Ni tres meses le duró al alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, su “luna de miel” con la “transparencia” y el “combate” de la corrupción en la Tesorería.
Esto, luego de que desde la semana pasada ordenó la suspensión del sistema electrónico para el cobro de infracciones, hasta ahora, de manera injustificada, aunque se presume que el argumento habría sido la falta de “rentabilidad del negocio”.
El martes 26 de julio, de manera “económica”, los oficiales de tránsito recibieron un mensaje de voz por Whatsapp en el que se les indicó que, a partir de ese día, “por órdenes del mando”, dejaran de utilizar las terminales para levantar infracciones y volvieran al método tradicional, con papeleta.
La decisión, con la que el Ayuntamiento pretende concluir de manera anticipada el contrato de un año con la empresa “Affinitas” abre un nuevo frente legal por incumplimiento y por el reclamo del pago de los servicios que la empresa le brindó del 6 de mayo al 26 de julio.
De acuerdo con el área jurídica de la firma –que brinda el mismo servicio de forma exitosa en el municipio de Jojutla, y próxima mente en Jiutepec, Emiliano Zapata, Tepoztlán y Cuautla-, durante ese periodo, el sistema electrónico cumplió con el objetivo de aumentar la recaudación para el municipio, sin opciones para que el automovilista infractor esquivara la multa.
A través de las 90 terminales, los oficiales impusieron 16,328 infracciones, de las cuales, la empresa solo recibió la comisión acordada por aquellas que fueron pagadas por el ciudadano al momento de recibirla, con tarjeta de crédito o débito, cuyo porcentaje fue el menor.
La mayoría de las multas fueron cobradas directamente en la Tesorería, en efectivo o tarjeta, pero sin ingresarlas al sistema electrónico del programa de Affinit.