Desde 1964, 100.010 personas faltan de sus hogares en el país norteamericano, según la última actualización de los datos oficiales, a las siete de la tarde. Los números, sin embargo, comenzaron a dispararse a partir de 2006. Ese año el panista Felipe Calderón implementó la llamada guerra contra el narcotráfico. Su sucesor, Enrique Peña Nieto, del PRI, mantuvo la misma táctica de seguridad a partir de 2012 y durante su sexenio 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron desaparecidos. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador (Morena) asumió el cargo en 2018 prometiendo que devolvería los militares a los cuarteles, la militarización se ha mantenido. Un comité de expertos independientes de la ONU que visitó México en noviembre instó al Gobierno a abandonar “de inmediato” esa estrategia.
Las desapariciones forzadas continúan siendo cometidas directamente por agentes públicos del ámbito federal, estatal y municipal. La delincuencia organizada, además, se ha convertido en “un perpetrador central” de desapariciones, según documentó el comité de Naciones Unidas, “con diversas formas de connivencia y diversos grados de participación, aquiescencia u omisión de servidores públicos”. La mayoría de los desaparecidos son hombres (75%) de entre 15 y 40 años que faltan de sus hogar, principalmente, en Jalisco (14.971), Tamaulipas (11.971), el Estado de México (10.996), según los datos publicados hasta las siete de la tarde. Les sigue Nuevo León (6.222), donde en el último mes las desapariciones de María Fernanda Contreras, de Debanhi Escobar y de Yolanda Martínez han puesto el foco en el Estado del norte del país y han señalado los fallos del sistema.
“La impunidad que se percibe y los altos niveles de violencia e inseguridad generalizada que se viven en México ocasionan que el goce de los derechos fundamentales sea concebido más como una situación discursiva o teórica que como una tangible”, ha expresado este lunes en un comunicado el Consejo Nacional Ciudadano del Sistema Nacional de Búsqueda, formado por familiares de víctimas, especialistas en derechos humanos y representantes de organizaciones de la sociedad civil. “Hacemos un llamado energético para que el Estado mexicano priorice la atención a dicha problemática y defina una política pública de Estado para prevenir y detener las desapariciones forzadas en el país”, ha reclamado el órgano, que también ha solicitado que se implementen los mecanismos e instrumentos contemplados en la ley en materia de desaparición forzada creada en 2017.
Los familiares de personas desparecidas organizados en el Movimiento Nuestros Desaparecidos también han querido recordar que el número alcanzado este lunes “no es solo una cifra”: “Son personas con una historia, y son seres queridos buscados hasta en los espacios que menos imaginan”. “Si bien las familias sabemos con certeza que dicha cifra se encuentra muy por debajo de la cantidad de casos que día a día vemos y vivimos en nuestros contextos, no deja de resultarnos alarmante el número alcanzado”, se lee. “Nuestra lucha”, han comunicado en el escrito, “es también por un país en el que nadie más tenga que buscar a un amor desaparecido”.