Pese a la existencia de leyes nacionales y normas establecidas por la UNESCO, la venta de bienes culturales prehispánicos en el extranjero es una problemática con la que el Gobierno federal ha batallado desde hace décadas, pero en la que ha invertido poco esfuerzo para resolver
Hace unos días circuló en redes sociales el hashtag #MiPatrimonioNoSeVende. La frase fue parte de una campaña que funcionarios mexicanos crearon, sin éxito, para detener la subasta de 30 piezas prehispánicas por parte de la firma Millon. Pese a las protestas del gobierno mexicano, la venta de patrimonio se llevó a cabo el pasado 28 de enero en París, Francia.
Por ello, a través de Twitter, la secretaria de cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, se pronunció sobre la comercialización del patrimonio nacional.
“Nos manifestamos en contra de la próxima subasta, que pretende lucrar con una figurilla propia del Altiplano Central mexicano. #MiPatrimonioNoSeVende, los invitamos a actuar con ética”, declaró.
Al reciente evento se suma el remate de bienes artísticos organizado por la casa Christie’s, en noviembre pasado, bajo el nombre “Obras maestras de arte precolombino y taino de la colección Fiore Arts”, la cual incluyó piezas mayas y aztecas; en aquella ocasión la venta superó los tres millones de euros.
México cuenta con un vasto patrimonio cultural prehispánico que resulta atractivo para coleccionistas de todo el mundo; lo que ha provocado el saqueo de múltiples sitios arqueológicos en los últimos siglos.
5 mil 744 piezas arqueológicas han sido recuperadas del extranjero en este gobierno
El resultado es que ante los ojos de la sociedad, cada vez es más frecuente el tránsito ilícito de estos bienes, lo que incluye la venta de objetos arqueológicos en casas de subastas internacionales.
Uno de los casos que más debate ha provocado es el del penacho de Moctezuma, el cual se encuentra actualmente en el Museo de Etnología de Viena.
Por décadas, el Gobierno de México ha solicitado que sea devuelta esta pieza que fue elaborada con plumas y adornada con oro. Pese a los reclamos, ha permanecido fuera del país desde hace más de 500 años; el argumento por parte del gobierno austriaco es que la pieza no puede ser repatriada debido a su frágil estado, ya que podría dañarse permanentemente.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que México insistirá para que Austria devuelva el Penacho.
“Es un asunto que hemos tratado desde el año pasado, incluso Beatriz, mi esposa, fue con una carta que le envié al presidente de Austria para solicitarle en efecto, que nos permitiera exponer el Penacho de Moctezuma y la respuesta fue que no iba a resistir el viaje”, explicó.
Lamentablemente, y pese a los marcos normativos establecidos, así como a los múltiples esfuerzos diplomáticos del gobierno mexicano, gran número de pujas se realizan cada año en casas de subasta.
No obstante, México no es el único país que padece la comercialización indiscriminada de su patrimonio, se trata de una problemática mundial que alcanza a naciones como Perú, Grecia o China.
Por esta razón, la UNESCO estableció en 1970 la Convención que brinda a los pueblos el derecho para disponer de sus propias culturas; convirtiéndose en un importante instrumento jurídico que busca atacar el saqueo y tráfico ilícito del patrimonio cultural.
Lamentablemente, el documento deja espacio para que la venta de piezas continúe bajo determinadas condiciones.
Situación nacional del patrimonio cultural
Con el transcurso de los años, el problema de la comercialización de piezas de patrimonio nacional, se ha vuelto más complejo debido a factores como la falta de personal especializado e instancias que se dediquen al rastreo de estos objetos en el exterior.
En entrevista para Reporte Índigo, Alejandro Celorio Alcántara, Consultor Jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), comenta que las acciones de la actual administración, bajo el liderazgo del canciller Marcelo Ebrard, están enfocadas en levantar la voz sobre las redes que se dedican al comercio de las piezas.
“Desafortunadamente, mucho del patrimonio que tiene México está en el extranjero, es imposible saber dónde está, a veces, en colecciones privadas, en algunos museos principalmente en Europa y Estados Unidos, y otras se ponen a subasta.
“Es un fenómeno que está sucediendo con mayor recurrencia en el Viejo Continente, porque las personas que coleccionan estas piezas fallecen y sus deudos quizás ya no las quieren conservar o quieren hacerse de un beneficio”, explica Celorio Alcántara.
Francia es uno de los países en los que más pujas de bienes arqueológicos se han realizado, esto porque, de acuerdo con el especialista, ya es una situación de derecho privado.
El problema de la comercialización de piezas se ha vuelto más complejo debido a la falta de personal especializado y de instancias que se dediquen a rastrear estos objetos
“Como gobierno de México lo que hacemos de manera pública, y con mayor intensidad, es decir al gobierno francés: ‘esta pieza proviene de México, nuestra Ley de Monumentos establece que no pueden entrar al comercio y cómo deben recuperarse’. Las casas de subasta manifiestan que no están comerciando un bien que está en posesión de un particular, y le reconozco su buena fe.
“El derecho francés es el que tiene en sus manos esa pieza, se presume que es el legítimo propietario, pero las casas de subastas ven estos bienes como piezas de arte, cuando en realidad son expresiones culturales”, dice.
El consultor jurídico reitera que es muy complejo detener las pujas de bienes prehispánicos porque cuando México manifiesta que es el propietario, esta ley no es aplicada a los ciudadanos galos.
Marina Núñez, subsecretaria de Desarrollo Cultural, indicó que, durante los primeros tres años de la actual administración, México ha recuperado del extranjero cinco mil 744 piezas arqueológicas consideradas patrimonio nacional.
En 2021, el Gobierno consiguió la repatriación de 600 piezas arqueológicas de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Dinamarca, Australia e Italia, ahondó Núñez en la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules de México.
Además, de acuerdo con Diego Prieto, director del INAH, esta recuperación de bienes: “no había ocurrido en los 83 años de existencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia”.
Aunque existen estos casos de éxito, todo indica que para 2022 el gobierno realizará cambios necesarios para lanzar una cruzada que ayude a detener las subastas y comercialización del patrimonio mexicano, una situación compleja, pues se requiere un alto grado de voluntad política y cooperación internacional, así como de una reglamentación y acciones que permitan que las piezas retornen a su lugar de origen, donde puedan ser preservadas, investigadas, protegidas y se les dé la promoción para el bien común.
“El mercado de subastas es muy poderoso, se van a defender mucho porque perderían el beneficio económico que obtienen con su venta”, puntualiza Alejandro Celorio.