En los últimos años, el asma se ha convertido en un problema de salud pública en México: en el 2021 se detectaron 40 mil casos de esta enfermedad en el país; además, alrededor del 50 por ciento de las personas que la padecen no saben que la tienen, a lo que se suma la falta de médicos que la traten.
Esta enfermedad inflamatoria crónica en algunos casos llega a ser grave e impide llevar una vida normal. Entre los principales desafíos se encuentran tener un diagnóstico temprano y certero sobre la condición respiratoria; así como acceso a información, recursos y tratamientos adecuados.
A nivel mundial se estima que hay más de 330 millones de personas con este padecimiento y solo una de cada 10 es diagnosticada. De ese total, el 60 por ciento tiene un nivel leve, el 35 por ciento un nivel moderado y solo un 5 por ciento un nivel grave, señala el médico Carlos García Bolaño, especialista en neumología pediátrica.
“El paciente común tiene más oportunidad de responder con los tratamientos básicos, pero como siempre sucede, hay un cinco por ciento de personas asmáticas que van a estar en un nivel o condición más grave”
García Bolaño explica que alrededor del 12 por ciento de la población infantil en México llega a tener asma, así como el 6 por ciento de la adulta. Sin embargo, hay un subdiagnóstico de la enfermedad que impide que sea controlada.
Elsy Navarrete, especialista en alergología y médica adscrita al servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, dice que los síntomas más característicos son problemas de tos, dificultad para respirar, opresión en el tórax y unos sonidos que se llaman “sibilancias”.
“Los pacientes normalmente no empiezan de la nada, son personas que poco a poco van ganando síntomas y de repente tienen problemas con el ejercicio, tosen un poco y van transitando por este camino y agregando síntomas hasta que después de mucho tiempo, a alguien se le prende el foco y dice: ah, es un paciente que tiene asma”, señala.
Asma y COVID-19
Cuando inició la pandemia de COVID-19, hace más de dos años, una de las preocupaciones de los médicos especialistas y los pacientes era qué iba a pasar con las personas asmáticas que contrajeran el virus y si tendrían más complicaciones.
“Una de las cosas muy interesantes que se vivió es que los pacientes asmáticos no tuvieron mayor frecuencia de complicaciones y sobre todo los pacientes asmáticos controlados.
“Eso es algo muy importante, a quien estaba bien con sus medicamentos y con un buen tratamiento le fue exactamente igual, tenía el mismo riesgo de tener complicaciones que alguien de su misma edad que fuera mucho más sano, eso fue algo muy bueno que encontramos”, señala Elsy Navarrete, especialista en alergología.
La doctora explica que muchos pacientes inclusive mejoraron las exacerbaciones porque estuvieron más atentos en tener un cubrebocas para evitar infecciones, se quedaban más tiempo en casa, se protegían más de algunos otros factores desencadenantes y eso ayudó a que en ese tiempo hayan disminuidos los problemas de esos pacientes.
“Al inicio fue alarmante, pero nunca fue realmente demostrado como un factor adverso porque los mecanismos no son exactamente los mismos”, dice el doctor García Bolaño.
Problema de salud pública
El especialista en neumología pediátrica, Carlos García Bolaño, señala que el asma se ha convertido en un problema de salud pública por varias razones.
“Uno, por el número de pacientes que tenemos; dos, porque hay mucho subdiagnóstico, puede ser que un niño tenga asma desde el año pasado y le están diciendo que tiene bronquitis, es un tratamiento totalmente equivocado.
“¿Y por qué se vuelve un problema? Porque si ese niño asmático no está recibiendo el tratamiento correcto, ¿en dónde crees que va a acabar cada 15 días? En el servicio de urgencias que le corresponde. Y eso incrementa de manera importante los costos de atención, porque no es lo mismo manejar un inhalador una vez al mes, que estar yendo al servicio de urgencias que te va a estar dando tratamientos de inhaloterapia y de asistencia de enfermería”.
En cambio, si el diagnóstico se hace temprano y se inicia el tratamiento se reducen de manera sustancial los gastos que se tiene que generar en los servicios de urgencias y se pueden usar para otras cosas.
Entre los principales desafíos del padecimiento se encuentran lograr un diagnóstico temprano y certero sobre la condición respiratoria, así como acceso a información, recursos y tratamientos adecuados
¿Qué se puede hacer?
En la parte de soluciones, el doctor Ramsés Hernández, gerente médico de Respiratorio e Inmunología para AstraZeneca México, menciona que hay varias acciones que se pueden tomar en pro de los pacientes con asma.
“La primera que yo mencionaría es hacer un llamado a todas las entidades que trabajamos con asma, a reforzar todas estas medidas, campañas para que el paciente pudiera acudir de manera productiva a hacerse una espirometría, a ver un médico, a ver un especialista, hay una gran cantidad de cosas que se pueden hacer como institución, como industria, como medios de comunicación para aportar, para solucionar el problema”, señala.
Incluso, el lema utilizado en el Día Mundial del Asma de este 2022 —organizado por la Iniciativa Global para el Asma— fue: “Cerrar brechas en la atención del asma”, con el objetivo de llenar las deficiencias de esta enfermedad para evitar sufrimiento innecesario en los pacientes.