La captura de Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”, por elementos de la Secretaría de Marina el pasado viernes, representa un golpe de timón en la estrategia de seguridad del Gobierno federal.
Esto al pasar de una actitud pasiva que busca combatir las causas que originan la violencia y alimentan al crimen organizado con programas sociales, a realizar la detención del mexicano más buscado por el gobierno de Estados Unidos.
Este movimiento deja más dudas que respuestas y despierta varias suspicacias ¿Quién se beneficia más con la captura del narcotraficante? ¿Estamos en el preludio de un cambio de estrategia de seguridad por parte del Gobierno federal? ¿Cómo se moverán los submundos de las organizaciones criminales? ¿La detención fue tarea y obra de las autoridades mexicanas o participó la DEA?
Para conocer las respuestas a estas dudas y otras más, Reporte Índigo habló con varios especialistas en materia de seguridad, quienes coincidieron en que la captura del narcotraficante oriundo de Badiraguato, Sinaloa, tiene más un perfil político y de saldar una deuda con Estados Unidos que uno de seguridad.
Después de pasar 28 años tras las rejas, Caro Quintero salió de prisión en 2013 por un error procesal. A partir de ese año intentó recuperar el imperio criminal que lo convirtió en uno de los hombres más poderosos del mundo en los años ochenta.
Después de casi tres décadas, las rutas, alianzas y la división de los grupos criminales habían cambiando, por lo que “Don Rafa” intentó reconstruir su legado comenzando por la costa de Sonora.
Tras fundar el Cártel de Caborca, Caro Quintero emprendió una ofensiva que dejó un rastro de sangre y violencia para ampliar su territorio en Sinaloa y Baja California.
La lucha por la expansión de su dominio derivó en una guerra frontal en contra de “Los Chapitos”, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de sus antiguos socios y amigos y quien por mucho tiempo lideró el Cártel de Sinaloa junto con Ismael, “El Mayo” Zambada, a quien también traicionó después de que le ofreciera cobijo cuando salió de prisión.
La pelea de Caro Quintero comenzó a los pocos meses en el desierto de Sonora después de crear a su brazo armado, La Barredora 24/7, y aliarse con La Línea, un grupo de sicarios pertenecientes al extinto Cártel de Juárez.
Haciendo valer su derecho de antigüedad, “Don Rafa” dejó un mensaje a sus grupos rivales en mayo de 2020 en Caborca, Sonora, “Somos gente de Caro Quintero, esta plaza nos pertenecía”, decía la manta junto al cuerpo de dos hombres descuartizados.
A pesar del intento del narcotraficante de hacer valer su legado, su grupo criminal es considerado uno de baja influencia e impacto local, ya que ni siquiera fue incluido en el informe sobre crimen organizado en México que publicó el Congressional Research Service del Congreso de Estados Unidos hace un mes.
El mismo estudio revela que el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa son los grupos criminales que dominan en algunas entidades del país y en otras se encuentran en pugna por controlar su territorio.
Captura de Caro Quintero podría ser simbólica
La corona de “El Narco de Narcos” ya no es de Rafael Caro Quintero, quien actualmente se encuentra preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano a la espera de su extradición a Estados Unidos.
El Gobierno estadounidense tiene un plazo de 60 días para formalizar por escrito la petición. A este documento, se le deberán de anexar las órdenes de captura giradas por autoridades judiciales de ese país.
Actualmente, el mexicano cuenta con dos procesos abiertos en las cortes federales de California y Nueva York por tráfico de drogas y por el secuestro, tortura y asesinato del agente de la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) Enrique “Kiki” Camarena Salazar en 1985.
El día de ayer, un juez federal frenó cualquier intento de las autoridades mexicanas para deportar, expulsar del país o entregar a Rafael Caro Quintero a Estados Unidos sin un proceso de extradición de por medio.
Rafael Caro Quintero actualmente se encuentra preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano a la espera de su extradición a Estados Unidos
El Juez Séptimo de Distrito de Amparo Penal en Jalisco, Francisco Reséndiz Neri, concedió al sinaloense el recurso legal para que no sea trasladado fuera de territorio nacional hasta que formalmente se realice el proceso de extradición.
“Se concede la suspensión de plano para el efecto de que no se ejecute y el interesado quede en el lugar donde se encuentre a disposición de este órgano jurisdiccional de amparo, sólo en lo que se refiere a su libertad personal, hasta que se resuelva el presente juicio de amparo.
“Cuando el acto reclamado sea la orden de deportación, expulsión o extradición, la suspensión tiene por efecto que no se ejecute y el interesado quede en el lugar donde se encuentre a disposición del órgano jurisdiccional de amparo, sólo en lo que se refiere a su libertad personal”, señaló el juez.
A pesar de este recurso, se prevé que en los próximos días Rafael Caro Quintero toque piso estadounidense, ya que incluso la Fiscalía General de la República (FGR) informó que su detención fue con fines de extradición.
“En un operativo de la más alta eficiencia y resultados, se logró que la autoridad ministerial cumplimentara la detención, con fines de extradición, del fugitivo Rafael ‘C’”, informó la FGR.
Por su parte, el Fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, anunció que pedirán la extradición inmediata del capo mexicano.
“Pediremos su extradición inmediata a Estados Unidos para que sea juzgado por sus crímenes en el mismo sistema de Justicia que el agente especial Camarena murió defendiendo. No existe escondite para alguien que secuestra, tortura y asesina a un agente de la ley estadounidense. Estamos profundamente agradecidos con las autoridades mexicanas por la captura y detención de Rafael Caro Quintero”, dijo el fiscal.