En votación histórica exigen retirar tropas, marcha atrás a reconocimiento de separatistas... ; 5 rechazan resolución y 35 se abstienen, entre ellos China
En una votación histórica, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) demandó a Rusia detener la guerra en Ucrania, mientras tropas bombardean Kiev y Járkov y el canciller, Serguéi Lavrov, escala amenazas al anticipar un conflicto nuclear “devastador”.
Tras siete días de ataques y dos mil bajas civiles en Ucrania, el organismo condenó con una amplia mayoría la guerra desatada por el presidente Vladimir Putin. Con el respaldo de 141 naciones, entre éstas México, demandó al líder poner fin a su supuesta “operación de desmilitarización” y retornar a sus tropas a Rusia.
Casi a la par de la votación los estruendos siguieron. Tan sólo en la capital el lanzamiento de un misil sorprendió a quienes se resguardaban en la estación central de trenes o esperaban escapar a la frontera, pues éste cayó muy cerca e impactó una tubería, cortando la calefacción. Con ello, Rusia afianza su avance, y en la segunda ciudad más grande, Járkov, atacó bases de Inteligencia y administrativas; en Yitovir dañaron un hospital y en el puerto Jerson el alcalde, Igor Kolykhayev, admitió que rusos tomaron por la fuerza el edificio del ayuntamiento, pero rechazó negociar con éstos al ratificar que protegerá a la población, y golpes que el líder Volodimir Zelenski aseguró buscan borrar a su país.
Ante el panorama, embajadores de unas 200 naciones se dieron cita en la ONU para rechazar el plan bélico de Putin y pedir que se revierta el reconocimiento de independencia de Lugansk y Donetsk, se garanticen la paz y brinden ayuda humanitaria, pues ya suman un millón de refugiados, éxodo sin precedentes, pues ya va la cuarta parte de la prevista.
Aunque la resolución no satisfizo a otros, pues cinco naciones rechazaron la condena, como la propia Rusia y aliados como Bielorrusia, que la apoya militarmente, Norcorea, Siria y Eritrea. Además, 35 países, entre los que destacan China —que se niega a imponer sanciones—, Irán, Irak y gobiernos latinos como Nicaragua y Cuba se abstuvieron de votar.
Pero Rusia sigue agitando el conflicto, pues Lavrov asestó ante sanciones estadounidenses que éstas sólo conducen a un escenario: una tercera guerra mundial y su oficina advirtió que se dirigen a una dirección completamente innecesaria.
A unos días de que Putin pusiera en alerta a su fuerza nuclear, el ministro de Exteriores sostuvo en entrevista con Al Jazeera que contrario al intento de doblegarlos desde EU, en realidad están provocando es que escale la crisis, y aseguró que el presidente de esa nación, Joe Biden, “sabe que no hay alternativa a las sanciones”, insistiendo que el siguiente paso será nuclear, mientras ese gobierno acusa a Rusia de usar bombas termobáricas, altamente letales y prohibidas a nivel internacional, y alertó que se prepara para aumentar la brutalidad.
Más tarde se reportó que los ataques que impactaron contra una torre de telecomunicaciones y contra puntos estratégicos de Járkov este 1 de marzo, causaron la muerte del camarógrafo Evgeny Sakun y la integrante de la misión especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), por lo que exigen parar la hostilidad de inmediato.
Y es que a una semana de la guerra hay dos mil ucranianos muertos, cuatro por cada uno de los 500 soldados enemigos caídos, según el primer recuento ruso.
Al respecto, la Corte Penal Internacional (CPI) confirmó que ya investiga crímenes de guerra, pero las fuerzas rusas siguen desafiando las restricciones al violar el espacio aéreo de la Unión Europea. Además, se reveló evidencia de que esta incursión se planeó un mes antes, según documentación de tropas rusas fechada el pasado 22 de febrero, y las conversaciones se pausaron de nuevo por problemas de logística, pues la delegación ucraniana no llegó a la frontera.