CIUDAD DE MÉXICO.- Por marchas, plantones y medidas del programa Hoy no Circula, los habitantes de la Ciudad de México pierden alrededor de 242 horas extras al año en sus traslados; es decir 57 minutos diarios. Esto se traduce en 10 días malgastados en el tráfico.
El anterior cálculo se hizo con base en los 255 días laborales que en promedio tiene un año. Pero al hacer la operación considerando los días naturales, las horas perdidas se disparan a 346.7; es decir, 14.4 días.
De acuerdo con el estudio Índice de Tráfico 2016, de la empresa Tom Tom –compañía de los Países Bajos, fabricante de sistemas de navegación para automóviles–,“los conductores de la capital mexicana suelen pasar un promedio del 59% del tiempo de viaje adicional retenidos en atascos de tráfico durante cualquier momento del día y a cualquier hora, y hasta un 103% en los periodos de hora pico de la tarde, en comparación con periodos de tráfico fluido, u horarios no congestionados”.
Según cifras de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, en la Ciudad de México diversas organizaciones realizan 20 marchas al día en promedio. Durante 2015 se realizaron siete mil 420 movilizaciones, principalmente en la delegación Cuauhtémoc.
La investigación de la firma Tom Tom incluye datos de 295 ciudades de 38 países del mundo, 77 ciudades más que en 2015. De América Latina sólo incluyeron las ciudades de México y Río de Janeiro, Brasil.
Señala que la capital mexicana es la ciudad con mayor congestión de tráfico, seguida de Bangkok, Estambul, Río de Janeiro y Moscú, según el índice anual que elabora la compañía multinacional, especializada en buscar soluciones a este problema que afecta a diario a millones de personas en todo el mundo.
En Norteamérica, detrás de la Ciudad de México, se sitúan Los Ángeles, con el 41 por ciento de tiempo extra por los atascos de tráfico; San Francisco (36%), Vancouver (34%), Nueva York (33%), Seattle (31%), San José (30%), Honolulu (29%), Toronto (28 %) y Miami (10%).
EL ESTUDIO MEXICANO
Según el “Diagnóstico de la movilidad de las personas en la Ciudad de México”, visible en la página del Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vías de Comunicación en el Distrito Federal, “una implicación importante de la expansión urbana es el crecimiento de la demanda de viajes, que no ha ido acompañada de una red de infraestructura de transporte adecuada”.
De esta forma, “la movilidad en el Valle de México se enfrenta a varias distorsiones e insuficiencias, tanto en los varios modos de transporte como en la red vial disponible”.
Destaca que la capital del país encabeza la lista de megaurbes con conflictos graves de movilidad, pues señala que para llegar a un destino con sus vehículos, los automovilistas gastan en promedio el doble del tiempo que gastarían en una situación ideal de fluidez del tráfico”.
En total, un habitante de la capital mexicana puede malgastar 242 horas extra al año por culpa del tráfico. Los embotellamientos en las vialidades son parte de la vida de cada automovilista y, como se puede ver en el Índice de Tráfico de 2016, el problema no está desapareciendo, sino creciendo.
BAJA LA CALIDAD DE VIDA
Aunado a todo lo anterior, “existe una relación entre el congestionamiento vial y los niveles de contaminación: a más vehículos a menor velocidad, mayor emisión de gases contaminantes”.
De acuerdo con el Programa de Calidad del Aire 2002-2010, los vehículos automotores de la Zona Metropolitana del Valle de México son la principal fuente de contaminación atmosférica.
Expone que “es una contradicción entre una masa de cerca de 3.5 millones de vehículos (autos, autobuses, camiones, camionetas, motocicletas) y una red de vialidades saturadas con desarticulaciones e ineficiencias en la coordinación de los diversos modos de transporte, que afectan la velocidad, los tiempos empleados, las emisiones de contaminantes y la salud de los habitantes”.