Desde el corazón político de La Habana, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso una segunda revolución en Cuba para que esta renazca: “La nueva Revolución en la Revolución”.
Frente a su homólogo Miguel Díaz-Canel, confió en que el movimiento será capaz de renovarse para seguir el ejemplo de los mártires que lucharon por la libertad, la igualdad, la justicia y la soberanía; sin embargo, en este último punto de su gira por Centroamérica y el Caribe, aclaró que nunca apostará por el fracaso de la lucha que emprendió Fidel Castro; y aprovechó para expresar sus condolencias por los muertos en el hotel Saratoga.
“A título personal, sostengo que nunca he apostado, no apuesto ni apostaré al fracaso de la Revolución cubana, a su legado de justicia y a sus lecciones de independencia y dignidad. Yo nunca voy a participar con golpistas que conspiran contra los ideales de igualdad y fraternidad universal.
“El retroceso es decadencia y desolación, es asunto de poder y no de humanidad. Prefiero seguir manteniendo la esperanza de que la Revolución renazca en la Revolución. Que sea capaz de renovarse para seguir el ejemplo de los mártires que lucharon por la libertad, la igualdad, la justicia, la soberanía. Tengo la convicción y la fe de que en Cuba se están haciendo las cosas con ese propósito, de que se haga la nueva Revolución en la Revolución”, dijo en mensaje conjunto con Díaz-Canel en el salón Sol de las Américas.
Adelantó que seguirá insistiendo directamente con el presidente de EU, Joe Biden, para que exista diálogo entre ambas naciones y como primer paso se pueda retirar el bloqueo económico a la isla y de esta manera inicie el restablecimiento de relaciones de cooperación y amistad.
Remarcó la necesidad de que todos los países latinos sean invitados a la Cumbre de las Américas que se celebrará en junio en Los Ángeles, California, y de esta manera cada uno “decida libremente si asisten al encuentro, pero que nadie excluya a nadie.
“Es tiempo de expresar y explorar otra opción, la del diálogo con los gobernantes de EU y convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible, nuestra propuesta puede parecer utópica o hasta ingenua, pero en vez de cerrarnos debemos abrirnos al diálogo, comprometido, franco, buscar la unidad en todo el continente”, agregó durante los 55 minutos que tomó la palabra.
López Obrador reiteró que es momento de una nueva relación en el continente, en donde todos los países estén unidos para enfrentar los retos globales, principalmente frente al avance de la economía China.
Detalló que para avanzar con este plan, no debe descartarse la sustitución de la Organización de Estados Americanos por un organismo autónomo que no sea “lacayo de nadie”, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y democracia.
“Porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro, ni tiene salida, no beneficia a nadie, hay que hacer un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos a de oponernos en forma defensiva”.
En una breve intervención, el mandatario Díaz-Canel celebró la posición “firme” del gobierno mexicano para rechazar el bloqueo “genocida” impuesto por EU en los ámbitos comercial, económico y financiero.
“Coincidimos en lo improcedente de las incursiones injustificadas de países de nuestra región, como parece que ocurrirá en lo que ya podría llamarse la Cumbre de las Américas, entre comillas. “La Revolución cubana le asegura que continuará su marcha triunfante y que México siempre podrá contar con Cuba”.