay seis salas regionales, se han resuelto aproximadamente 150 mil asuntos. Lógicamente, la Sala Superior, por su carácter de órgano límite de la justicia constitucional en la materia, ha tenido casos muy relevantes en el ámbito nacional, muy relevante en el ámbito de los derechos políticos.
"La Sala Superior inició una gestión en el lejano año 2006, hay que decirlo, con posibilidades de tutela judicial muy limitadas de frente a las posibilidades que hoy tiene. En 2006, cuando iniciamos nuestra función, no teníamos facultades de hacer control constitucional concreto de todas las leyes que forman el andamiaje electoral en nuestro país, en ese entonces, tanto locales como federales. La reforma de 20072008 al sistema electoral, al artículo 99 de la Constitución, permitió a la Sala Superior el control de otro conocimiento. Desde la Constitución, de que las leyes de la materia electoral pudieran pasar a través de la tutela concreta que hacemos, el tamiz de su regularidad constitucional o la falta de éste. Fue un pase importantísimo en las competencias, en las atribuciones de la Sala Superior.
"Cuando nosotros iniciamos nuestra función en el Tribunal Electoral teníamos un sistema de medios de impugnación que estaba acotado y sigue acotado, por desgracia, porque tenemos una Ley General del Sistema de Medios de Impugnación, es decir, el instrumento procesal por excelencia a través del cual hacemos nuestro trabajo, que data de 1996. Seguimos con la misma norma procesal de 1996 decidiendo la jurisdicción electoral.
"Pero esto fue para la Sala Superior y para las salas regionales del Tribunal un reto, porque nosotros, ante las exigencias de tutela judicial por violaciones que se nos plantean por distintos ciudadanos, por militantes, por simpatizantes, por quienes participan en los procesos internos de partidos, como los procesos externos de los institutos políticos, hemos ensanchado las posibilidades de competencia de asuntos que se resuelven ante el Tribunal Electoral".
¿Cuál es su opinión respecto a la crisis de credibilidad que hoy en día, al parecer, tienen los partidos políticos La gente hoy se siente no representada, desilusionada, mucho, con el sistema de partidos políticos.
Hablaba, en un inicio, que a lo largo de estos 10 arios se han tramitado en su conjunto en el tribunal aproximadamente 150 mil asuntos. De estos, un número importante tiene que ver con partidos políticos.
Sin duda alguna, el juicio que más se promueve, y que más se resuelve, es el juicio para la protección de derechos políticoelectorales. Es decir, ocupa más de dos terceras partes de nuestro esfuerzo como Tribunal Electoral.
Al ver estos números, lo primero que se identifica es que si bien es cierto hoy encuentran un canal a través de la jurisdicción, por fortuna, los militantes, los simpatizantes, los ciudadanos, los dirigentes para plantear estas inconformidades, también debemos reconocer paralelamente que estos números nos están señalando otras lecturas que no debemos dejar de lado.
¿Qué nos están diciendo Nos están diciendo respetuosamente que en los procesos internos partidarios, fundamentalmente para elegir a sus candidatos, a quienes van a cargos de representación popular, que el principio de la cultura de la legalidad, en el seno de los partidos políticos, todavía es un proceso inacabado.
Esto es todo un tema. No es deseable en una democracia que se construye, como la mexicana, que tantos asuntos lleguen a la justicia electoral. Y creo que también tenemos que poner una mirada respetuosa, pero puntual, en ese tema: las estadísticas nos han mostrado que en los distintos procesos electorales, fundamentalmente federales, ha ido en descenso la participación ciudadana.
Cuando una sociedad está más informada participa más de los asuntos públicos, eso nosotros lo vivimos día a día. No es posible o no es lógico que una sociedad no tienda a resolver estos déficits por medio del voto depositado en las urnas. Esto es algo que tenemos que replanteamos, y en esa lógica creo que lo que estaba sucediendo en nuestro sistema político es que los partidos no se estaban convirtiendo o estaban dejando de convertirse en los conductos ideales, no sólo en los conductos formales y materiales, del desempeño público en México. Creo que ahí se da este fenómeno, así emergen las candidaturas independientes.