México y Estados Unidos comparten más que una frontera de 3 mil 152 kilómetros de extensión. En ambos lados del Río Bravo, miles de personas al año mueren a causa de las armas de fuego.
Aunque la violencia tiene distintas expresiones y orígenes, el común denominador de los dos países son las armas, una industria que tan solo en Estados Unidos está valuada en 19 mil 500 millones de dólares anuales, de acuerdo con la consultora IBISworld.
En México, por su parte, el 80 por ciento de las armas que llegan a territorio nacional lo hacen vía la frontera norte, enriqueciendo así a los más de siete mil traficantes de armas en Estados Unidos y generándoles ganancias de más de 127 millones de dólares al año.
En Estados Unidos, estos instrumentos ocasionan la muerte de 111 personas por día, en promedio, 40 mil 620 decesos al año, según la organización Everytown for Gun Safety.
En México, siete de cada 10 homicidios durante el primer semestre del 2021 fueron con armas de fuego.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los 16 mil 972 homicidios registrados de enero a junio del año pasado, 11 mil 785 fueron ocasionados por el disparo de una pistola, escopeta o arma larga.
Aunque han habido esfuerzos por regular la venta de armas de fuego en Estados Unidos y frenar el tráfico ilegal de las mismas a México, los gobiernos de ambos países no han logrado contener la violencia armada, contrario a eso, los tiroteos y ejecuciones cada día son más comunes y letales en ambos lados de la frontera.
En redes sociales, se puede ver a los integrantes de los grupos de la delincuencia organizada presumir sus armas de fuego en fotos y videos, estrategia que utilizan para retar a sus enemigos y demostrarle a la población y a las autoridades que ellos son quienes mandan.
“Llegamos a El Volantín y no nos vamos, ¡Ya llegamos y no nos vamos!, ¡Puro cuatro letras!”, se les escucha decir en un par de videos a alrededor de 70 hombres armados, presuntos pistoleros del Cártel Jalisco Nueva Generación, que presumían su armamento después de tomar el municipio de Tizapán el Alto, Jalisco, una en zona en disputa con sus antiguos aliados del Pájaro Sierra.
Una semana antes, una balacera a plena luz del día en un restaurante de Ciudad Juárez, Chihuahua, conmocionó a la población.
En cuanto terminaron las mañanitas, dos hombres con armas largas ingresaron al restaurante para asesinar a balazos a cuatro comensales y a un mesero.
En Estados Unidos, durante el primer fin de semana de junio, se registraron 11 tiroteos masivos que cobraron la vida de al menos 16 personas, los cuales se sumaron a los 293 que han habido en lo que va del año, según el sitio Gun Violence Archive
Mientras que en México la violencia armada está relacionada con el crimen organizado, en Estados Unidos es un reflejo del odio, discriminación y de los problemas mentales que están arraigados en la sociedad.
El origen de las armas de fuego
Según información del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CEPSOP) de la Cámara de Diputados, alrededor de 2 mil armas de fuego se introducen de manera ilegal de Estados Unidos a México cada día.
Esto ocasiona que las más de 51 mil armerías legales estadounidenses se vean beneficiadas, además del mercado negro, ya que alrededor del 46.7 por ciento de ellas depende de la demanda mexicana.
Además, dos de cada tres armas de fuego involucradas en hechos criminales en México, fueron fabricadas o importadas legalmente de Estados Unidos. El 40 por ciento de ellas tienen su origen en Texas.
Es así como el 70 por ciento del armamento en México proviene de Estados Unidos, el otro 20 por ciento entra por la frontera sur y el restante podrían ser armas robadas a las corporaciones de seguridad.
Alrededor de 2 mil armas se introducen de manera ilegal de Estados Unidos a México cada día, lo que ocasiona que las más de 51 mil armerías legales estadounidenses se vean beneficiadas
Agenda bilateral
El tráfico ilegal de armas entre México y Estados Unidos ha sido uno de los temas más relevantes de la agenda de seguridad bilateral, apenas el 8 de octubre del año pasado, los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y de Joe Biden, se comprometieron a crear una red para la prevención del homicidio a través de la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas con el Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras entre México y Estados Unidos.
Este nuevo pacto de seguridad dejó atrás a la Iniciativa Mérida, un programa de cooperación que se remonta al final del mandato de George W. Bush, en 2008, y que llevaba años estancado y sin resultados palpables.
A diferencia de la Iniciativa Mérida, el Entendimiento Bicentenario se centrará en combatir las causas estructurales de la violencia, comenzando por el apoyo de las comunidades rurales y fronterizas de México.
“La primera diferencia sustantiva es que la Iniciativa Mérida estaba, desde el punto de vista de México, concentrada en la tesis de que había que capturar a los capos de los cárteles y con eso era suficiente. (…) El éxito de esto no se va a medir porque se capture a un capo y se haga una gran conferencia de prensa”, dijo Ebrard en octubre del 2021.
A ocho meses de que inició la nueva estrategia, el secretario de Relaciones Exteriores destacó que uno de los logros ha sido la judicialización de seis casos de alto nivel de traficantes de armas en Estados Unidos responsables de facilitarlas a los grupos de la delincuencia organizada en México.
Ebrard además aplaudió hace cinco días la ley que aprobó el Congreso de Estados Unidos que establece como delito federal el tráfico de armas de fuego a otros países.
“Lo vemos como una medida muy positiva, muy favorable para México. Nos va a ayudar a reducir la violencia en nuestro país, a que haya una menor disponibilidad de armas, vamos a tener también menos violencia, es una buena noticia”