Murió el obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, por complicaciones al haberse contagiado de Covid-19.
Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, actual obispo de Ecatepec, dio a conocer el fallecimiento de Onésimo Cepeda Silva a través de un comunicado: “La Diócesis de Ecatepec comunica con gran pesar al Pueblo de Dios, que Mons. Onésimo Cepeda Silva, Obispo Emérito de esta Iglesia Particular, ha sido llamado a la casa del Padre Celestial este 31 de enero a las 22:50 horas”
“Invitamos a todos los fieles a elevar nuestras plegarias para encomendar su alma a nuestro Padre Misericordioso y, a la vez manifestamos nuestras condolencias a sus familiares y amigos, deseando para ellos el consuelo y la paz”
Asimismo, destacó los 16 años de ministerio episcopal que ejerció Onésimo Cepeda y anunció que en una fecha próxima a anunciar, se realizará un novenario por su eterno descanso: “Informamos que se dispondrá un novenario por su eterno descanso en toda la Diócesis, comunicándose posteriormente el día y la hora de la celebración exequial en nuestra Santa Madre Iglesia Catedral”
El 7 de enero, el obispo Domínguez Couttolenc informó que Onésimo Cepeda, de 84 años, fue ingresado a un hospital por complicaciones derivadas del Covid-19.
Dos días después, el estado de Onésimo Cepeda se agravó de tal forma que fue necesario intubarlo para mantenerlo con vida.
El procedimiento parecía haber favorecido la recuperación del obispo emérito de Ecatepec, pues en días posteriores su estado de salud se reportó como estable.
Desafortunadamente el Covid-19 parece haber provocado tal daño al cuerpo de Onésimo Cepeda que este lunes le provocó la muerte.
Murió
Amigo de todos
Amigo de políticos del PRI y del PAN así como de líderes sindicales de la CTM, Onésimo Cepeda fue empresario y cotizaba sus recursos en la Bolsa de Valores.
Onésimo Cepeda, quien nació en la Ciudad de México el 25 de marzo de 1937, fue nombrado por el papa Juan Pablo II en 1995 como el primer obispo de la Diócesis de Ecatepec.
El 7 de mayo de 2012 dejó de ser el obispo, luego de que el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia, la cual presentó el 25 de marzo de ese año al cumplir 75 años, edad obligatoria de jubilación.
Pero su historia estuvo ligada a políticos y escándalos.
En el 2021 buscó ser candidato por el partido Fuerza por México a una diputación local en el Estado de México, pero tras hablar con el papa Francisco, a través del nuncio Franco Coppola, le comentó que no podría participar en una contienda electoral porque dejaría de ser obispo emérito.
“Yo jamás voy a abandonar mi ministerio porque sería tanto como vender mi progenitura por un plato de lentejas, por ser diputado, es una pendejada de tres años y yo como obispo estoy designando a juzgar a los dos activos de Israel en el cielo”, dijo en abril de 2021.
Durante la presentación de su candidatura, el prelado comentó que había decidido buscar una diputación porque “quiero a México, ya estoy harto de tanto pendejo que gobierna y México se merece algo mejor”.
Cercano a políticos priistas, afirmaba que su relación con ese instituto político se terminó durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto.
“Fuimos amigos, pero se le olvidó al llegar y no lo volví a ver, si, o sea que no tuvo palabra”, expresó sobre ello.
Decía que no le guardaba rencor alguno al exmandatario. “No necesito guardar rencores, el que guarda rencor se echa a perder, hay corazones que se amargan, yo no guardan rencores”.
El obispo emérito de Ecatepec declaró entonces: “Los políticos no deben robar mucho, desgraciadamente todos son ratas y todos roban algo, yo espero no robar nada. Me has oído muchas cosas, pero nunca nadie me ha llamado ladrón”, dijo.
Al referirse al presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que lo conocía y había hablado algunas ocasiones con él, pero no estaba de acuerdo con que lo compararan con Jesucristo o Gandhi.
Sobre la acusación que se hizo en su contra en 2010 por presunto lavado de dinero y fraude por 130 millones de pesos, aseguró que ese asunto lo había ganado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.